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Al día siguiente José Luis al despertar le dio el tan anhelado beso de buenos días a su esposa, ella hizo como si se despertó en ese preciso momento y también lo saludó haciendo como si nada haya descubierto en el día anterior.

— ¡Buenos días, princesa! Pensé encontrarte despierta, mi amor. —susurró el hombre.

— Perdón, es que jugué bastante con el bebé y rápido me quedé dormida cuando él se durmió. —mintió la chica.

— Está bien cariño, lo que importa es que la salud de ambos esté bien.

— ¿Llegaste temprano anoche? —preguntó la chica, pero lo que en realidad ella quiere preguntar es que si se la pasó bien en los brazos de su amante.

— Sí, lo hice pasadas de las diez treinta de la noche.

— Pues te confieso que ni sentí cuando llegaste.

— Iré a traer a nuestro hijo para darles el regalo que les he traído, espérame un momento ya vuelvo.

— El regalo ya me lo han enviado con anticipación. —Se dijo en su mente la chica, refiriéndose a la fotografía que le enviaron la noche anterior.

El jove
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