Entusiasmados, todos aceptaron la idea de William, por lo que, aprovechando que todos habían ido al centro comercial con el mismo fin, encontrar algo de ropa adecuada para el juicio, el grupo comenzó a vagar por aquella tienda.― ¿Tú no buscarás nada? ―le preguntó Dante a Anna, quien había optado por refugiarse entre sus brazos―No, recuerda que ya tengo mi vestido para la presentación de la familia real, y en cuanto a lo que usaré en el juicio, bueno… ―Sin decir nada, ambos dirigieron sus miradas hacia el área de mujeres, dónde Sandrine y Elizabeth, discutían que combinaba mejor con el pantalón sastre blanco que ambas ya habían elegido.―Parece que no tengo voz ni voto en eso ―dijo riendo―Siendo así, entonces ayúdame, después de todo, lo que dije de mi hermana es verdad ―suspiró Dante exasperado―Espera ―susurró Anna, quien examinaba atentamente el atuendo de su compañero ― ¡Compraste ropa nueva! ¡Incluso zapatos! ――Pues claro, quería lucir bien para nuestra primer cita oficial ―d
―Vale, solo bromeaba, amargado ―gruñó Lysander entre dientes ― ¡Hey! Félix, Gio, miren esto ―dijo al mismo tiempo que tomaba un vestido y se lo colocaba por encima ― ¿No soy sexy? ―preguntó con tono coqueto, provocando que todos los chicos estallaran en carcajadas al igual que unos clientes y algunas vendedoras―Gracias a la Diosa Pía no está aquí ―murmuró Dante avergonzado―Eh, toma esto, Lys ―dijo Will lanzándole unas gafas de sol muy femeninas―Oh, joven alfa, no te hubieras molestado―dijo Lysander con la voz aguda― ¿Qué está haciendo Lys? ―le preguntó Anna a Dante tras salir del vestidor acompañada de Sophie―No preguntes… ―gruñó Dante, quien, fastidiado, pasó su mano por su cabello ― ¿Viste tu vestido, cariño? ――En realidad, no, Andy dijo que quería sorprenderme para agradecerme por haber puesto en su lugar a Judith y a sus amigas ――Entonces, ¿realmente arreglará tu vestido? ――En realidad, me hará uno nuevo ―dijo Anna riendo al ver como Lysander modelaba un nuevo vestido― ¿Q
Algo dudosa, Anna asintió y, tras soltar un suave suspiro, la joven encendió la radio, donde, casualmente, sonaba la canción “No me detengas ahora”, provocando que ambos compartieran una fugaz mirada antes de comenzar a cantar a todo pulmón.En ese momento, a la joven pareja no le importó llamar la atención de otros conductores, ni si quiera la de los lobos que preferían usar sus patas y corrían por una vía designada para ellos. Lo único que ambos deseaban, era disfrutar de la compañía del otro.Cuando finalmente llegaron al café, Dante aparcó en un espacio justo frente a la entrada, por lo que juntos, se apresuraron a entrar sólo para ser recibidos por Pía y Melba, quien parecía haber tenido una lucha con el harina de la cocina.―Ay, Dante, lo siento tanto ―exclamó Melba avergonzada ―Aún no hemos abierto y este lugar ha sido una completa locura ―― ¿A qué te refieres, Melba? ―preguntó Anna―Pues, entre los lobos que vienen a preguntar si abriremos pronto, entre los que vienen a dejar
En medio de una horrible tormenta, sentada en el suelo de un refugio, una joven loba de cabello castaño y ojos color avellana, intentaba protegerse del frío con una delgada manta mientras observaba como, en una pequeña mesa de madera, su hermano jugaba al ajedrez con un atractivo joven de cabello oscuro y ojos dorados como el sol.Desde que lo había conocido, el tipo le había parecido pedante y sumamente molesto, pues este, se dedicaba a acosarla a diario, sin embargo, en ese momento, el joven no tenía ojos para nadie más, solo para el pequeño que se estremecía con cada trueno que resonaba en la distancia.―Tranquilo, ponte estos ―dijo el joven sacándose unos audífonos bluetooth de su bolsillo ―No sé si te guste el tipo de música que escucho, pero, creo que será mejor que los truenos ――Gracias… ―masculló el niño mientras se colocaba los audífonosSintiendo curiosidad porqué tipo de música escucharía aquel joven presumido, la castaña mantuvo sus ojos clavados en su hermano, el cual, s
Eran alrededor de las ocho de la mañana en la hermosa isla de Arcadia, donde sus habitantes, iban y venían por las calles de los diferentes distritos para cumplir con sus deberes diarios.Al igual que los civiles, en el sagrado palacio de Interlunio, todos sus habitantes habían comenzado a realizar sus tareas desde muy temprano, sobre todo, el ejército imperial, el cual, cumplía con su rutina diaria de entrenamientos y vigilancia, pues, tras el secuestro del rey, esta se había endurecido.Pese a que habían capturado al culpable, el paradero del rey era aún desconocido, por lo que, el palacio, se vigilaba incluso tras sus murallas.Los encargados de aquella tarea, eran los nuevos cadetes, los cuales, eran supervisados por los soldados más experimentados.― ¡Oye! ¡Damián! ―le gritó un joven de tez morena a un joven de cabello oscuro que tenía algunas mechas grises ―Deja de distraerte con las criadas, te meterás en problemas si Aidée te descubre ―― ¿Qué sucede? ¿Acaso te gusta la nueva?
Ante la decepción en los ojos de la mujer, Anna soltó un suave suspiro y negó con la cabeza lentamente.―Podría hacerle frente a Mikaela señora Aidée, pero le recuerdo que su excelencia no estaba muy de acuerdo con mi contratación, así que prefiero no causar problemas… ――Anya ―la llamó la mujer con un tono más suave―De verdad, no quiero causarle problemas señora Aidée ―dijo Anna acercándose a la mujer ―Usted ha sido muy amable conmigo, pero, me temo que, si hago frente a esas chicas, su excelencia podría enojarse con usted ――Oh, no, eso no importa Anya, las amantes de su excelencia son unas estúpidas, creen que teniendo su favor pueden terminar echándote del palacio y quedarse con tu puesto ―gruñó Aidée ―Las muy tontas, han trabajado aquí por años y desde que el joven Zeth volvió, jamás les ha dedicado una sola mirada ――Espere, ¿sus amantes? Pensé que su excelencia tenía una compañera ――Y la tiene, pero a su excelencia no le interesa ―dijo Aidée con decepción ―Prefiere tontear co
«Un mes atrás en Wolfsong»Temprano por la mañana en la manada de Loto de Luna, Anna salía de su armario con una sencilla chaqueta de algodón, la cual, su madre le había sugerido llevar, pues en el avión privado de Alastor, siempre solía hacer mucho frío.Al volver a su habitación, se encontró con Elizabeth, quien justo estaba cerrando una pequeña maleta de viaje, la cual, la propia loba le había llevado la tarde anterior.― ¿Llevas todo? ―preguntó Elizabeth sin mirarla―Sí Eli, llevo toda la ropa que me compraste para hacerme pasar por una omega de clima tropical ―Reprimiendo una risita, Elizabeth apoyó sus dos manos sobre la maleta que acababa de cerrar.― ¡No me hagas reír! ―exclamó ― ¡Sigo furiosa contigo! ―― ¿Podrías guardar tu ira hasta mi regreso? ―le preguntó Anna al mismo tiempo que la obligaba a girarse para poder verla ―Eli, tengo que ir, no puedo dejar a mi padre en manos de ese monstruo, además, es cuestión de tiempo para que venga a buscarme, lo mejor es que nos adelan
El camino hasta el hangar de Adriano fue largo y en silencio, nadie se atrevía a hablar, ni si quiera el joven Ares, quien aún no terminaba de entender la situación, por lo que, de vez en cuando, le echaba miradas a su madre y a su hermana, quien tenía un semblante preocupado. ― ¡Mira Anna! ―exclamó Ares emocionado ―Es el avión del abuelo ―dijo señalando la puerta abierta del hangar ― ¿Te habías subido antes? ―le preguntó Anna con curiosidad ―No, ¿nos sentamos juntos? ―preguntó el cachorro con emoción ―Claro que sí hermanito ―dijo Anna en un susurro antes de mirar a su madre, quien asintió lentamente mientras acariciaba su vientre Iva estaba nerviosa, pues volar en su estado no era la mejor opción, sin embargo, ella no quería perder ni un solo minuto más, pues su vínculo con Alastor se encontraba sumamente débil. Al llegar al hangar, tuvieron que esperar unos pocos minutos para que el piloto terminara de preparar todo lo necesario y confirmara el permiso de aterrizaje en G