Alice y James emergieron silenciosamente del pasaje secreto en la oscura torre del Alfa. Las paredes de piedra parecían susurrar secretos antiguos mientras avanzaban cautelosamente. El aire estaba cargado con la inminencia del peligro, y la tensión se intensificaba con cada paso.De repente, el sonido de una cuerda tensada cortó el aire. El mundo pareció desacelerarse, y Alice se dio cuenta, con un pavor instantáneo, de que una flecha mortal volaba en su dirección. Sus ojos se agrandaron de horror mientras levantaba sus manos en un intento de convocar su poder para detener la flecha.Pero antes de que la flecha pudiera alcanzarla, James actuó con una velocidad sobrenatural. Con movimientos ágiles y precisos, extendió el brazo, su mano proyectándose en el camino mortal de la flecha. El tiempo pareció congelarse mientras la flecha encontraba el agarre firme de James, detenida en su trayectoria fatal.El rostro de James estaba contorsionado en una mezcla de dolor y determinación. Su expr
La hembra respiró entrecortadamente, sintiendo su corazón latir descompasadamente dentro del pecho. Sus ojos ya no podían ver nada más que al imponente alfa frente a ella. Alice dirigió su mirada hacia James, que permanecía atento a cada movimiento. En ese momento, sabía que poseía el poder de incendiar al alfa con sus llamas, pero su corazón estaba lleno de un intenso odio. Anhelaba más, mucho más.Con determinación, Alice se pronunció con voz firme, enfrentándose al silencio tenso a su alrededor:— No. ¡No vas a morir aquí, donde nadie lo verá! — Las palabras escaparon de sus labios en medio de un esbravejar desafiante. Los dos Turner la miraron, confundidos y curiosos por su repentina osadía.Tomando una decisión audaz, Alice propuso:— ¡Vamos al patio! ¡Te desafío! — Su voz resonó en el aire, cargada de valentía y una feroz determinación. Era un desafío directo al alfa, una invitación a enfrentarlo en un combate físico.La tensión en el ambiente era palpable mientras Alice esperab
Alice, James y el alfa avanzaban en un silencio tenso, cada paso resonando como un eco del peso emocional que llevaban. El corredor del castillo parecía estrecharse, como si las paredes de piedra se cerraran a su alrededor, aumentando la presión en el aire.El corazón de Alice latía descompasado en su pecho, su mente inundada de recuerdos dolorosos y la angustia del desafío que se acercaba. Sentía una mezcla de determinación y miedo, una tormenta de emociones colisionando dentro de ella. Miraba a James a su lado, buscando fuerza en sus ojos, pero también sabía que él compartía esa inquietud.El alfa, con su postura majestuosa, caminaba al frente, cada paso cargado de una historia marcada por batallas y heridas. La mirada penetrante que de vez en cuando lanzaba a Alice revelaba no solo su superioridad, sino también la complejidad de sus emociones. Era como si el recuerdo de haberla salvado cuando era solo un bebé despertara sentimientos contradictorios dentro de él.Mientras avanzaban,
Antes.La atmósfera electrizante dominaba el campo de batalla mientras Asher, con los sentidos agudizados, se sumergía en la inminencia del enfrentamiento.Su cuerpo estaba tenso y cada fibra de su ser parecía vibrar en sintonía con la tensión del momento. Sabía que allí, en ese instante, se encontraba la encrucijada que moldearía su destino y el destino de su manada.Mientras se acercaba al majestuoso castillo del Alfa Turner, la grandiosidad de la edificación parecía mezclarse con la magnitud de su desafío.Asher podía sentir el peso del pasado sobre sus hombros, la memoria de todos los lobos que habían sufrido a manos crueles del Alfa Turner. Las paredes de piedra parecían testigos silenciosos de décadas de tiranía, y Asher estaba decidido a ser la voz del cambio.Con su espada empuñada con firmeza, Asher no solo veía la empuñadura de metal reluciente en sus manos, sino que sentía la presencia de todos aquellos que habían caído antes que él.Pensó en su padre... muerto de forma cob
Mientras la hembra gritaba aquellas palabras desafiantes, el aire a su alrededor parecía congelarse gradualmente, envolviéndola en un manto helado. El viento aullaba en una sinfonía aterradora, resonando con su determinación. Su corazón latía acelerado en su pecho, una respuesta visceral al peligro inminente. A pocos metros atrás, James Turner parecía compartir la misma tensión, sus ojos fijos en ella, reflejando preocupación y valentía.Delante de ella, sus fieles aliados, el tío Asher y Henrique, se posicionaban en una barrera sólida. Sus miradas estaban llenas de sorpresa; aún así, la loba sentía el calor ardiente del vínculo que compartía con ellos, una llama que jamás se apagaría.Decidida y empujada por su inquebrantable coraje, la loba dio un paso adelante; sentía cada vibración de aquel lugar. En el siguiente instante, la voz de James cortó el aire, interrumpiendo el silencio tenso. Ella giró rápidamente, sorprendida, sus ojos encontrando la imagen de la espada de James voland
Alice fijó su mirada en los ojos azules de Asher, su tío y aliado fiel, y se dio cuenta de que sus acciones tendrían un impacto profundo en todos los lobos a su alrededor. El peso de la responsabilidad se asentó sobre sus hombros mientras buscaba una solución que evitara más derramamiento de sangre.El clamor por venganza resonaba en ambos lados, ecoando en una cacofonía ensordecedora. Los lobos leales al Alfa gruñían amenazadoramente, listos para avanzar contra los rebeldes, incitando una nueva ola de violencia. La atmósfera electrificada pendía en el aire, a punto de estallar en caos y destrucción.En un instante de pura valentía, James se posicionó frente a los lobos del castillo, asumiendo la tarea de contener la furia que amenazaba con consumir a todos. Su cuerpo tenso y postura firme eran un escudo humano, una barrera protectora entre los dos grupos rivales. Sus ojos reflejaban una mezcla de determinación y preocupación mientras usaba su presencia para calmar los ánimos.El mome
Al amanecer, la luz del sol se derramaba a través de las ventanas de la majestuosa habitación del castillo, iluminando la figura cansada y pensativa de Alice. Ella permanecía allí, vestida con su ropa de batalla, atestiguando la grandeza del paisaje que se extendía más allá de las murallas.El castillo estaba vivo con la agitación de aquellos que habían encontrado refugio allí. Lobos rebeldes encontraban abrigo, compartiendo comidas e historias de sus luchas y victorias. El sonido de voces y risas llenaba el aire, creando una atmósfera de camaradería y renacimiento.Mientras Alice observaba ese escenario de renovación, su corazón estaba dividido. La alegría de la conquista se mezclaba con el dolor y la añoranza que el recuerdo de su tío, Asher, evocaba. Sus ojos azules helados permanecían grabados en su mente, un recordatorio constante de su tristeza y rabia.Se permitió respirar hondo, buscando fuerzas para enfrentar esos sentimientos conflictivos. La verdadera paz finalmente se esta
La amargura en la voz de Asher reverberó en el alma de Alice, dejándola aturdida. Con pasos inciertos, intentó avanzar a través de la oscuridad, deseando acercarse a él, pero la falta de visión la envolvía como un velo opaco. Cada paso se convertía en un desafío, la incertidumbre planeando en cada movimiento.Sin embargo, la oscuridad implacable parecía crecer, convirtiéndose en una barrera infranqueable. Alice, frustrada y desorientada, se detuvo en su camino. Podía sentir la presencia de Asher cerca, pero sin la visión que necesitaba, se sintió impotente y desamparada.La voz de Alice resonó en el vacío, llena de resignación y decepción:— Te has convertido en mi padre, Asher. En el instante en que me abrazaste de esa forma cuando nos conocimos, aunque no comprendieras, supe que había algo entre nosotros. Algo profundo e inquebrantable.Su voz pareció perderse en el silencio de la cueva, incapaz de penetrar el velo infranqueable que la separaba de Asher. Las lágrimas se mezclaron co