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La chica cayó inconsciente en el frío suelo, mientras su esposo le habla desesperado para que se levante, le pidió a la recepcionista que se retirase a su puesto de trabajo y él llevó en brazos a su mujer hasta el estacionamiento y la subió a su auto para llevarla a la clínica más cercana.

— La señora ya tiene un historial abierto en nuestra clínica, hace una semana ella vino a cita con el ginecólogo porque está embarazada. —le comunicó la enfermera de turno.

— ¿Embarazada? —Preguntó atónito, José Luis.

— Sí, señor, aquí está el nombre y número de teléfono que ella dio de su esposo. De inmediato procederemos a informarle para que él esté al tanto de lo que ha pasado y acuda de inmediato a este establecimiento de salud.

— No es necesario llamar a nadie, yo soy su esposo. —recalcó José Luis, con voz calmada.

José Luis se quedó preocupado por el estado de salud de su mujer, pero a la vez se siente muy feliz porque ella está embarazada. —seguramente no me lo ha dicho porque me tiene prepa
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