Un mes después…José Luis…Ya es tiempo de que regrese a mi casa, un mes me ha parecido como una eternidad sin tener la oportunidad de ver a mi hijo, un mes ha sido suficiente para que mi vida haya dado un giro de ciento sesenta y cinco grados, me he quedado a medias con este maldito viaje al que quizá, nunca debí de haber venido.Voy en camino al aeropuerto internacional de Tocotín, solo mi amigo Alberto sabe de mi llegada y es quien me estará esperando para trasladarme en su auto hasta mi casa. La esposa de Alberto no sabe en qué lugar he estado, no sabe en donde me vine a refugiar para escapar del amor que siento por su amiga Clara Isabel.Al llegar a la ciudad de Tegucigalpa le llamé a mi amigo para que me fuera a ayudar con mis maletas, traigo una que viene hasta el tope de juguetes para mi hijo, de los mejores que puede haber en el mundo, él es el príncipe que está cuidando a la mujer que amo y, por lo tanto, se merece lo mejor de lo mejor.—¿Todo bien, hermano? —Pregunta Albert
Clara Isabel sintió como si sus fuerzas le fallaban, pero la otra chica fue muy amable y la sostuvo del brazo para que no se cayera, a clara Isabel le ha pegado fuerte las palabras de esa muchacha que le acaba de confesar que es la nueva esposa de su José Luis.—¿Ya te sientes mejor? Si gustas puedo invitarte a mi casa para que te tomes un vaso con agua. —Ofreció la muchacha muy amablemente.—No, gracias, ya me siento muy bien, solo fue un ligero mareo por mi embarazo, te agradezco tu amabilidad. —Clara Isabel quiere actuar de manera indiferente, como si no le importase la noticia que su gran amor ya la ha reemplazado. Pero es muy difícil saber que lo tendrá frente a ella y no lo podrá ver como un esposo, ahora él ya no significa nada en su vida, ella luchará para sacarlo de su mente y de su corazón para siempre.—No es nada, no te preocupes. Entonces te esperarás aquí a que te traiga a mi hijastro o prefieres entrar?.—Prefiero esperar aquí al bebé, ve y dile que su mamá me ha enviad
Clara Isabel recogió a su hijo y lo llevó a su casa para interrogarlo, no quería hacerlo para no revivir las palabras que la muchacha le dijo, pero es que la curiosidad es tan grande que no se ha aguantado las ganas ni por un minuto más.—¿Quiénes son los señores que te estaban cuidando, mi amor? —Preguntó ella, haciendo que su voz suene muy normal.—Pues la muchacha no sé cómo se llama, pero el esposo de ella es un teniente de las Fuerzas Armadas y tienen un bebé casi de mi misma edad, yo jugué con él por un gran rato hasta que tú llegaste por mí. —Mintió el pequeño.—¿Eso es cierto, mi vida? Yo pensé que era tu padre el que estaba allí.—No mamita, es otro señor y estaba vestido con traje de teniente, si tú lo vieras qué guapo está ese hombre te enamorarías de él. —bromeó el chiquillo.—Ay, hijo, no me digas esas cosas, ese hombre está casado y debemos de respetar su condición. Además de que yo ya no tengo ojos para otro hombre en este mundo que no sea tu papá.—¿Tú extrañas a mi pa
Clara Isabel se puso a llorar y a gritar como una loca, pidiéndole a José Luis que le devuelva a su hijo, ella no cree esa teoría de que no fue él quien se lo llevó de sus propias narices, ella está cien por ciento segura de que fue él, porque hasta su hijo lo reconoció y corrió hacia él, en pocas palabras, ella está diciendo la verdad y no fue una confusión o alucinación porque también el pequeño lo miró.—José Luis, dime lo que hablaron mi hijo y tú el día que él estuvo aquí. —ella quiere saber si lo que hablaron coincide con lo que el pequeño Toni dijo hoy por la mañana.—Muchas cosas, hablamos sobre varios temas y la mayoría sobre él y sus juguetes favoritos.—¿Hablaron sobre mí?—Clara Isabel, no te martirices por nuestra relación fallida, por favor.—Contéstame si le mencionaste algo que tenías planeado conmigo.—Bueno, sí, pero solo lo dije para que él no se dé cuenta de que tú y yo… estamos separados.—Mi hijo te reclamó hoy por la mañana, porque según él, tú le dijiste que me
Poco tiempo después llegó la joven Yeni, ella anda sola porque su esposo Alberto desde hace mucho rato se ha unido a la búsqueda del pequeño Toni. Ella aún no puede creer que haya otra persona con el mismo rostro de José Luis, y por ello le ha dado una buena insultada desde que entró a la mansión.—¡Por Dios, José Luis! ¿Eres tú? —exclamó la chica al ver al hombre sentado en el sofá, y es que podemos decir que él, ni se reconoce, ya que tiene vendado una parte de su rostro y en la otra parte hay una marca que apenas está cicatrizando.—Pues claro, ¿o es que acaso también creíste que yo soy el que se robó a mi propio hijo? —dijo el hombre, sonando irónico.—Perdón, es que no sé qué más pensar, todos están como locos repitiendo que es idéntico a ti el hombre que se lo llevó. ¡Ay, no qué confusión la que se tienen! Pero tú mejor cuéntame que fue lo que te pasó y por qué andas como pata de zopilote golpeado y cojeando con esa pierna enyesada. —la chica le ha causado gracia ver así al homb
Al finalizar la conversación, todos se reunieron en la sala de la casa, allí le comunicaron a la policía sobre la llamada que el pequeño Toni les hizo y casi de inmediato una gran cantidad de efectivos se hicieron presente a la mansión, trayendo consigo un aparato en el cual podrían detectar con facilidad la ubicación de ese número de teléfono con tan solo una llamada con duración de tres minutos como mínimo y sabrán de su paradero.Esa fue la estrategia que José Luis, tuvo cuando les dijo a las chicas que le dijeran a su hijo que en unos minutos más tarde le devolverían la llamada. Su propósito era que los expertos estuviesen aquí para llevar a cabo la respectiva investigación del caso.—Les recomiendo que devuelvan la llamada, supongo que no le volverán a dar el teléfono al menor para que él llame. —Dijo el oficial.—Hazlo pequeña, pero si te responde, por favor ten mucho cuidado con lo que le vas a decir. No se te vaya a salir decirle a nuestro hijo que su padre no es ese hombre. —
Unidos por un solo objetivo y una buena causa, encontrar respuestas a la desaparición de su hijo, la pareja de ex –esposos, está revisando los papeles que hay dentro de una caja de seguridad, esa misma que no se abre desde que a José Luis lo nombraron heredero legítimo de todos los bienes y cuentas bancarias que dejaron sus padres a su nombre antes de perecer a manos de su propio familiar.Esa caja de seguridad perteneció a su padre, y en la lectura del testamento que se hizo cuando él cumplió su mayoría de edad, decía en qué lugar estaba guardada la llave para que su hijo la abriera y en ella colocara los papeles más importantes de su vida.—¿Te pasa algo, pequeña? Veo que estás incómoda. —preguntó José Luis, al ver que ella se acaricia el vientre y hasta se hace a un lado, quizá por la forma en que sus hijos se mueven dentro de ella.—Yo estoy bien, son los bebés que no dejan de moverse.—¿Por qué será? — indagó el hombre, mientras sus manos se mueren por acariciar esa barriga tan h
Pronto encontraron unos papeles que les llamó mucho la atención porque tienen el logotipo de medicina, abrieron el sobre sellado y en él apareció el nombre de una clínica muy famosa en la actualidad, y sí, han dado con la ficha de nacimiento de José Luis, dentro del sobre también hay una nota escrita con puño y letra seguramente de su señor padre, en ella le cuentan la historia de cuando ellos se conocieron y como fue su reacción al enterarse de que estaban esperando a un bebé cuando les habían dicho que no podrían ser padres jamás por un problema que su madre tenía supuestamente.Pero más grande fue su alegría cuando se enteraron de que no era solo un bebé el que venía en camino, fueron dos bebés los que se desarrollaron y permanecieron en el vientre de su madre por nueve meses, pero que el día del parto, desafortunadamente hubo complicaciones y uno de ellos no sobrevivió. —Clara Isabel, le ha leído a José Luis, y cada uno la interpretará a su modo.—No entiendo, como es que este hom