Ante la petición de la joven, Gerard frunció el ceño y se acercó un poco más a Anna para hablarle con voz queda.― ¿Dijo para el joven alfa? ―preguntó algo confundido ― ¿Para qué? ――Sandy… ―A sabiendas de lo que Anna quería hablar con el hechicero, Sandrine asintió y se alejó algunos pasos de ellos para poder vigilar el pasillo que llevaba a la oficina de Elián.―Escucha Gerard, he decidido que no volveré la noche en la que liberemos a mi padre ―dijo Anna también en voz baja ―Él debe volver y guiar a nuestros aliados, y Dante, debe volver y guiar a su gente, no sabemos cuál es el estado del alfa Basil, así que Dante debe volver…―Pero ¿para qué…? ――Si Dante se va, Damián desaparecerá, y la verdad es que aún lo necesito ――Pero princesa, se supone que hacemos esto para que todos vuelvan a casa ――Lo sé Gerard, pero no puedo dejar a la gente del palacio sola ―suspiró Anna ― ¿Te imaginas lo que les haría Arioch a todos aquellos que estuvieron cerca de mí y de Dante? ――Princesa Anna…
Tras desearle buenas noches, Sandrine le dedicó una pequeña reverencia y volvió por el pasillo por el que habían llegado. Al perderla de vista, Anna suspiró y entró a la habitación.Tal y como había sospechado, a esas horas, su madre ya dormía plácidamente sobre su costado izquierdo. Ares, sin embargo, continuaba despierto, y como cada vez que le costaba dormir, el cachorro se encontraba leyendo un libro.Sonriendo ante la imagen, con mucho cuidado, Anna se dirigió hacia el balcón y se sentó junto a su hermano, quien apenas y se inmutó ante su presencia.― ¿Qué estás leyendo hermanito? ―Sin hablar, Ares sonrió y, asegurándose de colocar un dedo entre las páginas, el lobato cerró el libro y le mostró la portada.― “La leyenda del lobo milenario” ―leyó Anna ― ¿Dónde lo conseguiste? ――Me lo prestó Talía antes de marcharse ―respondió Ares antes de volver a su lectura―Y… ¿Te está gustando? ―preguntó Anna cubriendo sus piernas con la misma cobija que su hermano―Sí, mucho ―exclamó Ares a
Asustados por el grito de su madre, los dos jóvenes corrieron hacia ella solo para ver que su rostro había perdido todo su color.―Mamá, ¿qué sucede? ¿estás bien? ―preguntó Anna con el corazón acelerado―Marcia…. ¿¡A qué se refiere Marcia con que no piensas volver a casa con tu padre!? ―estalló Iva sujetándola por los hombros ― ¡Anna! ¿Acaso tienes idea de lo angustiada que me tiene que estés en ese lugar? ――Lo sé mamá y lo siento ―dijo Anna agachando la cabeza ―Pero no quiero dejar a los demás a merced de Mendel y Arioch, no tienes idea de lo crueles que pueden llegar a ser para conseguir lo que quieren ―― ¡Por eso mismo debes volver! ―exclamó Iva ―Hija, si cometes un error y te descubren… ――No puedo volver mamá, no todavía ―dijo Anna apartándose de su madre ―No voy a dejar atrás a todas las personas que nos han ayudado ――Pero Anna…――Mamá, es demasiada gente inocente, empezando por Aidée, quien confió en Anya y la ayudó a entrar al palacio, también están Sophie y Camille, las cr
Al verla tan desanimada, Iva acarició la mejilla de su hija y se acercó a Marcia, quien, al sentirla acercarse, levantó la cabeza.―Estaré bien Mar, lo sabes ―dijo Iva tomando las manos de su amiga ―Sin embargo, no voy a dejar a mi hija atrás, no otra vez ―Entendiendo el punto de Iva, Anna asintió y se acercó a ellas.―Mamá tiene razón, cuando ella vuelva a ser la Luna de nuestra manada, ella tendrá que estar a salvo, papá tendrá que enfocarse en la batalla, por lo que, si nuestra manada es atacada al mismo tiempo, creo que Loto de Luna no será el lugar más seguro para mamá ni para mis hermanos, para ninguno de los tres en realidad ―dijo tomando la mano de Ares, quien, en realidad, no veía a ninguna y permanecía en silencio―Vale, es verdad, este lugar es el más seguro para nuestra Luna ―dijo Marcia soltando un suspiro ―Bien, volveré a casa y la protegeré durante su ausencia ――Gracias, gamma Vitali ―dijo Iva con voz socarrona ―Ahora, ¿te importaría ir por mi bocadillo nocturno? Llor
Habían pasado dos días desde que el grupo de Zeth había regresado a casa, por lo que todos, habían vuelto a sus deberes. La única excepción, fue Anna, quien, al ser la compañera de Zeth, había sido relegada de todos sus deberes como criada. En su lugar, comenzó a tomar clases de etiqueta y modales por órdenes de Arioch.―Por favor ―gruñó Anna de repente ―Zeth, esto es estúpido, ¿para qué necesitaría esas clases? ―le preguntó al joven, mientras que Sandrine, tomaba sus medidas, y es que, para la presentación, se había decidido que ella llevaría un vestido a la medida―Pues, para que no hables con vulgaridades, ¿te parece suficiente? ―preguntó Zeth, quien tenía los ojos fijos en su computadora― ¡Zeth! ――Oh, vamos Anna, sólo serán unos cuantos días, además, puedes tomarlo como un avance, después de todo, tendrás que tomarlas tarde o temprano―― ¿Tú tomaste esas clases? ―le preguntó Anna―Claro, empecé cuando tenía catorce años ―dijo Zeth frunciendo el ceño ante la información mostrada
Ante la indicación, tanto Sandrine como Sophie, le dedicaron una profunda reverencia antes de abrir las enormes puertas de madera.Al entrar, los ojos de Anna se clavaron inmediatamente en la espalda de su tía, quien, en ese momento, estaba sentada frente a un hermoso piano de cola, donde la joven, tocaba algunas notas distraídamente.―Mi señora, la señorita Carter a llegado ―anunció Sophie― ¡Anya! ―exclamó Keren alegremente antes de ponerse de pie para intentar acercarse a Anna, quien, al ver la emoción en sus ojos, no pudo evitar retroceder un par de pasos, lo que, al notarlo, provocó que la propia princesa se detuviera ― ¿Cómo…? ¿Cómo te encuentras hoy? ―preguntó la joven tras aclararse la gargantaTras la cena en la que Arioch les había presentado a Anya como la compañera de Zeth, a los ojos de los demás, Keren no tenía mucha simpatía por la joven, por lo que, que de repente se mostrara tan entusiasmada por verla, podría ser sospechoso, por lo que Anna, era la encargada de ayudar
Sin perder tiempo, tras la indicación de la princesa, un hombre de mediana edad, alto, y muy delgado, de cabello corto, oscuro y ligeramente canoso, entró a la sala exudando emoción.―Buenas tardes altezas ―dijo el hombre haciendo una reverencia―Buenas tardes, maestro Charles ―dijeron Anna y Keren a la vezEmocionado, el hombre sonrió, se ajustó las gafas que cubrían sus ojos celestes, y se apresuró a acercarse a ellas.― ¿Están listas para las prácticas de hoy? ――Sí, maestro ―respondieron las dos nuevamente―Muy bien, vamos allá ―dijo Charles entregándole su portafolio a Sophie para poder sacar algunas partituras, las cuales colocó en el atril de mesa sobre el piano ―Mi señora, hoy no practicaremos el piano, su excelencia a dado el visto bueno a las canciones que elegimos ayer para la noche de su presentación ――Oh, vale ―dijo Anna apartándose del piano ―Eso significa que practicará con nosotros, ¿cierto, maestro? ――Así es ―respondió Charles con emoción―Ah, Sophie, ¿dónde está Sa
―Eso creo, sí ―dijo Keren suavemente ―Mamá, ¿crees que Chaos sienta el vínculo familiar? ――No, no lo creo ―dijo Idylla con tono pensativo ―Si ese fuera el caso, Arioch ya la habría interrogado hace mucho ――Buen punto… ――Me gustaría saber que piensa Max al respecto ―agregó Idylla con un suspiro ―Sin embargo ¿Crees que ella esté en peligro? ――En absoluto ―respondió Keren con una sonrisa ―Zeth dijo que el conjuro glamour de Gerard es poderoso, además, me parece que es reforzado por los hechiceros de la manada de mi hermano, Zeth me dijo que, difícilmente Mendel la descubriría―Hablas de los padres de Anya, ¿verdad? ―preguntó Idylla con una sonrisa ― ¿Sabes? Ella me habla mucho de ellos, sobre todo, de Gabriel, parece alguien muy interesante, me gustaría conocerlo ―― ¿Verdad que sí mamá? ―preguntó Keren emocionada ―Anya dice que es tan ocurrente, que es fácil subestimarlo, pero, dice que, en realidad, es alguien muy sabio ――Veo que has estado usando el enlace mental ―dijo Idylla mir