Extrañado por sus palabras, Alastor frunció el ceño.―Si no lo sabes, ¿entonces por qué sigues aquí? ―preguntó Alastor con desconfianza―Porque no puedo irme sin darle una respuesta al conjurador una vez que el pago fue hecho, por favor, no soy tan irresponsable ―explicó antes de dirigir su mirada hacia el interior de la oficina, donde, sobre el escritorio, yacía el cuerpo de un hombre, cuya sangre derramada caía gota a gota sobre un enorme símbolo dibujado en el suelo― ¿Cómo planeas responder a su pregunta? ――Sólo debo hacer dos pequeñas pruebas mi querido príncipe ―dijo Paimon con una sonrisa ―Una para ti, y otra, para… Bueno, para la otra parte ――Si me niego a participar en tu prueba, no nos dejarás salir, ¿cierto? ―preguntó Alastor― ¡Ding, ding, ding! ―canturreó Paimon con emoción ― ¡Correcto! Ah, creo que ese estúpido híbrido te subestima ―― ¿De qué hablas? ――Nada, nada, olvídalo ―dijo el hombre antes extender sus brazos hacia el frente ― ¿Empezamos, principito? ―preguntó c
Irritado, Alastor clavó su mirada en los lobos, los cuales, extrañamente, no se movían de su lugar ni lo atacaban.“Sin dudas, Alastor” ―le gruñó Aníketos ― “No tenemos que hacerlo solos”― ¡Bien! Esto es lo que haremos ―exclamó antes de girarse a sus seguidores ―Dante, tú vienes conmigo, tú y yo iremos por esos dos ――Cómo digas alfa ―dijo Dante acercándose a él con cautela―Espera, ¿vas a arriesgar la vida del compañero de tu hija? ―preguntó Paimon―Precisamente porque es el compañero de mi hija es que le confío esto ―dijo Alastor antes de dirigirse a Svein ―Tú y Leben busquen una forma de salir de aquí ――A sus órdenes ―dijeron ambos― ¿De verdad? ¿Tus soldados más experimentados? ―preguntó Paimon fingiendo decepción, lo que casi hace dudar a Alastor―También son los que mejor conocen el palacio, seguramente encontrarán alguna salida en menos tiempo que cualquier otro ―Ante la primer sonrisa sincera del demonio, Alastor suspiró.Había tomado las decisiones correctas.― ¿Sabes? Cas
Ante las palabras del joven, Anna sonrió y negó con la cabeza.―Supongo que, después de descubrir que te he estado mintiendo todo este tiempo, no te interesa… ―― ¿Bromeas? Ahora más que nunca estoy interesado ―dijo Joel antes de girarse hacia su hermano, quien comenzó a negar con la cabeza―Por la sagrada Diosa, ¿puedes hacer el favor de dejarla en paz? Ahora sí que está fuera de tu alcance ―dijo Michel sonriéndole a Anna―Lastimosamente, tienes razón ―dijo Joel encogiéndose hombros ―Entonces, ¿qué dices? ――Si tu te quedas, yo me quedo, alfa ―dijo Michel ―Y aunque no lo hagas, también me quedaré ――Bien dicho ―dijo Joel antes de dirigirse a Kenneth, Isamu y a Hank ― ¿Ustedes que dicen? ――Yo me quedo ―dijo Hank Armstrong ―No nos conocemos bien todavía, pero, nosotros, tenemos una alianza, ¿no es así, alfa? ―le preguntó a Anna, quien asintió―Muchas gracias por su ayuda, joven alfa ―dijo Anna dedicándole una pequeña inclinación con la cabeza―Yo me quedo, tu ve adentro con mamá ―le d
―Por favor ―dijo Tabatha riendo antes de extender sus brazos ― ¿De verdad crees que tienen oportunidad de vencer a todos estos lobos? ―preguntó divertida ―Ustedes sólo son unos mocosos ――Unos mocosos que algún día se convertirán en alfas ―gruñó la Luna Caddy, la compañera del alfa Stewart ―No deberías subestimarlos ――Además no están solos ―rugió la Luna Raine ―Son tiempos modernos y las Lunas también sabemos pelear ――Tal vez ―dijo Tabatha ―Pero ni siquiera ustedes tendrían oportunidad contra estos ―dijo señalando a todos los lobos detrás de ella ―Verán, mis queridas y respetadas Lunas, estos lobos le deben todo al consejero Arioch, por lo que, para ellos, no existe otro rey más que él, para ellos, la familia del rey Máximus no son más que un estorbo para Arioch, quien se ha encargado de Arcadia todo este tiempo ―― ¿Él se ha encargado de Arcadia? ―preguntó Anna apretando los puños ― ¿De qué hablas Tabatha? ¿Acaso te crees que la rebelión es sólo un juego? ――Eso es lo que es ―dijo
― ¿Y tú? ¿Qué harás? ―le preguntó Tabatha a Gael al ver que el joven no se movía de su lugar ― ¿No lucharás? ――Tengo un trabajo más importante que pelear con mis garras ―dijo Gael enderezando su postura ―No voy a permitir que interfieras o que le hagas daño a la gente que está en la finca ―― ¿Oh? ¿Y cómo lo harás? ―preguntó Tabatha sonriendo otra vez ―Esa barrera que estás conjurando terminará por consumir todo tu poder ―― ¿Eso crees? ―preguntó Gael ―Rétame entonces ――Por Selene, creí que eras más inteligente ―dijo Tabatha, quien se inclinó para poder tomar una roca del suelo ―Me pregunto si esa barrera que conjuras es tan resistente ――Pruébala ―dijo Gael sin inmutarseConfiada, Tabatha sonrió, y sin dudar, lanzó la roca a la ventana donde antes, Ares y Emma se habían asomado, sin embargo, para sorpresa de la hechicera, el proyectil no estuvo ni cerca de golpear su objetivo cuando, de repente, tras rebotar con algo invisible, la roca volvió en su dirección como si de una bala se
Aquella tarde, en el bosque de Diana, Tabatha Mendel, una hechicera híbrida conocida por su maldad y falta de emociones, por primera vez en su vida, estaba experimentando una emoción que jamás creyó ser capaz de sentir.Miedo.Frente a ella, una hermosa y enorme loba de pelaje violeta oscuro, tenía sus ojos plateados clavados en ella y la observaba con nada más que odio.Usualmente, aquella mirada no despertaría nada en Tabatha, sin embargo, los ojos de aquella loba comenzaban a desprender un llamativo resplandor carmesí.―P-Por favor, Amara ―la llamó el joven hechicero que se encontraba detrás de ella ―C-Cálmate ―Ante sus palabras, la loba movió las orejas, sin embargo, sus ojos se mantenían fijos en ella, en Tabatha, quien no se atrevía a mover un solo músculo.Y es que, si había algo a lo que cualquier criatura le temía, era a un licántropo que podría estar por perder el control por primera vez en su vida, ya que aquellas criaturas, no sabían detenerse hasta acabar con su presa.―
Preparándose para lo peor, Emmet y Gael cerraron los ojos y se encogieron en su lugar, sin embargo, cuando nada pasó, los volvieron a abrir de inmediato.Para sorpresa de ambos, Amara los había ignorado y se había abalanzado en contra de dos lobos que habían intentado acercarse por su espalda.Uno de los lobos, fue lanzado contra un árbol lejano, mientras que el otro, fue sujetado por el cuello por la feroz criatura, la cual, le gruñía con ferocidad.―P-Por favor, princesa ―jadeó el hombre, que, al verse limitado ante la falta de aire, volvió a su forma humana ―N-No quiero morir… ――Eso debieron pensar antes de darle la espalda a su rey ―gruñó Gael ― ¡Ustedes vivían en el palacio! ¡No tienen excusas! –―Son sólo unos traidores ―dijo Emmet con evidente desprecio― ¡Vayan! ―rugió Tabatha, provocando que todos los lobos se lanzaran hacia Amara, quien no dudó en arrojar al hombre contra sus atacantes, provocando que algunos lobos fueran derribados― ¡Ayuden a la princesa! ―rugió Zeth― ¡Y
Ante las palabras de aquella extraña voz, la imagen de Gael siendo atacado por aquellos lobos cruzó la mente de la loba como un rayo, por lo que, soltando un gruñido fúrico, Amara apresuró el paso.―Gadiel ―gruñó Amara― “Él siempre ha cuidado de nosotras” ―Aunque en ese momento ella no podía recordarlo bien, Amara estaba convencida de que aquella voz no le estaba mintiendo, por lo que decidió hacer su prioridad la de volver a la finca.El camino de regreso no fue muy largo, al menos, no con su velocidad, pues en menos de un parpadeo, la loba ya se encontraba nuevamente en el campo de batalla, cuya situación, sólo había empeorado.En la distancia, un círculo de lobos protegía a Gael de lobos enemigos, mientras que el hechicero, quien se encontraba de rodillas, lanzaba pequeñas esferas de energía a los lobos que intentaban acercarse a la finca.― ¡Gael! ―gritó alguien desde los viñedos ― ¡Es Amara! ―Ante el aviso, tanto aliados como enemigos, giraron su cabeza hacia la loba, la cual,