Se miraba en el espejo una y otra vez, admirando su belleza mientras se formulaba mil preguntas en la mente. ¿Por qué Anthony prefería a esa mujer de clase baja? Cuando ella era una verdadera belleza y no solo eso, era tambien la heredera de su importante familia. Tenía belleza, tenía dinero, ¿Por qué entonces ella no había sido la elegida? Esta molesta, mucho mas que solo eso, Alexia simplemente no podía asimilar que su prometido la hubiese cambiado por otra mujer y peor aún, por “esa” mujer.Tomando su costoso bolso, salió con la intención de confrontar directamente a ese hombre que la había vilmente reemplazado. Subiendo a su auto de lujo, se encamino hacia las oficinas de la empresa que Anthony Crawford dirigía en representación de su padre.En las oficinas del corporativo Crawford, Anthony revisaba la pira de documentos que le habían dejado esa mañana para analizar. La situación era mas seria de lo que había estipulado, pues todo parecía indicar que alguien dentro de la empresa,
—Me alegra que nos estemos entiendo, entonces, ¿Para cuándo me tendrás esas fotografías? —Alexia escuchaba con atención al hombre del otro lado de la línea, mientras sonreía con malicia. Si Anthony pensaba que ella no haría por cobrarse lo que el y Rhaena le debían, estaba muy equivocado, iba a destruirlos a ambos, y forzaría a ese hombre a rogarle el casarse con ella, iba a orillarlo a la máxima desesperación.En la mansión Crawford que la pareja compartía, Rhaena se preparaba para su importante examen. Había pasado la noche en vela estudiando, y aun cuando se sentía cansada, se sentía lista para ello. Anthony miraba a su joven esposa sumamente concentrada en lo que tenia que hacer, realmente para Rhaena no existía nada ni nadie mas cuando se concentraba en sus estudios, y, a decir verdad, le gustaba mucho ese aspecto de ella, no se rendía para alcanzar sus objetivos, y no miraba a la vida con egoísmo. Levantándose de la cama, Anthony bajo hasta la cocina para ordenar que se prepara
El tiempo había comenzado a correr, y Rhaena, con una concentración increíble, se había metido en aquel examen de tiempo limite esperando que sus estudios dieran los frutos esperados. Había pasado la noche en vela estudiando, acompañada de Anthony y con toda la determinación de ser la nota mas alta.Anthony esperaba a su esposa en una cafetería cercana, esperando el mensaje donde ella le avisara que había terminado de presentar, pues aquel día no habría clases, tan solo aquel examen para el que había estado estudiando duramente.Admiraba a su joven esposa, aquella determinación que poseía, jamás la había visto en cualquier otro ser humano, era algo grato de ver el verla esforzándose por alcanzar sus sueños y objetivos, y por un momento, deseo ser igual a ella.Había crecido siendo el primer hijo de la familia Crawford, y, por lo tanto, el destinado a ser el heredero de su casa. Realmente nunca tuvo que esforzarse por nada, todo lo que quería lo tenia en la mano, y quizás por lo mismo,
Cada poster mal intencionado había sido retirado con una rapidez asombrosa mientras Rhaena era llevada a la mansión en una ambulancia en la que la estaban atendiendo después de sufrir aquel desmayo. El abogado de Anthony, Carl Renfield, hablaba en ese precioso momento con el rector de aquella universidad, logrando casi bajo amenazas de parte del heredero Crawford, que aquel penoso incidente no perjudicara a Rhaena de ninguna manera, ya que ella era la víctima. Alexia en su lujosa mansión, se burlaba enormemente de las fotografías que los hombres que contrato le habían enviado, en donde su rival y enemiga yacía con una cara de completo asombro y dolor al mirar su pequeño obsequio, sin embargo, al llegar a la ultima fotografía, aquella sonrisa de triunfo se había desvanecido, al mirar como Anthony abrazaba protectoramente a Rhaena consolándola.En la mansión Crawford en que vivía la pareja, Anthony escuchaba a su padre regañándolo por lo que había pasado, ya que, al aparecer en aquellas
—Señora, le he traído el té, el señor Crawford salió esta mañana, me pidió que le informara que ha ido a hablar personalmente con el señor D´Angelis y que no debe de preocuparse por nada —Aquella mañana daba comienzo en solitario, sin embargo, francamente aquello era lo que deseaba. Rhaena le agradeció a la sirvienta, y con aquella taza de te en las manos, miro como las blancas cortinas se elevaban por cosa del viento.Su cabeza era un desastre de pensamientos aun mas desastrosos, estaba embarazada, con una carrera inconclusa, y de un hombre con el que había firmado un contrato. ¿Qué se suponía que iba a hacer ahora? Suspirando, en ese momento todo lo ocurrido con Alexia pasaba a segundo término. No había caído en cuenta de que podría embarazarse, ¿Qué tan estúpida era? ¿Qué esperaba si tenía sexo a diario con su esposo? No se había preocupado por el periodo, pues según sus cuentas, aun no debería haberle llegado…y por supuesto, no le llegaría.Rhaena…hay algo que debes de saber…y un
El ser madre era el sueño de muchas y la pesadilla de otras. Una decisión que jamás debería de ser tomada a la ligera, y que a todas las mujeres les puede llegar a causar un conflicto, una decisión que debe ser exclusivamente de ellas ya que es su vida la que depende de ello.Rhaena observaba a Anthony frente a ella, y ese hombre, su esposo, le había asegurado que sea cual sea la decisión que ella tomase, la respetaría en el acto. Todo dentro de ella misma daba vueltas, y los mismos temores que había sentido todo el día, regresaban y se iban en una interminable batalla interna. Tenia miedo, estaba asustada, aunque, irónicamente, no era por esa criatura que ya crecía dentro de ella, mas bien aquel temor que la invadía, era debido al profundo temor de convertirse en una madre tan terrible como la suya había sido con ella.—Tengo miedo, tengo mucho miedo de cometer un error fatal, de equivocarme de nuevo, tengo mucho miedo de ser como ella fue, de no ser suficiente…de decir cosas crueles
La larga carretera que ya los recibía se apreciaba casi vacía a esas horas de las madrugada, la oscuridad lo cubría todo a su paso y los nubarrones de lluvia que se divisaban a lo lejos presagiaban una gran tormenta, mirando por el espejo retrovisor miraba la ciudad quedarse cada vez más atrás, Andrew Miller se preguntaba cómo es que había terminado enredado en tal lio, se consideraba a si mismo como una persona sensata y de pensamiento lógico, aunque en esa situación no estaba siendo ninguna de las cosas, pero, ¿Cómo negarse cuando ella se lo había pedido de manera tan dolorosamente desesperada?“Todo hombre comete, aunque sea una sola, locuras por una mujer”Aquella frase casi le hizo mostrar una desapercibida sonrisa de ironía, siempre había considerado que su padre no era una persona sensata, siempre dominado por tontos sentimentalismos al igual que la mujer a la que se consideraba una madre, todos eran iguales en ese aspecto…y ahora mismo el tambien lo era.Estaba viajando para u
La larga carretera que ya los recibía se apreciaba casi vacía a esas horas de las madrugada, la oscuridad lo cubría todo a su paso y los nubarrones de lluvia que se divisaban a lo lejos presagiaban una gran tormenta, mirando por el espejo retrovisor miraba la ciudad quedarse cada vez más atrás, Andrew Miller se preguntaba cómo es que había terminado enredado en tal lio, se consideraba a si mismo como una persona sensata y de pensamiento lógico, aunque en esa situación no estaba siendo ninguna de las cosas, pero, ¿Cómo negarse cuando ella se lo había pedido de manera tan dolorosamente desesperada?“Todo hombre comete, aunque sea una sola, locuras por una mujer”Aquella frase casi le hizo mostrar una desapercibida sonrisa de ironía, siempre había considerado que su padre no era una persona sensata, siempre dominado por tontos sentimentalismos al igual que la mujer a la que se consideraba una madre, todos eran iguales en ese aspecto…y ahora mismo el tambien lo era.Estaba viajando para u