Un gran silencio se apoderó de la oficina. Los betas, atónitos, escucharon cómo la luna rechazaba a su alfa. Una única pregunta se apoderó de la mente de todos: ¿Quién le había enseñado a Cristal a rechazar?, Era evidente que había un traidor entre ellos.Sam miró de reojo a Clair. ¿Era esto lo que ella intentaba advertirle? Ahora no le quedaban dudas de quién era el culpable. De alguna manera, su camarada parecía conocer las intenciones del alfa Tou.Aunque Tou no había herido físicamente a Cristal, el hecho de que alguien le hubiera enseñado a rechazar a su alfa solo podía significar una cosa: Tou no deseaba que su hermano Kogan se fortaleciera. Esta actitud alimentaba las sospechas de que él ansiaba convertirse en el gran alfa y tomar el trono como líder absoluto de la poderosa manada Real Blood.Roland observaba atónito a su luna, impactado por sus palabras. Para Cristal, el silencio de todos era una confirmación de que había sido engañada de forma astuta. No entendía aún el alcanc
A todos los lectores deseo hacer el siguiente anuncio, en esta parte de la obra habrá escenas de violencia explícita, sangre, abuso y escenas de violación. Deseaba informarles porque no sé exactamente cuantos capítulos me tomará desarrollar esta parte de la historia, al mismo tiempo les pido paciencia, ya que las escenas de lucha me están tomando un poco de tiempo en escribir, para que puedan ser comprensibles para ustedes, los lectores. Aprovecho para dejar mis saludos a Adas, Candy Ramirez, Paola Nuñez, Iside Bravo, Janeth Arévalo, gisela chavero, Amaro Rangel, Pimpoyo Aguilera, Anahis Abad, Caludia O´leen y Marie D Rivera, por sus comentarios. besos Ruiza23
Hiro caminaba inquieto por el pasillo tras salir del despacho de su hermano. No era ningún ingenuo: si Roland estaba vigilando a uno de los betas. Aquello lo sorprendía; en los Real Blood nunca había habido un traidor. Pero ese pensamiento lo llevó directamente al rostro de su cuarto hermano, Tou. Él también estaba complicando la situación con su evidente rechazo hacia la luna de Kogan.El comportamiento de Clair la noche anterior también resultaba extraño. Según lo que comprendía, su tercer beta intentó informar algo a Cristal; era probable quería indicarle el significado de la ausencia de Tou en el pacto. Al parecer, Kogan no deseaba que su luna se enterara. Era predecible que más de un miembro de la manada desaprobara las actitudes de Tou, pero, a final de cuentas, cada pensamiento de Hiro acababa girando en torno a su cuarto hermano. Siguiendo su intuición, decidió buscarlo y llevárselo antes de que hiciera algo aún peor, algo que enfureciera a Kogan por su insolencia y falta de re
Las oleadas de fuertes golpes resonaban con tal intensidad que podían escucharse a kilómetros de distancia. Los humanos en las regiones cercanas sintieron los temblores y, creyendo que se trataba de un fenómeno natural, buscaron refugio, ajenos a la verdadera causa.Mientras tanto, Acua, junto a los guerreros que custodiaban la madriguera, percibió el aura descontrolada de su alfa. De inmediato pensaron que estaban bajo ataque de alguna manada enemiga, pero algo no encajaba: no habían recibido ningún aviso desde las fronteras.La incertidumbre los envolvía. La feroz reacción de su líder había sido palpable, pero, de repente, todo pareció desvanecerse. Sin embargo, los estruendos continuaron, estremeciendo la madriguera situada a unos kilómetros de la guarida del lobo. Cada golpe de Kogan contra Tou sacudía el lugar.Cristal y los betas eran los únicos que comprendían la verdadera razón del enojo de Kogan y Rax. Observaban cómo las acciones de Tou los habían llevado a esta situación. Ah
Los fuertes retumbos eran cada vez más débiles ante los golpes del alfa. Roland y Ram lo sabían: Rax se estaba debilitando. Al no cambiar a su forma de lobo, sus energías se consumían rápidamente, pero eso no disminuía la naturaleza ágil y despiadada de su amigo.Rax soltó un fuerte gruñido amenazador. Había sido fácil someter a los demás betas de su camino, pero le molestaba que Ram soportara sus golpes y esquivara muchos de sus ataques. Hizo que el alfa volviera a gruñir con tal ferocidad, que su cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente por la ira.Rax avanzó desatando una ráfaga de ataques con sus garras. Ram, ágil como siempre, los esquivó con facilidad y le propinó un golpe brutal en el pecho, obligando a su alfa a retroceder hasta caer. Sin perder tiempo, Ram corrió hacia él, decidido a no darle oportunidad de reaccionar. Sin embargo, Rax, aún agachado, esperaba el momento adecuado. En un rápido movimiento, atacó las piernas de su beta, logrando sujetarlo. Con un giro violento
Siglos atrás, cuando el rey de la gran manada de los Real Blood cedió el territorio a Kogan, el alfa Zosran, con el pretexto de fortalecer su alianza, visitó al nuevo líder creyendo que sería fácil de aniquilar.Todos pensaron que el antiguo alfa de esta prestigiosa y poderosa manada estaba loco al nombrar a su primogénito como el nuevo líder con solo 75 años. Los alfas suelen ceder el territorio a sus hijos cuando tienen 300 años (3 siglos) y han pasado un riguroso entrenamiento.El padre de Kogan sabía que muchos intentarían asesinarlo para reclamar su territorio, porque a los ojos de muchos alfas, su hijo era un cachorro ingenuo e indefenso. El alfa Zosran, creyendo firmemente en esta idea, atacó. Sin embargo, no consideró que nunca regresaría a su territorio.Su ataque fue implacable. Quería demostrar su poder ante una de las manadas más antiguas y poderosas, para reclamar ese territorio como suyo. No le importaban las vidas de las crías, las hembras preñadas, los cachorros y las j
— No es tu culpa — mencionó Sabrina a Cristal. Ella volteó con mucha congoja al escucharla, ambas lunas habían permanecido en silencio, pero profundamente preocupadas, observando cómo intentaban detener al alfa sin éxito alguno. — Tou es muy astuto — añadió Sabrina con un tono contenido.— ¡Sé que quieres hacerme sentir mejor! Sea o no mi culpa, ¡no puedes evitar que me sienta mal! — espetó Cristal con tristeza evidente, mientras volvía su mirada hacia su descontrolada pareja.Cristal observó a Kogan y Rax atacando sin piedad, mirando con creciente angustia mientras intentaba contener las lágrimas que amenazaban con desbordarse. Desde su posición, podía ver cómo Hiro luchaba desesperadamente por mantenerlos alejados de los heridos, pero cada esfuerzo parecía inútil. Sus golpes, aunque precisos, apenas lograban ralentizar a su hermano, quien respondía con una furia descomunal.El lobo terrible, en uno de sus incesantes ataques, hirió la pierna de Hiro, afectando su agilidad. Cristal cer
La brisa golpeó con fuerza la piel de su cuerpo, lo que hizo que Cristal abriera los ojos lentamente tras haberlos cerrado. En ese instante, Kogan y Rax la sujetaron y la ubicaron sobre sus hombros mientras se adentraban en el inmenso bosque.Ella observó cómo, en pocos segundos, la destruida guarida del lobo desaparecía de su vista. Esto la hizo exhalar un gran suspiro de alivio, comprendiendo que había logrado calmar a su pareja y que nadie más resultaría lastimado.De no haber sido por aquella misteriosa voz, no se habría atrevido a acercarse, y todo habría sido diferente. En ese momento, el ritmo veloz de los pasos de su pareja aumentó. Ella se aferró con fuerza, creyendo que en cualquier momento caería, pero los grandes brazos del alfa la sostuvieron contra él, como si fuera un niño pequeño en los brazos de su madre. Fue entonces cuando Cristal pudo sentir su vínculo. No podía ver sus grandes facciones, pero lo sentía más relajado, lo que la llevó a preguntarse: ¿Por qué no había