—No pienso dejarte las cosas tan fáciles, Santiago, no puedes venir después de un mes y esperar solucionar todo con un par de besos —reclama Sofía apartándose de él y yendo hacia una pequeña biblioteca pasando los dedos por los lomos de los libros.—Que bueno que tengo mucho más que solo besos, puedo asegurarte que tengo mis maneras para ser bastante persuasivo —asegura el hombre yendo hacia ella con una gran sonrisa juguetona en los labios.—Es increíble que nunca dejes de tener tanta confianza en ti mismo, estás demasiado acostumbrado a que todo sea tal y como quieres, y creo que te vas a llevar una gran decepción conmigo —murmura la mujer apoyando la espalda en la pared al tenerlo nuevamente frente a ella, disfrutando de la mano que le recorre la mejilla dejando un pequeño calor ante su toque.—Creo que aún tienes mucho con lo que sorprenderme, y no tienes idea de cuanto deseo descubrir lo mucho que puedes brindar, entregar, disfrutar —confiesa el mafioso besando suavemente el cuel
De nuevo en su apartamento, Sofía se deja caer sobre su sillón con una sonrisa en los labios, porque sin duda esa noche que había comenzado con tantas dudas llegó a convertirse en quizás la mejor en mucho tiempo. Y no en realidad porque haya sido capaz de descubrir alguna cosa sobre Alejandro, sino porque por fin se ha atrevido a aceptar lo que siente por él y avanzar. Luego de ese increíble sexo que tuvieron en la oficina, varias preguntas asaltaron su mente, cada una de las interrogantes que él representa, e incluso la pregunta de si estaría dispuesta a involucrarse con un asesino. Pero al pensar que él hizo eso para protegerla, o mejor dicho para hacer justicia por el agravio sufrido, llegó a la conclusión de que esa es una clara muestra de cuan importante es ella, cuan en serio se toma tenerla a salvo y bien.—¿Debería preocuparme cuanto más está dispuesto a hacer por mí? —se pregunta endureciendo su expresión.Y una parte de ella, una muy egoísta, llega a pensar que sería algo m
Con una débil sonrisa, Sofía mira los ojos de su pareja, al ver en su mirada una mezcla de amor y pasión siente que él habla en serio, que quizás realmente se le presenta la oportunidad de forjarse un buen futuro. Frente a ella tiene una oportunidad de ser feliz, y cree que lo mejor será aceptar el consejo de Joseph, de no perder esas oportunidades única que la vida. Por lo que apoyando la cabeza en el pecho de él, se permite disfrutar de ese momento, sentirse a salvo, sentir que ha encontrado su lugar.—Aunque creo que deberías dejar algunas cosas en claro para asegurarnos de que no surjan luego ciertos… problemas —murmura Santiago esbozando una media sonrisa, queriendo dejar en claro lo que espera de esa relación.—Tenías que echar a perder el momento con tu manía de ser el que controla todo, ¿no? —suspira la mujer dándole un puñetazo juguetón en el pecho mientras se aparta para poder mirarlo a los ojos mientras le propone lo que sea que quiere.—Solo quiero que las cosas salgan bie
—No te haces una idea de la alegría que le ha provocado a mi abuelo la noticia de que vamos a casarnos, creo que nunca lo he escuchado más contento en toda mi vida —comenta Santiago con una sonrisa satisfecha sentándose junto a su novia a la mesa para tomar un café.—Me alega oírlo, Joseph parece alguien muy agradable —responde Sofía con un tinte de color en las mejillas.—Sí, supongo que lo es, aunque no soy alguien que haya visto muy seguido ese lado tan… agradable. Ya que no solo me veía como el nieto, sino sobre todo como el heredero de la familia, y por ende quien debía ser preparado para hacerse cargo de todo al crecer —confiesa el mafioso encogiéndose de hombros, sabiendo que su abuelo solo hizo lo que creyó mejor para todos.—Sé un poco sobre eso, mis padres adoptivos fueron muy buenos con mi hermana y conmigo, pero a la vez se esforzaron en prepararnos para poder dirigir sus negocios. Si bien creí que el momento de reemplazarlos sería algo muy lejano, tal vez cuando ya estuvie
El impacto del coche hace saltar las bolsa de aire, pero no evita que la pareja reciba unos fuertes golpes, que junto al estruendo del choque y los vidrios estallando los deja aturdidos por unos segundos. —Sofía… ¿Estás bien… cariño…? —pregunta Santiago soltando un gemido de dolor al sentir un par de descargas de dolor en las partes golpeadas de su cuerpo.La mujer aún aturdida y sin saber muy bien lo que ha sucedido solo es capaz de responder con un gemido, siente como si la cabeza le estuviese dando vueltas, e incluso la pregunta de su novio le suena muy lejana. Incluso mantener los ojos abiertos le supone un gran trabajo, si bien lo que ve es una imagen casi borrosa de lo que sucede a su alrededor. Pero al negarse a caer en la inconsciencia poco a poco su visión comienza a ser más clara viendo como una camioneta negra que parece ser la que los chocó comienza a retroceder, para según parece escapar de allí.—Ni siquiera lo sueñes, maldito gusano —murmura el mafioso endureciendo su e
Sentada en el asiento trasero del coche negro que ha pasado a buscarlos por su apartamento, Sofía se refriega las manos con nerviosismo, y no solo por la sensación de inseguridad que siente al pensar que esa gente podría haber entrado a su hogar estando ella dentro. Si no también por la idea de ir a vivir quién sabe por cuanto tiempo a la casa de Santiago, la cual según ha visto por la dirección que han tomado, que no se refiere a la Villa a la que ella fue cuando se casaron.—No estoy muy segura de que sea una buena idea que vaya a tu casa, puedo quedarme tranquilamente en un hotel, hay varios que tienen muy buena seguridad —comenta la mujer animándose finalmente a hablar, esperando que él no se lo toma muy a mal, pero sintiendo que no está preparada para que compartan un espacio juntos cada día.—Sé que los hay, pero esto no ha sido una simple irrupción a tu apartamento, ni siquiera una especie de robo. Ingresaron allí buscando algo puntual, algo que ya sabían que estaba allí —respon
Al sentir unos rayos de sol dándole en la cara, Sofía se despereza en la cama sintiendo que hace mucho tiempo que no ha despertado de esa manera. Al darse vuelta para saludar a su novio, se encuentra con que él ya no está acostado, según parece es un madrugador. Aunque eso no le molesta mucho, lo hizo quedarse durante toda la noche a su lado así que puede sentirse más que satisfecha. Saliendo de la ducha, siente que quizás no se le haga tan difícil acostumbrarse a ese lugar, incluso hasta piensa que fue algo tonto temer tanto a esa casa y a la convivencia. Si bien eso no significa que se haya resignado a dejar de investigar sobre él, y quizás ese momento a solas en la casa sea una buena oportunidad para hacerlo, ya que cuenta con la excusa de querer explorar el lugar.—Esta casa es enorme —murmura Sofía doblando por tercera vez en un pasillo, comenzando a perder su sentido de orientación, sorprendiéndose al llegar a cada nuevo espacio con obras de arte que está segura que valen una fo
Luego de un incómodo y silencioso desayuno, uno que estuvo muy lejos de ser lo que esperaba, Santiago se levanta y se dirige hacia la ducha. Si bien ha sido capaz de poner bajo control su enojo, sabe que no puede dejar pasar eso, no hay nadie más en quién confíe tanto como en Luna, pero justamente por eso es que debe ser más exigente con ella. Porque un error por su parte, podría significar la muerte para él, y su vida es algo que tiene en demasiada estima como para arriesgarla de esa manera.—En otras circunstancias sé muy bien lo que sucedería en una situación como esta —murmura Luna sentada en el borde de la cama de su jefe, mirándolo con deseo al salir del baño con una toalla atada a la cintura.—No deberías estar aquí —determina el mafioso con frialdad comenzando a buscar en el armario la ropa que se pondrá.—Yo no pienso lo mismo, creo que ese exactamente el lugar en el que ambos deberíamos estar, ¿o acaso temes que le pueda molestar a tu nuevo juguete? Esta nueva versión de un S