Al amanecer, la luz del sol se derramaba a través de las ventanas de la majestuosa habitación del castillo, iluminando la figura cansada y pensativa de Alice. Ella permanecía allí, vestida con su ropa de batalla, atestiguando la grandeza del paisaje que se extendía más allá de las murallas.El castillo estaba vivo con la agitación de aquellos que habían encontrado refugio allí. Lobos rebeldes encontraban abrigo, compartiendo comidas e historias de sus luchas y victorias. El sonido de voces y risas llenaba el aire, creando una atmósfera de camaradería y renacimiento.Mientras Alice observaba ese escenario de renovación, su corazón estaba dividido. La alegría de la conquista se mezclaba con el dolor y la añoranza que el recuerdo de su tío, Asher, evocaba. Sus ojos azules helados permanecían grabados en su mente, un recordatorio constante de su tristeza y rabia.Se permitió respirar hondo, buscando fuerzas para enfrentar esos sentimientos conflictivos. La verdadera paz finalmente se esta
La amargura en la voz de Asher reverberó en el alma de Alice, dejándola aturdida. Con pasos inciertos, intentó avanzar a través de la oscuridad, deseando acercarse a él, pero la falta de visión la envolvía como un velo opaco. Cada paso se convertía en un desafío, la incertidumbre planeando en cada movimiento.Sin embargo, la oscuridad implacable parecía crecer, convirtiéndose en una barrera infranqueable. Alice, frustrada y desorientada, se detuvo en su camino. Podía sentir la presencia de Asher cerca, pero sin la visión que necesitaba, se sintió impotente y desamparada.La voz de Alice resonó en el vacío, llena de resignación y decepción:— Te has convertido en mi padre, Asher. En el instante en que me abrazaste de esa forma cuando nos conocimos, aunque no comprendieras, supe que había algo entre nosotros. Algo profundo e inquebrantable.Su voz pareció perderse en el silencio de la cueva, incapaz de penetrar el velo infranqueable que la separaba de Asher. Las lágrimas se mezclaron co
La loba observó a Lucien correr por el jardín, sus pequeñas manos intentando atrapar todos los insectos a su alrededor. Alice sonrió al ver la determinación del niño, recordando cómo él tenía los mismos ojos verdes cautivadores de su padre, James. Era increíble cómo las características familiares podían ser tan marcadas en generaciones posteriores.Mientras Alice se encantaba con las travesuras de Lucien, sus sentidos agudos percibieron pasos acercándose por detrás de ella. Al volverse, vio a la majestuosa reina Banshee de la isla del cuervo, Helena. Los ojos grises de la reina brillaban a la suave luz de la mañana, y una sonrisa se formó en sus labios al observar al niño correr libremente por el jardín.—Echo de menos cuando Ayla tenía esta edad... —murmuró la reina, dejando escapar un leve suspiro. Alice comprendió el sentimiento de Helena instantáneamente. Ayla, su hija, había crecido y se había convertido en una joven valiente e independiente. Recordar los momentos en que Ayla era
No podía creer lo que oías. El heredero del alfa estaba regresando a casa después de años de entrenamiento en la capital con el Alfa Supremo. — Sé lo que significa esa mirada, y es mejor no ir a buscarlo. Ya no es el niño pequeño con el que jugabas cuando eras más joven, está regresando como el heredero de Armeni, después de años de entrenamiento con la manada del Supremo - dijo Jenny, su mejor amiga. Alice sintió que su corazón se comprimía en su pecho. Recordó la sensación aterradora que sintió cuando lo vio partir... — Tengo que irme, ve a los juegos de los lobos Jenny! Ella apenas escuchó la respuesta de la otra, sabía qué camino tomaría James Turner para regresar. Y si ya había sido visto en los pueblos cercanos, estaba muy cerca de la carretera que llevaba hasta el castillo Turner, pensó ella. Alice cogió una cesta como si fuera a recoger hierbas y corrió hacia las puertas del castillo. La hembra sentía su corazón latiendo enloquecido, y pensó si él la reconoce
Los dos rodaron por el barro en una pelea violenta, James consiguió mantenerse por encima de Vlad y lo golpeó varias veces en la cara, el otro chico intentó usar los brazos para bloquear sus golpes tan feroces, pero James estaba demasiado furioso para que eso lo detuviera, y acabó por conseguir romper su defensa.Sus golpes primero le rompieron la nariz, el barro a su alrededor fue teñido de rojo y James estaba poseído, y no pretendía dejar de dar sus golpes contra Vlad, él ahora se parecía mucho más a un animal feroz y sin conciencia, dispuesto a seguir hasta el final con aquello sin importarle si todos estaban viendo toda aquella escena.Su ira lo había cegado hasta el punto de no darse cuenta de que el Alfa venía hacia él, solo se dio cuenta en el último momento cuando lo pateó justo en la cara haciéndole caer hacia el lado inconsciente.James despertó horas después, su visión no era perfecta. Uno de sus ojos estaba tan hinchado que ni se atrevió a abrirlo, se despertó con el sonid
James no sabía cómo ella había llegado a esa conclusión, y no deseaba responder algo que ni siquiera él entendía bien. Él sopló y volvió a acostarse en la cama cerrando los ojos, oyó los pasos enojados de ella viniendo a él, ella lo llamó una, dos, tres veces hasta que él se volvió enojado con ella. — Estoy cansado. — le dije, Alice puso las manos en la cintura y rebotó decidida. — ¿No pararé hasta que me contestes porque me defendiste de él? Frunció el ceño y sopló. — ¿Por qué supones que dijo algo sobre ti? Ella semicerró los ojos violeta y aclaró: — Además de que vi al canalla apuntándome, él mismo me dijo que lo provocó. James se encogió de hombros haciendo poco caso de aquello, pero, en el fondo, maldiciendo aquel macho imbécil. — ¿Crees que le pegué por algo que dijo? ¡Qué tontería! Le pegué porque no me importaba una mierda la carrera y estaba cansado de su cara de mierda. No tuvo nada que ver contigo Alice *Nask. Cuando la llamó Alice Nask y se rió de ella, por un
Cincuenta latigazos en el... James miró a Alice que observaba paralizada. Natanael Turner no mostraba ninguna emoción, su rostro era una máscara helada. James sintió que estaba siendo golpeado por una espada en su corazón, al imaginar a Alicia, la pequeña y frágil Alicia recibiendo un castigo como aquel. — Ella no hizo nada para ser castigada! — exclamó James para el Alfa. — Usted inició una pelea por ver a Vlad mostrando interés en una hembra, que según él y ella misma, estaba sola con él en una carretera. Ella no lo niega. James vio en sus ojos que ese castigo no era sobre Alice, sino sobre él. Era para castigarlo, por ser inconsecuente. El Alfa había logrado ser peor de lo que jamás imaginó. Sabía lo que tenía que hacer. James se acercó al alfa, y lo miró a los ojos: — Fui imprudente, y me precipité en mis juicios, avergonzando el nombre Turner el día de los juegos. Te ruego que me dejes pagar por lo que hice, como dijo el alfa, no estoy por encima de la ley. Que caiga
James sentía las cadenas de plata quemándose las muñecas, e incluso de espaldas podía sentir la mirada de la multitud sobre él. Había una especie de edificio donde fue conducido para subir los escalones, en medio de aquello estaba el tronco que él estaba encadenado. James deseó que ni Alice ni su madre estuvieran entre la multitud. Unos minutos después, el propio Alfa Turner apareció rodeado de lobos y con su espada en la cintura, su abrigo de piel gris oscuro. En el momento en que la mirada de padre e hijo se encontraron, una especie de corriente de odio y decepción pasó entre los dos. James estaba completamente inmovilizado en el torso, sin camisa. El heraldo del Alfa anunció exactamente la violación de él para todos los presentes, cuando terminó un lobo que sostenía el látigo y sería el ejecutor de la sentencia se movió. James con su visión periférica y excelente audición, pudo escuchar cuando el ejecutor de la sentencia lanzó el brazo del látigo hacia atrás para ejecuta