POV Cristofer

Voy camino a casa de mis abuelos tenía tres meses que no los veia, los extrañé mucho aunque en realidad mi viaje era necesario, para mi también fue un poco duro estar lejo de los míos, aunque todo el sacrificio valió la pena.

Les cuento Soy único hijo y nieto de los dueños de una de las empresa más reconocida en el país, aunque en realidad se podría decir que son como mis padres, mi abuelo es lo más parecido a una figura paterna, ya que mi padre se olvidó de mi, me abandonó antes de nacer y mi madre se ha dedicado a extender la empresa por todo el mundo, así que nunca a estado para mi. Cuando me tuvo era muy joven y quedó sola, así que mis abuelos me criaron como su hijo, por consiguiente llevo una buena vida, aparte de eso soy el Director de la empresa así que tengo un futuro prometedor

Al llegar a casa de mis abuelo consigo el auto de Juliet parqueado afuera, quien a mi parecer no es una persona muy agradable. Juliet es la hija de un amigo de la familia, no es que me caiga mal solo que mi abuelo insisten en que sería la chica ideal para mi...No lo niego es muy linda solo que un poco ingreida y mimada para mi gusto.

—¡¡Mi niño!! Que alegria tenerte de nuevo en casa— mi abuela es la mujer más dulce que existe en la tierra siempre me consiente, dice que soy su niño, así que soy recibido con gran abrazo de su parte.

—Hola muchacho que gusto tenerte de nuevo por aquí— dice mi abuelo mientras me hace pasar—¿recuerdas a Juliet?.

—Claro abuelo —lo abrazo de verdad que los extrañaba—!hola Juliet! qué gusto verte de nuevo—la saludo y en ese momento recuerdo las veces que mi abuelo nos decia que seriamos la pareja perfecta, de verdad que me da un poco de vergüenza con ella, siempre la notaba incomoda por los comentarios de el.

—Hola cristofer—dice ella un poco apenada, Juliet es hija de Franco un amigo y desde pequeños nos criamos juntos, cuando éramos más niños nos llevábamos muy bien, se podría decir que éramos amigos pero con el paso del tiempo y los comentarios incómodos de mi abuelo y que nuestros caminos se separaron, nos fuimos alejando.

Debido a mi presencia Juliet tuvo que irse, cosa que agradezco de verdad, lo menos que deseo es que el abuelo empiece con sus comentarios de mal gusto, después de eso ellos me recibieron como debía de ser, aúnque el abuelo no desaprovechaba la ocasión para insistir en que era momento de formar una familia. No me siento preparado para eso aunque a mis 33 años consideraría que ya es el momento, yo aún no me siento asi, no a llegado la mujer adecuada con quien idealice una familia.

*** ****

Al fin llego el día de regresar a mi lugar de trabajo, luego de un largo viaje, ya era tiempo de regresar a mi rutina, el regreso a la oficina fue de lo más ameno, lo primero que hice al regresar fue una reunión para saber en qué estado se encuentra la empresa.

Luego de la larga reunión, recibo la visita de mi mejor amigo y abogado de la empresa, Nick quien siempre insiste en que debo vivir la vida loca que es mejor disfrutar el momento sin compromisos, aunque a mi parecer es una tontería su pensar no le llevo la contraria. Somos amigos desde la preparatoria y ahora trabaja en el negocio de la familia, el es lo más parecido a un hermano.

—¡¡Cristofer!! Vengo a hacerte una invitación y no puedes decir que no —pasa a mi oficina sin pedir permiso, se sienta frente a mi y sube los pies en mi escritorio.

—Si es para ir al antro no estoy de humor, ademas sabes que eso de las chicas malas no es lo mío—digo haciendo un gesto con mi mano restándole importancia.

—¡Vamos! es sólo esta noche, relájate vienes llegando a la ciudad tengo 3 meses que no te veo, es tiempo de compartir cómo hombres.

—¡¿Enserio?! Sabes que no soy así además, además yo quiero dormir la junta de hoy me a dejado muerto.—digo mientras suelto un poco mi corbata.

—No dejare de insistir hasta que me acompañes, sabes que soy un grano en el culo cuando me lo propongo—dice parándose de la silla y arreglando su corbata.

—Ok, ok, yo voy, pero eso si tú invitas y sabes que soy exigente cuando de beber se trata—hago un gesto de rendición.

—Tranquilo correré el riesgo—dice saliendo de mi oficina.

*** ***

Ya en casa preparando para ver qué trama nick y apenas estoy listo, voy al lugar donde me cito, en el camino solo pienso “espero no lamentarme al haber aceptado su invitación” después de todo el es muy ocurrente.

Llego al lugar y cómo lo predije es un bar de striper. Lo conosco tan bien y aún así siempre caigo en sus trampas, es que en realidad se aprovecha de mi por que no sé decir ¡No!.

Al entrar al lugar lo consigo en la barra conversando con una mesera, así que me acerco a él.

—¡En serio! te dije que estos lugares no me gustan—digo tomando asiento en la barra a su lado.

—!Relájate! tú solo toma un poco además ya le aviso a los abuelos que llegarás tarde—el muy descarado les dice abuelos, bueno es que nick es uno más de la familia.

—¡¿Enserio?! Y tú crees que eso me salvará de la resaca de mañana o tú harás el trabajo por mi mañana— le digo y el niega con la cabeza

—Eres el jefe ¿Quien se va a atrever a decir algo mañana?—se encoge de brazos

—El abuelo, sabes que no le gusta que tome—mi abuelo por lo general se molesta cuando llego ebrio a casa.

—Bueno pero por hoy estás salvado !vamos toma un trago! —me pasa un trago el cual bebo de una vez, no muy conforme.

Luego de tanto insistir empecé a tomar y un trago trajo a otro y a otro, hasta que perdí la cuenta y hasta la noción, por que no recuerdo nada de lo qué pasó... Solo sé que estoy tirado en el suelo del baño vomitando hasta el alma... Solo espero que el día de mañana amanezca sin ninguna resaca.

*** ***

Cómo lo presentí al día síguenos no puedo ni con mi alma, pero el deber puede más...me levanto un poco tarde así que salgo de prisa. Al llegar a la oficina me recibe May como siempre, ella es mi secretaria y una de las personas de mi entera confianza.

—¡Buenos días May! puedes llevar a mi oficina un café bien cargado—Digo antes de entrar.

—¡Claro señor enseguida! su abuelo lo espera en la oficina—mi cara cambia a una de completa frustración y masajeo mis cien.

—Gracias, por favor no me pasen llamadas o juntas, pásalas todas a la tarde.— al entrar a la oficina me recibe mi abuelo con una cara de pocos amigos.

—¡Buenos días!—Digo y ya se el sermón que me espera.

—¿Buenos días? Por tu cara diria no muy buenos, parece que un carro te hubiera arroyado. Tu abuela me dijo que llegastes muy tarde y que nick te llevo arrastrado hasta tu habitación.

—¿Asi llegue? Te juro que no me acuerdo de nada y ando que me muero—tomo asiento ya que no puedo ni conmigo mismo.

—Sabes que no me gusta que tomes, bueno eso ahora no es importante, estoy aquí por que necesito que ayudes a juliet a tomar la vicepresidencia, ese cargo tiene tiempo solo y necesitamos que ocupen ese lugar urgente.— ¿En serio prétende meter a esa mujer aquí?

—¿Y por qué juliet? ¿Por qué no otra persona? Si ella quiere trabajar que lo haga en la empresa de su padre, no aquí, allá tranquilamente lo puede hacer.—Noto que a mi abuelo no le gusto mucho mi argumento por qué inmediatamente pone mala cara.

—Sabes que su papá no quiere darle ese lugar en su empresa, Además sabes que la necesitamos, eso le servirá de experiencia y nos ayudara.—buen argumento, en realidad aquí la necesitamos, ese cargo lleva mucho tiempo solo.

—¿Y donde está? Por qué con lo mimada que es no creo que se levante temprano, esto será madrugar para ella—y en ese momento se abre la puerta de mi oficina y entra ella.

—!Pues te equivocas cristofer! está niña mimada se levanta temprano—responde ella al entrar y creo que la sangre subió a mi cara, no sabía que ella estaba afuera.

—Bueno los dejo chicos, cristofer ayúdala a instalarse en su nueva oficina y a tomar su cargo—dice mi abuelo mientras se dirige a donde está de pie juliet—Chao querida, espero que sea de tu agrado y decidas quedarte a trabajar con nosotros—mi abuelo le da un abrazo, sé que es muy querida en la familia pero no para que le den tanta confianza.

—¡Gracias! de verdad mi padre no permitiría que trabajara en su empresa—dice y mi abuelo se retira.

Luego de que mi abuelo se retirara se formó un incómodo silencio entre ambos, el cual no sabía como terminar así que doy el primer paso.

—Referente a lo que escuchastes...quiero pedir disculpa no quise hablar así de ti.—digo con la intension de romper el hielo.

—No hay cuidado—hace un gesto restándole importancia—Yo sabía que no te caía bien, pero no sabía que pensabas eso de mi. Aunque es extraño por que recuerdo que solíamos ser buenos amigos.—me regala una sonrisa—Bueno ¿Me indicas mi lugar de trabajo?

Y cómo ya me esperaba esto, ya el abuelo anteriormente me había planteado la idea, así que le tenía una sorpresita preparada había escogido su oficina antes, pude conseguir una bodega vieja en una parte muy alejada de mi área de trabajo, no deseaba que si por su cabecita loca le cruzara la idea de molestar constantemente yo estuviera a su alcance, la decoración del lugar era de la mejor, era fría y esa área está muy solitaria, en el lugar no habían ventanas, en realidad parecia lo que era, una bodega.

Se que es algo infantil pero debía de molestarla de algún modo, tal vez lograba que desistiera de la idea de trabajar aqui y como en realidad la única que estaría en ese lugar era ella, no me importaba.

Los accionistas y socios por lo general era recibidos en la sala de juntas así que esa ubicación era perfecta y no me afectaba en nada. Luego de guiarla a su nueva oficina su expresión me llenó de una satisfacción increíble. Al entrar su cara era un poema.

—Está será tu oficina, espero sea de tu agrado—digo y en estos momentos estoy conteniendo la risa por su expresión.

—Me parece algo peculiar, pero con decoración creo que será un lugar agradable—Dice caminando por el lugar y observando todo alrededor—¡¿Qué?! ¿Esta mujer se volvió loca?

—¡¿Enserio?!—Creo que me sorprendió ella a mi.

—Se que no te agrado pero no pensé que eras tan infantil como para hacer algo así, bueno Gracias para mí está perfecto—dice juliet dejándome anonadado por su reacción.

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No se que pensar diría que todo lo hace para molestar pero con lo que acababa de hacer lo menos que esperara era que me gritara o saliera corriendo como loca pero no en realidad se quedó ahí organizando para iniciar con su trabajo.