Clara Isabel sigue trabajando como aseadora en la misma empresa donde su esposo es el dueño, ella todos los días debe de tomar un taxi para llegar hasta allá porque José Luis le ha dicho que ni loco se hará cargo de llevar en su auto a su personal de limpieza.Dentro de la empresa ellos no se ven durante toda la jornada de trabajo, él en su oficina y ella en sus labores de limpieza en todo el piso, excepto en la oficina de él.Clara Isabel es muy hermosa, con su estatura baja, cabellera negra, sus ojos color miel y una hermosa sonrisa, eso ha sido suficiente para que un chico que trabaja en el primer piso de la empresa le haya echado el ojo.El chico que también tiene muy buen parecido, ya se le ha declarado a ella en los pocos días que llevan trabajando en la misma empresa, pero la chica sabe que si acepta darse una oportunidad con este chico, José Luis quizá se ponga furioso y no la dejará en paz cuando se dé cuenta.— Eres muy bonita y me encantas. —le dijo el chico, en cierta ocas
Un mes ha pasado y Clara Isabel, aún no quiere aceptar que su padre fue un asesino como se lo ha hecho creer José Luis. Las cosas siguen igual entre los esposos Villanueva – Mejía, o mejor dicho peor que antes, porque el hombre malvado ya ha despedido al personal que trabajaba en el servicio doméstico y ahora le toca realizar todo ese trabajo a Clara Isabel, él lo ha hecho como castigo hacia ella porque a diario la ve que se detiene a platicar con el chico de la planta de abajo. Pero ella no sabe cuál es la razón de su castigo y cada día sigue hablando con el chico, y aunque le parece atractivo, pero en su corazón no hay lugar para otro hombre que no sea el odioso que tiene como esposo.Clara Isabel ahora ya no se resiste, ella hace todo lo que él le pide por qué sabe que es en vano negarse y estar discutiendo con él, ya que siempre la obliga a que haga las cosas.Además, cada día que duerme al lado de ese hombre se enamora aún más de él que al principio de su relación y ahora ya casi
— ¿Entonces ahora ya tienes un hijo? —Preguntó no muy contento, pero debió fingir.— Sí, tío, ya tengo a quien nombrar como heredero. Bueno, es decir que ya está agregado en el testamento para cuando yo muera él se haga cargo de todos los negocios.— Esa es una buena noticia mi querido sobrino, pero ¿dónde está tu hijo y su madre? — La chica con la cual estoy casado es la misma que te abrió la puerta y…— ¿Cómo? ¡Ay, perdón hijo! Yo no la traté de buena manera cuando ingresé, incluso la ofendí a tu esposa.— No tienes por qué preocuparte en respetarla a ella, tío. —solo recuerda que el padre de ella fue quien asesinó a tu hermana, por lo tanto, merece que también tú le cobres tu venganza.— No, mi muchacho, yo ya estoy muy viejo para andar con esas cosas. Mejor encárgate tú de ello y yo voy a estar conforme.— Está bien tío, gracias por comprenderme. Le juro que me vengaré por los dos.—Pero vamos, trae a tu pequeño para que salude al tío.— Ahorita, voy y te lo traigo, espérame aquí
Al día siguiente, José Luis se levantó muy temprano para ir a visitar a su tío, ya que tiene unos negocios que proponerle y a él le gusta negociar las cosas personalmente.Clara Isabel se quedó aún dormida en su cama cuando él salió, ya cuando ella se despertó se encontró sola, fue al baño a hacer sus necesidades y luego fue a la cocina a preparar el desayuno.La niñera bajó a la cocina trayendo consigo al pequeño José Antonio, quien muy emocionado como todas las mañanas al ver a su madre se le lanzó a sus brazos.— ¡Hola mi príncipe hermoso! Pensé que no te despertarías tan temprano este día, ya que ayer te dormiste demasiado cansado por andar jugando con los demás pequeñines que vinieron a tu fiesta de cumpleaños. —le dijo la chica y no dejaba de llenar de besos su carita de ángel.— ¡Mamá, yo te amo mucho porque tú me das de comer! —dijo el pequeño Toni, y se relamió al ver su comida favorita en su plato preferido.— Mamá, también te ama cariño.— ¿Papi, dónde está papi? —preguntó
Clara Isabel, como está más que segura de que a su marido no le darán la salida hoy mismo, decidió tomarse su tiempo y llamar a su amiga Yeni, en esta ocasión si le dirá que se va a ir nuevamente del país y que necesita de su apoyo moral. Económico no porque como ella ahora ya no gasta su dinero en alquiler o en comida, ni en gastos para el bebé, ahora su sueldo le queda libre, entonces ha tomado a bien ahorrarlo para un momento como este.Su amiga Yeni se mostró muy contenta por la decisión que ha tomado, y le dijo que hablará con el joven Alberto, para que las vaya a dejar hasta el aeropuerto.— ¿Cuéntame amiga, que te tienes con ese muchacho?— Por ahora nada, yo le he dicho que le va a costar mucho tiempo volver a conquistarme. Pero te confieso que me dan ganas de comérmelo a besos cuando lo veo, lo he extrañado por mucho tiempo y ahora que tengo la oportunidad de volver a estar en sus brazos siento que la estoy desaprovechando.— ¿Y por qué no lo dices que lo perdonas?— Porque p
La señorita Yeni, se ha quedado muy intrigada por no saber a qué es lo que Alberto se refiere cuando le comentó que tiene planeado hacer algo por su amiga Clara Isabel, y por más que le suplica a su hombre para que se lo diga, este no lo quiere hacer porque teme que ella no esté de acuerdo con la propuesta que él le hará. Y que además de beneficiar a la esposa de su amigo, también lo beneficiará a él como pareja de Yeni.— Vaya, cuéntame ya cuáles son tus planes, por favor. —pidió la chica, ya bastante desesperada y a punto de molestarse.— Dame un enorme beso y con mucho gusto te lo diré. —le dijo el hombre con su sonrisita pícara.— Ves que es cierto lo que te digo, que eres muy malo porque solo a base de chantajes me quieres decir las cosas. —expresó la chica, y como él nunca le dice nada, entonces volteó su rostro para el lado de la ventanilla y se recostó en el asiento, haciendo como si no estuviese al lado del hombre más sexi del mundo.— Ja, ja, ja, tú eres única mi princesa, n
— ¡Hermano! —exclamó Alberto, al entrar a la habitación y verle recostado en la camilla, sin poder moverse porque está envuelto en un yeso su pierna derecha, y por su pecho cruza una venda blanca de seda.— ¿Qué haces aquí? —preguntó con altanería José Luis, pues, su orgullo es muy grande. — Vengo a ver a mi hermanito del alma.— Vete Alberto, no tienes nada que hacer aquí, así que te suplico que te vayas y me dejes con mi soledad.— ¡No! Yo soy tu amigo y no te voy a dejar a la deriva, aunque me corras como lo hiciste con tu esposa, pero yo no me iré, yo no soy ella, y por eso aquí me tendrás encima de ti todo el tiempo que sea necesario.— Hermano, te necesito. — ¡Por favor perdóname por ser tan idiota! —dijo finalmente José Luis, reconociendo que se ha equivocado y que no tiene a nadie más de su lado que a su amigo.— Estoy contigo, mi hermano del alma, puedes estar tranquilo que yo cuidaré de ti hasta que te recuperes. —le prometió su amigo y se dieron un fuerte abrazo de hermano
José Luis está muy molesto porque han pasado dos días y aún no sabe nada sobre su esposa y su pequeño Tony. Y es que su amigo Alberto no le ha querido decir en donde está la chica porque quiere que él sufra por la ausencia de ambos y tal vez así cambie de parecer y vea con otros ojos a la chica que lo ama.En estos días ella no ha dejado de comunicarse con el joven Alberto, este la mantiene al tanto de todo lo que pasa en esa casa. Ella se pone contenta cuando él le comunica que José Luis está como loco porque se fue y tiene a un montón de hombres buscándola, ella cree que lo hace porque ya se ha dado cuenta de que la ama, pero no es así.— ¡Alberto! ¡Alberto! —gritó José Luis, en cierta ocasión.— ¿Qué te ha pasado? —le respondió a lo lejos su amigo y tiró a un costado la computadora con la cual está trabajando en unos archivos de la empresa de José Luis.— Ya sé en donde puede estar esta mujer.—¡No me jodas cabrón!, ¿y solo para decirme eso me has estado fastidiando el rato con tus