DOMINIK
—¿Estás seguro de lo que quieres hacer? Ella seguirá sin perdonarte si haces eso —comenta mi abogado.
—Debo hacerlo, es la única opción que tengo.
—También tienes la opción de preguntárselo directamente. Quizás se vaya a sentir asediada, pero si no persistes no conseguirás obtener la verdad —agrego —Y es de la mejor forma.
—Dices que no me puedo dar por vencido, pero que tampoco averigüe a mi manera porque empeoraré las cosas —reprimo el coraje que estaba creciendo.
—Lo que te aconsejo es que vuelvas a preguntárselo, persiste hasta que lo consigas. Si para entonces ella sigue negándose —hace una pausa y suspira —No quedará más que forzarla de manera legal.
—¿Te refieres a una orden? —inquiero.
Asiente con esa mirada que conozco, cuando se trata de uno de sus casos. Este asunto no era caso suyo, aunque ya lo había inmiscuido.
<NATALIE—Ya no hay manera de que huyas, debes decírselo.—Estás loca, jamás lo haré —exclamo —Si lo hago lo perdería y eso nos destrozaría a ambos.Estaba muerta de miedo, pensar que podrían apartar a mi hijo de mi lado me asustaba. Tenía que continuar ocultando la verdad todo el tiempo que fuera posible y si no tenía que elegir otra opción, desaparecer de nuevo de su vida y está vez sin dejar rastro de nada.—¿Crees que él sea capaz de hacer eso?—Ya no sé ni que NATALIE—Mami, otra vez ese hombre —señala Dorian, la entrada del edificio.Me congeló antes de llegar. Dominik se veía tan guapo como siempre, su cabello perfectamente peinado como de costumbre, vistiendo una camisa blanca abotonada con las mangas enrolladas y los dos botones superiores desabrochados, y un par de pantalones azul oscuro. Tragué, en cuanto nuestras miradas se encontraron, y suCapitulo 19|No secreto y no mentiras
DOMINIKEra imposible estar molesta con ella, y más al verla en esta condición. Verla llorar me dolía y saber que yo era el culpable de todo, lo hacía más.Nunca había escuchado a Natalie llorar, quizás esto si le preocupaba y demasiado. No quería obligarla a nada, pero me sentía desesperado, necesitaba saber si era el padre de ese niño.No puede evitarlo más y la tomé en mis brazos de inmediato, para acercarla a mi cuerpo. Su cabeza quedó en mi hombro mientras la sostenía tan fuerte para que no escapara de mí, pero no había intensión alguna de hacerlo.Sollozo sobre mi hombro, el tenerla de esta manera dejaba claro todo lo que ha pasado, el estrés que ha sufrido y con lo que tal vez ha cargado todo este tiempo. Quería quitarle toda esa carga
NATALIENo sé por qué me sentí vulnerable a su lado. Me abrí a él y sin que me lo pidiera, aún no le había dicho lo que su padre me dijo aquel día, lo mejor era olvidarlo y pasarlo.Sin poder controlarme me lancé a sus brazos y lo besé, no sé que me estaba pasando. Fue de una manera como si hubiera pasado mucho tiempo de vernos y besarnos. Estábamos ansiosos el uno por el otro, tanto que creo que le rasgué un poco la camisa con mis uñas, pero a ninguno de los dos le importo.Sus manos se movieron inquietas más abajo de mi espalda.—Dios, me vuelves loco —susurro entre mis labios con la respiración agitada.Antes de retomar nuestro beso apasionado, recordé en qué lugar estábamos. Puse mis manos en su pecho para detenerlo. Do
NATALIEAyer fue un día de locos, con el trabajo y con Dorian en casa, no he tenido tiempo de nada. Hace una semana es cuando paso aquello con Dominik, que me pidió una oportunidad y, conocer a nuestro hijo.Pero no ha habido tiempo suficiente para salir o dejar que nos visite, hasta hoy. Hoy vendrá a cenar a casa, lo he invitado. Él había sugerido que salieron los tres juntos a cenar a un restaurante, pero le dije que para ser el comienzo debería primero preparar a Dorian, para él no iba a hacer algo fácil enterarse de que si tiene un padre.—¿Qué es eso que huele tan delicioso? —expresa Dorian mientras entra a la cocina, mueve su nariz olfateando el ambiente.—Galletas —respondo —Tus favoritas, chispas de chocolate.Los ojos de mi hijo brillan de felicidad y muestra
NATALIE Minutos después estamos en el comedor, hemos terminado de comer. Dorian ha estado muy serio, no está cuando llevo el postre y su cara muestra felicidad. Dominik también se ha dado cuenta de ello. —Veo que te gustan las galletas —Domink es el primero en romper el silencio que nos invadía desde que nos sentamos a comer. Dorian deja de ver el plato de galletas y alza sus ojos para ver a su padre. Aún con la boca llena y mientras mastica le responde: —Solo estas —señala. —Cariño, no se habla con la boca llena —digo en un tono suave. Toma de su bebida para pasarse la comida. —Lo siento —responde. —Que bien, eres un niño muy obediente y educado —continúa Dominik. —Mama me ha enseñado, y ya no soy un niño pequeño, ya soy grande, se me ha caído un diente —señala con su dedo sus d
DOMINIKDurante años viví una vida aburrida, se le podía llamar de esa manera. Comprometido solo con el trabajo y querer siempre demostrar ser el mejor en todo, y, aun así, nada de eso me tenía satisfecho. Fue hasta entonces cuando conocí a Natalie, desde ahí todo comenzó a cambiar.Ella me hizo entender muchas cosas y hacerme creer en el amor, un sentimiento que no pensé que experimentaría en carne propia. Con Natalie sentí lo que era estar enamorado, y no me di cuenta hasta en el momento que la perdí.Es algo muy lamentable no darse cuenta de lo bueno que la vida te da en el momento exacto, hasta que ya no lo tienes. Yo fui uno de esos hombres, y es algo que nunca me perdonaré aunque ella ya lo haya hecho.Era la primera vez que quería llegar muy lejos con una mujer, tan
NATALIE El Sol de Toscana nos recibe en todo su apogeo. Sus caminos son grandes senderos de tierra entre pasto finamente cortado, una zona rústica pero moderna, ideal para pasar un día de campo en una cabaña. Y así era como lo íbamos a pasar, lo supe de inmediato en cuanto mire la hermosa cabaña cuando llegamos. Un lugar muy grande y lujosa para ser una simple cabaña. Lo que me impresionó más fue el área de frente, había un lago que abarcaba todo ese espacio. Al llegar, fui a bajar las maletas, sin embargo, Dominik no me permitió que hiciera esfuerzo algo y me mandó junto con Dorian al interior de la cabaña. Efectivamente, ya adentro quedé asombrada por esta casa, en realidad era bellísima, algo fuera de lo habitual. Colores neutro, en sus muebles rústicos y elegantes, se notaba que el dueño era de gustos buenos y exigentes, alguien que sabía de moda. —Es impresionant