Al terminar su clase de Psicología infantil, Sofía sale a caminar por el pasillo sin estar segura del rumbo que sus pies están tomando. Pues de alguna manera cada vez se le hace más evidente la sensación de que ha perdido control total sobre su vida, o al menos en lo relacionado con el amor, hoy se cumplía el plazo de un mes que Santiago le había dado para que tomara una decisión, pero aún no ha sabido nada de él, y esa ausencia se vuelve cada vez más insoportable. En un primer momento creyó que era lo mejor, pero no pasó siquiera una semana para darse cuenta que sin duda no lo quería fuera de su vida.Al levantar la vista para ver a dónde ha llegado, se sorprende al ver la puerta del anterior despacho de él, mordiéndose con ansiedad el labio gira el picaporte y la empuja con la esperanza de ver al otro lado al hombre que ha sido el protagonista de sus pensamientos cada día. Pero de su boca brota un suspiro de decepción al ver que allí no solo no hay nadie, sino que no hay ningún indi
—No es que dude de ti, hermanita, pero no puedes esperar que ahora que sé los riesgos que estás tomando me quede aquí como si nada. Tendrás que hacerme un lugar en tu apartamento, porque me voy contigo —declara Constanza mirando a su hermana, decidida a no dejarla sola en todo eso.—¡Ni lo sueñes, si has estado segura hasta ahora aquí, lo mejor es que no te muevas de este lugar! Sería tonto hacerlo —sentencia Sofía sin estar dispuesta a arriesgarla, de hecho comenzando a arrepentirse de haber sido tan sincera con ella.—¿Pero tú estarás segura? ¡Te metiste en un maldito crucero lleno de mafiosos donde casi te violan, secuestran y asesinan, obviamente no tienes noción del peligro, y necesitas a alguien que te ayude a poner los pies sobre la tierra! —reclama la hermana considerando que las cosas podrían haberse hecho más prudentemente.—¡Ya perdí a papá y a mamá, no pienso perderte a ti también! Yo… no podría soportarlo, simplemente… no podría… —confiesa la empresaria con los ojos brill
Sofía tarda un minuto en reaccionar al sentir el saco caer sobre ella, en un primer momento intenta comprender qué se le pasa por la mente en ese hombre, y cuando llega a la conclusión de que no es más que una forma de declarar que se cree su dueño, siente como la furia comienza a arder dentro de ella. Toda la melancolía que sentía y lo mucho que lo echaba de menos comienza a ser reemplazado por la habitual ira que solo él parece ser capaz de despertarle.—Si hubiese querido tener algo cubriéndome me habría puesto otro vestido, asi que te aconsejo que mejor vayas con esa rubia que has dejado sola, tal vez ella si lo acepte —reclama la empresaria con una sonrisa maliciosa en los labios, no pudiendo evitar dejar salir los celos que ese coqueteo le ha causado.—Este atuendo está bien para una zorra, pero tengo un concepto mucho más alto de ti, por lo que considero que no es el vestido más apropiado para ti. A diferencia de esa tonta rubia que solo ha venido a esta fiesta para meterse en
—No pienso dejarte las cosas tan fáciles, Santiago, no puedes venir después de un mes y esperar solucionar todo con un par de besos —reclama Sofía apartándose de él y yendo hacia una pequeña biblioteca pasando los dedos por los lomos de los libros.—Que bueno que tengo mucho más que solo besos, puedo asegurarte que tengo mis maneras para ser bastante persuasivo —asegura el hombre yendo hacia ella con una gran sonrisa juguetona en los labios.—Es increíble que nunca dejes de tener tanta confianza en ti mismo, estás demasiado acostumbrado a que todo sea tal y como quieres, y creo que te vas a llevar una gran decepción conmigo —murmura la mujer apoyando la espalda en la pared al tenerlo nuevamente frente a ella, disfrutando de la mano que le recorre la mejilla dejando un pequeño calor ante su toque.—Creo que aún tienes mucho con lo que sorprenderme, y no tienes idea de cuanto deseo descubrir lo mucho que puedes brindar, entregar, disfrutar —confiesa el mafioso besando suavemente el cuel
De nuevo en su apartamento, Sofía se deja caer sobre su sillón con una sonrisa en los labios, porque sin duda esa noche que había comenzado con tantas dudas llegó a convertirse en quizás la mejor en mucho tiempo. Y no en realidad porque haya sido capaz de descubrir alguna cosa sobre Alejandro, sino porque por fin se ha atrevido a aceptar lo que siente por él y avanzar. Luego de ese increíble sexo que tuvieron en la oficina, varias preguntas asaltaron su mente, cada una de las interrogantes que él representa, e incluso la pregunta de si estaría dispuesta a involucrarse con un asesino. Pero al pensar que él hizo eso para protegerla, o mejor dicho para hacer justicia por el agravio sufrido, llegó a la conclusión de que esa es una clara muestra de cuan importante es ella, cuan en serio se toma tenerla a salvo y bien.—¿Debería preocuparme cuanto más está dispuesto a hacer por mí? —se pregunta endureciendo su expresión.Y una parte de ella, una muy egoísta, llega a pensar que sería algo m
Con una débil sonrisa, Sofía mira los ojos de su pareja, al ver en su mirada una mezcla de amor y pasión siente que él habla en serio, que quizás realmente se le presenta la oportunidad de forjarse un buen futuro. Frente a ella tiene una oportunidad de ser feliz, y cree que lo mejor será aceptar el consejo de Joseph, de no perder esas oportunidades única que la vida. Por lo que apoyando la cabeza en el pecho de él, se permite disfrutar de ese momento, sentirse a salvo, sentir que ha encontrado su lugar.—Aunque creo que deberías dejar algunas cosas en claro para asegurarnos de que no surjan luego ciertos… problemas —murmura Santiago esbozando una media sonrisa, queriendo dejar en claro lo que espera de esa relación.—Tenías que echar a perder el momento con tu manía de ser el que controla todo, ¿no? —suspira la mujer dándole un puñetazo juguetón en el pecho mientras se aparta para poder mirarlo a los ojos mientras le propone lo que sea que quiere.—Solo quiero que las cosas salgan bie
—No te haces una idea de la alegría que le ha provocado a mi abuelo la noticia de que vamos a casarnos, creo que nunca lo he escuchado más contento en toda mi vida —comenta Santiago con una sonrisa satisfecha sentándose junto a su novia a la mesa para tomar un café.—Me alega oírlo, Joseph parece alguien muy agradable —responde Sofía con un tinte de color en las mejillas.—Sí, supongo que lo es, aunque no soy alguien que haya visto muy seguido ese lado tan… agradable. Ya que no solo me veía como el nieto, sino sobre todo como el heredero de la familia, y por ende quien debía ser preparado para hacerse cargo de todo al crecer —confiesa el mafioso encogiéndose de hombros, sabiendo que su abuelo solo hizo lo que creyó mejor para todos.—Sé un poco sobre eso, mis padres adoptivos fueron muy buenos con mi hermana y conmigo, pero a la vez se esforzaron en prepararnos para poder dirigir sus negocios. Si bien creí que el momento de reemplazarlos sería algo muy lejano, tal vez cuando ya estuvie
El impacto del coche hace saltar las bolsa de aire, pero no evita que la pareja reciba unos fuertes golpes, que junto al estruendo del choque y los vidrios estallando los deja aturdidos por unos segundos. —Sofía… ¿Estás bien… cariño…? —pregunta Santiago soltando un gemido de dolor al sentir un par de descargas de dolor en las partes golpeadas de su cuerpo.La mujer aún aturdida y sin saber muy bien lo que ha sucedido solo es capaz de responder con un gemido, siente como si la cabeza le estuviese dando vueltas, e incluso la pregunta de su novio le suena muy lejana. Incluso mantener los ojos abiertos le supone un gran trabajo, si bien lo que ve es una imagen casi borrosa de lo que sucede a su alrededor. Pero al negarse a caer en la inconsciencia poco a poco su visión comienza a ser más clara viendo como una camioneta negra que parece ser la que los chocó comienza a retroceder, para según parece escapar de allí.—Ni siquiera lo sueñes, maldito gusano —murmura el mafioso endureciendo su e