Floreciendo

PoV Teresa

—Temo que estás confundiendo mis intenciones, Daemon. —mi expresión se tornó severa. —Recuerda que somos socios nada más.

Sin embargo, mis palabras no coincidían con mis acciones, porque no hice siquiera ademán de vestirme.

—Lo lamento. —Daemon hizo una mueca, como si pudiera leerme la mente.

Se burlaba de mí. Porque sabía que deseaba que siguiera. Besó mi mejilla, de una manera tierna y dulce, como si quisiera protegerme. Eso me pareció de lo más confuso.

Con todas estas nuevas perspectivas de Daemon, lo que dijo Eduard, lo que dijo Sophie, no podía fiarme de él. A pesar de que fuera diferente conmigo.

Me dio la mano para que nos dirigiéramos a la parte de su habitación donde había una mesa y dos sillas de color oscuro. Todo allí era tan lujoso, hasta la mínima cosa. Él se colocó una camiseta informal que le quedaba de maravilla. Me di cuenta que nunca antes lo había visto vestir informal. O al menos, no lo recordaba. No podía dejar de mirarlo.

Buscó en su armario otra pla
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