NATALIE
No sé por qué me sentí vulnerable a su lado. Me abrí a él y sin que me lo pidiera, aún no le había dicho lo que su padre me dijo aquel día, lo mejor era olvidarlo y pasarlo.
Sin poder controlarme me lancé a sus brazos y lo besé, no sé que me estaba pasando. Fue de una manera como si hubiera pasado mucho tiempo de vernos y besarnos. Estábamos ansiosos el uno por el otro, tanto que creo que le rasgué un poco la camisa con mis uñas, pero a ninguno de los dos le importo.
Sus manos se movieron inquietas más abajo de mi espalda.
—Dios, me vuelves loco —susurro entre mis labios con la respiración agitada.
Antes de retomar nuestro beso apasionado, recordé en qué lugar estábamos. Puse mis manos en su pecho para detenerlo. Do
NATALIEAyer fue un día de locos, con el trabajo y con Dorian en casa, no he tenido tiempo de nada. Hace una semana es cuando paso aquello con Dominik, que me pidió una oportunidad y, conocer a nuestro hijo.Pero no ha habido tiempo suficiente para salir o dejar que nos visite, hasta hoy. Hoy vendrá a cenar a casa, lo he invitado. Él había sugerido que salieron los tres juntos a cenar a un restaurante, pero le dije que para ser el comienzo debería primero preparar a Dorian, para él no iba a hacer algo fácil enterarse de que si tiene un padre.—¿Qué es eso que huele tan delicioso? —expresa Dorian mientras entra a la cocina, mueve su nariz olfateando el ambiente.—Galletas —respondo —Tus favoritas, chispas de chocolate.Los ojos de mi hijo brillan de felicidad y muestra
NATALIE Minutos después estamos en el comedor, hemos terminado de comer. Dorian ha estado muy serio, no está cuando llevo el postre y su cara muestra felicidad. Dominik también se ha dado cuenta de ello. —Veo que te gustan las galletas —Domink es el primero en romper el silencio que nos invadía desde que nos sentamos a comer. Dorian deja de ver el plato de galletas y alza sus ojos para ver a su padre. Aún con la boca llena y mientras mastica le responde: —Solo estas —señala. —Cariño, no se habla con la boca llena —digo en un tono suave. Toma de su bebida para pasarse la comida. —Lo siento —responde. —Que bien, eres un niño muy obediente y educado —continúa Dominik. —Mama me ha enseñado, y ya no soy un niño pequeño, ya soy grande, se me ha caído un diente —señala con su dedo sus d
DOMINIKDurante años viví una vida aburrida, se le podía llamar de esa manera. Comprometido solo con el trabajo y querer siempre demostrar ser el mejor en todo, y, aun así, nada de eso me tenía satisfecho. Fue hasta entonces cuando conocí a Natalie, desde ahí todo comenzó a cambiar.Ella me hizo entender muchas cosas y hacerme creer en el amor, un sentimiento que no pensé que experimentaría en carne propia. Con Natalie sentí lo que era estar enamorado, y no me di cuenta hasta en el momento que la perdí.Es algo muy lamentable no darse cuenta de lo bueno que la vida te da en el momento exacto, hasta que ya no lo tienes. Yo fui uno de esos hombres, y es algo que nunca me perdonaré aunque ella ya lo haya hecho.Era la primera vez que quería llegar muy lejos con una mujer, tan
NATALIE El Sol de Toscana nos recibe en todo su apogeo. Sus caminos son grandes senderos de tierra entre pasto finamente cortado, una zona rústica pero moderna, ideal para pasar un día de campo en una cabaña. Y así era como lo íbamos a pasar, lo supe de inmediato en cuanto mire la hermosa cabaña cuando llegamos. Un lugar muy grande y lujosa para ser una simple cabaña. Lo que me impresionó más fue el área de frente, había un lago que abarcaba todo ese espacio. Al llegar, fui a bajar las maletas, sin embargo, Dominik no me permitió que hiciera esfuerzo algo y me mandó junto con Dorian al interior de la cabaña. Efectivamente, ya adentro quedé asombrada por esta casa, en realidad era bellísima, algo fuera de lo habitual. Colores neutro, en sus muebles rústicos y elegantes, se notaba que el dueño era de gustos buenos y exigentes, alguien que sabía de moda. —Es impresionant
NATALIEEsto era como un sueño hecho realidad, lo había extrañado tanto y nunca me iba a cansar de ello. Sentía que el mundo se había detenido, siempre que estábamos juntos y de esta manera, quería detener el tiempo para ambos disfrutar del momento en el cual nos encontrábamos ahora.Dominik beso cada parte de mi cuerpo, como deleitándose por ello y yo solo me deje llevar por sus besos y caricias que me hacían llevar a la cima. Se inclinó sobre mí y continuos besándome, pero está vez los labios. Me devoró como si fuera el último día de nuestras vidas y de la misma manera me hizo el amor toda la noche.Dios, esperaba que esto siempre fuera cierto y que nunca se fuera de nuestra vida.—Tú y Dorian, son lo más bonito que me ha dado la vida —
NATALIEHoy era el último día de nuestras vacaciones familiares y debíamos disfrutarlo por completo. Al salir de la cama fui en busca de mi hijo, Dominik estaba en la ducha y más tarde nos alcanzaría.Al llegar a la planta baja, lo primero que escuché fue el ruido del televisor. Dorian ya se encontraba despierto y viendo un programa para niños. En cuanto me miró me pidió que le hiciera su desayuno favorito, hoy íbamos a salir a cabalgar, aprovecharíamos la mañana, ya que el sol todavía no estaba en su total resplandor.Dorian estaba ansioso por ello, así que corrió a su habitación a ponerse su sombrero y sus botas nuevas que le había comprado hace unos días para este viaje.Mientras Domink terminaba de ducharse y Dorian de ir por su sombre y botas, comenc&e
NATALIEHabían sido las horas más angustiantes de mi vida, seguíamos esperando alguna noticia de mi hijo, pero no había nada todavía.Una Kris desesperada y con un gesto de preocupación llegó a nuestro lado, la había llamado antes para avisarle de lo que había pasado.—Nat, amiga —dijo mientras recuperaba el aliento —¿Cómo está? Vine lo más rápido posible, el tráfico está de locos está mañana…Se detuvo de inmediato, entendió que nada de eso importaba ahora; sin embargo, me hacía falta distraerme un poco y no estar pensando en cosas negativas, mi pequeño iba a estar bien.—Aún no nos han dado toda la información, solo han dicho que sigue durmiendo y que lo tienen en observaci&oac
NATALIEHabía pasado un poco mi angustia cuando el médico volvió y nos dio la noticia de que mi hijo ya estaba estable y en una de las habitaciones del hospital, quería decir que ya podíamos ir a verlo.Una sonrisa corta, pero de alegría se dibujó en mis labios, había esperado tanto esto todo un día, aún no nos daban los resultados finales su evaluación, el doctor dijo que todavía faltan unos y que hasta que no los tuviera todos juntos no nos podía adelantar a darnos una respuesta.Aún no podía sentirme completamente aliviada, la tensión seguía sobre mis hombros y el dolor de cabeza que me daba constante se sembró tan fuerte que ni con un analgésico desapareció.No habíamos dormido nada, tanto yo como Dominik seguíamos de pie como un asentamiento, duro y firme, pendientes del uno al otro po