Las palabras de Alice no provocaron ninguna reacción en él. Ella acababa de acusarlo de envenenarla, pero su rostro permanecía impenetrable, una máscara de indiferencia. El silencio tenso se instaló entre ellos, mientras el peso de sus palabras flotaba en el aire.James, por su parte, soltó un suspiro profundo y pesado, como si estuviera agotado.Su mirada sombría se clavó intensamente en los ojos de Alice, como si estuviera buscando alguna debilidad, alguna vulnerabilidad en ellos.Conforme él acortaba la distancia entre ambos, un escalofrío recorrió la columna vertebral de Alice.Su instinto le decía que retrocediera, que huyera de allí lo antes posible. Pero antes de que pudiera tomar cualquier acción, James la sujetó por los hombros con firmeza, inmovilizándola.El contacto físico aumentó la sensación de peligro inminente, mientras ella luchaba por liberarse de su dominio.Los ojos desorbitados de Alice mostraban una mezcla de miedo y desconfianza.Sabía que no podía confiar en él
El corazón de Alice se hundió en su pecho al darse cuenta de la terrible realidad que se desarrollaba frente a sus ojos.No eran lobos rebeldes ni los lobos del alfa quienes los atacaban, sino cazadores, tres de ellos.Los cazadores Minkovi, una organización de la gran iglesia. Decididos a cazar a todos los que no fueran humanos.La perplejidad se apoderó de Alice, mezclándose con el miedo y la incredulidad ante la situación que ahora se revelaba. ¿Cómo era posible que los cazadores los hubieran encontrado? La sensación de desamparo crecía a medida que comprendía la magnitud de la amenaza a la que se enfrentaban.James, aunque herido por una flecha que casi alcanzó su corazón, no cayó de rodillas ante ella como había imaginado.Por el contrario, se levantó con determinación, y su expresión se volvió aún más sombría.El instinto de protección se apoderó de él, y se posicionó entre Alice y los cazadores, preparado para luchar por su supervivencia.Con la adrenalina recorriendo sus venas
La tensión era palpable en la tienda de Asher, mientras caminaba de un lado a otro, perdido en sus pensamientos. Sus ojos reflejaban preocupación y un toque de decepción. El líder de los lobos se sentía traicionado por la elección de Alice, incapaz de comprender por qué se había entregado tan fácilmente.Mientras los lobos entraban en la tienda, la expresión sombría de Asher dejaba claro que ya tenía una idea de lo que iban a informar. Incluso antes de que pudieran abrir la boca, el líder de los lobos soltó un pesado suspiro.Sus palabras estuvieron cargadas de una mezcla de frustración y tristeza.—Ya lo sé... Ningún rastro de ella, ¿verdad? —dijo, con la voz llena de desilusión.Los lobos bajaron la cabeza, conscientes de que habían fallado en la misión de traer de vuelta a Alice. La decepción de Asher era visible, ya que esperaba más de ella, una mayor resistencia ante las circunstancias.Mientras continuaba caminando por la tienda, Asher trataba de encontrar respuestas en su coraz
Al despertar, Alice se encontró inmersa en una suave penumbra, mientras los primeros rayos de luz del día filtraban por la entrada de la cueva. Sus ojos buscaron instintivamente la figura de James a su lado, pero él no estaba allí.Un sentimiento de ansiedad comenzó a apoderarse de ella; sus manos palpaban el espacio vacío a su alrededor, en busca del contacto reconfortante.En el momento en que sus dedos tocaron el suave tejido de la camisa de James que ella llevaba puesta, una mezcla de alivio y tristeza se esparció por su ser.Ese simple gesto era un recordatorio tangible de la conexión que habían compartido la noche anterior, pero también la dejaba vulnerable a su ausencia en ese momento.Alice abrió los ojos lentamente, su mirada aún turbia por las lágrimas que amenazaban con escapar.Exploró el ambiente con el corazón acelerado, pero James estaba ausente. La soledad que la envolvía en ese instante parecía pesar sobre sus hombros, y un sentimiento de tozudez la invadió.Se sentía
— James — comenzó ella, con la voz temblorosa —, si me llevas hasta el Alfa, sin duda lo mataré. Pero no necesitas cargar con el peso de llevar la muerte a tu propio padre.Los ojos de James se entrecerraron, una mezcla de determinación y tristeza se manifestó en su mirada.Sostuvo la mano de Alice con firmeza, transmitiendo una confianza que trascendía las palabras. Su voz sonó, cargada de convicción y pesar.— Alice, sé exactamente lo que significa llevarte allí. Esa es mi decisión —finalizó el macho.[...]La oscuridad de la noche envolvía a Alice y a James mientras galopaban por el camino sinuoso. El sonido de los cascos del caballo resonaba por la carretera vacía, creando una banda sonora melancólica para la jornada que estaban a punto de enfrentar. La débil luz de la luna apenas iluminaba sus rostros tensos, destacando la angustia en los ojos de Alice.Ella se sujetaba firmemente a la silla, sintiendo cada impacto de los cascos del caballo contra el suelo. El aire frío de la noc
Alice y James emergieron silenciosamente del pasaje secreto en la oscura torre del Alfa. Las paredes de piedra parecían susurrar secretos antiguos mientras avanzaban cautelosamente. El aire estaba cargado con la inminencia del peligro, y la tensión se intensificaba con cada paso.De repente, el sonido de una cuerda tensada cortó el aire. El mundo pareció desacelerarse, y Alice se dio cuenta, con un pavor instantáneo, de que una flecha mortal volaba en su dirección. Sus ojos se agrandaron de horror mientras levantaba sus manos en un intento de convocar su poder para detener la flecha.Pero antes de que la flecha pudiera alcanzarla, James actuó con una velocidad sobrenatural. Con movimientos ágiles y precisos, extendió el brazo, su mano proyectándose en el camino mortal de la flecha. El tiempo pareció congelarse mientras la flecha encontraba el agarre firme de James, detenida en su trayectoria fatal.El rostro de James estaba contorsionado en una mezcla de dolor y determinación. Su expr
La hembra respiró entrecortadamente, sintiendo su corazón latir descompasadamente dentro del pecho. Sus ojos ya no podían ver nada más que al imponente alfa frente a ella. Alice dirigió su mirada hacia James, que permanecía atento a cada movimiento. En ese momento, sabía que poseía el poder de incendiar al alfa con sus llamas, pero su corazón estaba lleno de un intenso odio. Anhelaba más, mucho más.Con determinación, Alice se pronunció con voz firme, enfrentándose al silencio tenso a su alrededor:— No. ¡No vas a morir aquí, donde nadie lo verá! — Las palabras escaparon de sus labios en medio de un esbravejar desafiante. Los dos Turner la miraron, confundidos y curiosos por su repentina osadía.Tomando una decisión audaz, Alice propuso:— ¡Vamos al patio! ¡Te desafío! — Su voz resonó en el aire, cargada de valentía y una feroz determinación. Era un desafío directo al alfa, una invitación a enfrentarlo en un combate físico.La tensión en el ambiente era palpable mientras Alice esperab
Alice, James y el alfa avanzaban en un silencio tenso, cada paso resonando como un eco del peso emocional que llevaban. El corredor del castillo parecía estrecharse, como si las paredes de piedra se cerraran a su alrededor, aumentando la presión en el aire.El corazón de Alice latía descompasado en su pecho, su mente inundada de recuerdos dolorosos y la angustia del desafío que se acercaba. Sentía una mezcla de determinación y miedo, una tormenta de emociones colisionando dentro de ella. Miraba a James a su lado, buscando fuerza en sus ojos, pero también sabía que él compartía esa inquietud.El alfa, con su postura majestuosa, caminaba al frente, cada paso cargado de una historia marcada por batallas y heridas. La mirada penetrante que de vez en cuando lanzaba a Alice revelaba no solo su superioridad, sino también la complejidad de sus emociones. Era como si el recuerdo de haberla salvado cuando era solo un bebé despertara sentimientos contradictorios dentro de él.Mientras avanzaban,