Capítulo 10

James escuchó las palabras de la hembra y fue innegable que aquello lo molestó. De alguna manera él quería que Alice aún no hubiera conocido ningún macho de aquella forma, lo que no tenía ningún sentido ya que él mismo estando con John conoció diversas hembras, sin embargo, solo de imaginar a Alice en los brazos de un macho él mordió los dientes. De alguna manera él sabía que aquel macho no era bueno para ella, y eso le molestaba como si le perforaran cuchillos, Alice había sufrido toda su vida y por lo menos aquel momento debía ser con alguien que la amara, que quedara en lo mínimo haciéndola suya.

James se negaba a mirarla como una hembra que un macho se había acostado y se había ido, sabía en su corazón que Alice quería ser cuidada, y se lo merecía. Se volvió y cuando sus miradas se encontraron su corazón se apretó al ver la vergüenza y fragilidad marcada en su mirada.

— Dímelo a mí, Alice.

Alice respiró profundamente y se sentó en la cama, sus ojos ardían con las lágrimas formándose y ella no sabía hasta cuándo podría contener aquello, un año guardando aquel secreto. Un secreto que ella fue demasiado cobarde para contar incluso a y Jenny que ni siquiera imaginaba... Ahora ella estaba delante de James que marcó su infancia, su petición no era nada simple, contar todo lo que pasó lo haría aún más real.

Pero ella estaba tan cansada de ese peso y si no podía confiar en James ¿en quién más podría?

— Hace un año viajé para conocer el templo acompañada de la madrina, ella sabía que yo quería conocer otros lugares de la Isla, nunca había salido de Armeni y ese viaje fue perfecto. Conocí el templo y pasé tiempo con mi madrina, todo iba bien hasta que...

Cuando ella vaciló James se acercó y se arrodilló frente a él, él agarró sus manos y miró en sus ojos, suavemente dijo:

— Puedes contármelo, Alice.

Respiró profundamente y asintió, las lágrimas descendieron y el arrepentimiento que sintió en ese momento invadió su corazón. 

James vio el dolor y el arrepentimiento en ese mar violeta que era sus ojos, oyó con tristeza cada latido de su corazón acelerando y percibió que quizás no conseguía oír. No se podía ir detrás de aquel macho entonces, hacerlo pagar por cada lágrima derramada ahora, se sentía impotente. A James le gustaba pensar que si era lo suficientemente inteligente podría controlar las cosas que sucedían a su alrededor, pero desafortunadamente no podía cambiar el pasado. Le dio la mano y se dio cuenta de que ya no se trataba de si necesitaba saber o no, se trataba de lo que ella necesitaba... Y en ese momento se dio cuenta de que Alice necesitaba contárselo.

— No importa lo que pasó. No es tu culpa.

Ella asintió.

— Fuimos invitadas a cenar por un macho que la madrina conocía, él era muy gentil y acababa de asumir su manada... Estuvimos allí unos días y por primera vez no me trataron como a una Nask... Dentro de su casa ellos no juzgaron mis orígenes, eso hizo que me sintiera alguien importante, una hembra como las otras y aquella noche cuando vi aquella rosa en la cama... James sabes lo que significan las rosas en la cama de una hembra.

— Una rosa significa que alguien tiene interés. — respondió él.

Ella asintió y James sintió su corazón apretarse a medida que comenzaba a entender todo.

Aquella práctica de la rosa se hacía en clanes nobles, ellos enviaban solo una rosa, roja. Era una señal de que deseaban compromiso, esto precedía a un matrimonio arreglado, pero James sabía que algunos machos usaban esa tradición para engañar a las hembras. La mayoría de los machos enviaban la rosa roja una sola vez. 

— Una Nask siendo vista, atrayendo el interés de alguien... ¿Puedes imaginar cómo me sentí?

James nunca había sufrido rechazo por parte del sexo opuesto, ese sentimiento era desconocido para él, sin embargo, escuchando las palabras de ella y mirando en sus ojos que eran como dos estrellas raras, él logró no solo imaginar, sino sentir. 

— ¿Qué pasó después, Alice?

Ella cerró los ojos y dejó que las lágrimas corrieran por su rostro, James temió que detrás de sus párpados ella estuviera reviviendo toda la situación dolorosa. Desearía poder quitarle el dolor, o al menos sentir su dolor en su lugar.

 — Durante días él enviaba rosas y dejaba algún libro, de alguna manera él sabía que yo apreciaba la lectura, días después cuando mi corazón ya estaba tan completamente envuelto yo entré en el cuarto y no encontré solamente una rosa y un libro. Parado en el centro de la habitación sosteniendo una rosa estaba el propio Alfa. Quedé en shock.  Él se reveló como el dueño de las rosas, me dijo todo lo que una huérfana le gustaría oír y entre promesas y juramentos de amor yo confié en él. Me entregué a James.

James cerró los ojos y se levantó soltando las manos de Alice, él caminó hacia la ventana y respiró el aire nocturno, él sentía que su cabeza explotaría en cualquier momento, su corazón estaba desgarrado porque ya podía adivinar el final de esa historia. 

— Me desperté esta mañana sola. Había una carta a mi lado con un breve mensaje. "Nunca me casaría con una Nask".

Alice no aguantó más y lloró, James no pudo voltearse a abrazarla, no pudo consolarla en ese momento, no cuando cada gota de su sangre hervía. Mientras sus manos temblaban y toda la agresividad dentro de él se derramaba como fuego hacia fuera, él se mordió los dientes y se imaginó hiriendo al desgraciado que había tratado a Alice de aquella forma, que había decidido que ella no valía la pena. 

— ¿Cómo se llama?

Ella no parecía escucharlo así que él se volvió y la vio llorando encogida a los pies de su cama, eso no disminuyó su ira, pero de alguna manera activó otra cosa en él. Algo que le hizo olvidar lo que estaba preguntando y él caminó a pasos agigantados hacia ella, se arrodilló y la envolvió en sus brazos fuertes.

Alicia sintió el calor emanando de él y se dejó abrazar y en aquel instante no le importó que él la estuviera viendo llorar o que sabía que nada más en ella era valioso. Ella necesitaba de aquel abrazo.

— Se llamaba Ahmet... Coltrane.

James entonces se dio cuenta de por qué Vlad estaba tan empeñado en manchar la imagen de Alice.

— Coltrane se casó con Octavia Villin.

Alice lo miró y murmuró:

— Octavia antes de casarse investigó todo sobre Ahmet, con algunas monedas ella consiguió la información que necesitaba, para vengarse contó a su hermano, Vlad. Desde entonces él que ya no gustaba de mí, comenzó a atormentarme aún más...

Demasiado tarde James se dio cuenta de que había alguien parado al otro lado de la puerta, y por el olor era una hembra, un segundo después la puerta se abrió y Jenny entró, sus ojos estaban brillando debido a las lágrimas.

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