"Somos cuerpo y alma, par de gotas de agua, tu y yo. Más que amor Somos noche y luna, como mar y espuma, tu y yo. Más que amor"Fumiko Ibars La felicidad que sentía por mis sueños cumplidos parecía desvanecerse como un suspiro en la brisa. Había momentos en los que me sentía tan llena, tan satisfecha, pero era tan efímera. Poco a poco, esa alegría fue apagándose, sustituida por una fría lógica que me arrastraba nuevamente a la realidad. La misma realidad que había intentado olvidar, desconectándome de ella por momentos, como si pudiera escapar a un mundo donde todo fuera más simple. Pero al final, las sombras de la razón siempre volvieron a atraparme. Y hoy, no era diferente. Estaba en el balcón, el día ya había amanecido de nuevo. Después de haber pasado toda la tarde con él, me dejé llevar por ese deseo creciente que había estado ardiendo dentro de mí, permitiéndole que me hiciera suya por primera vez. Fue tan gentil, tan atento, que durante un momento sentí que todo a mi alred
-Este lugar es asombroso -dijo Oshin, y sonreí, sintiendo el calor de sus palabras recorrer mi cuerpo como una caricia. Había algo especial en cada momento que compartíamos, algo que me hacía pensar que quizás las cosas entre nosotros no eran solo un capricho pasajero. -Es mi línea -murmuré, y al hacerlo, sentí un suspiro escapando de mis labios, mientras mi mirada se perdía en el cielo. Garret. Garret... De repente, su nombre inundó mis pensamientos con una intensidad inesperada. No podía evitarlo, su rostro, su voz, su presencia... todo de él estaba grabado en cada rincón de mi mente. Eso me hizo fruncir el ceño, intentando deshacerme de esa imagen tan persistente que no dejaba espacio para nada más. -Nadie, además de Connor, Garret y yo, puede acceder a ella a placer... -dije, con una mezcla de inseguridad y determinación. Al final, tenía mis razones para tomar esa decisión, pero no dejaba de preguntarme si había sido la correcta. -Aquí hay cocina, yo sí tengo hambre... -añadí
-Este lugar es asombroso -dijo Oshin, y sonreí, sintiendo el calor de sus palabras recorrer mi cuerpo como una caricia. Había algo especial en cada momento que compartíamos, algo que me hacía pensar que quizás las cosas entre nosotros no eran solo un capricho pasajero. -Es mi línea -murmuré, y al hacerlo, sentí un suspiro escapando de mis labios, mientras mi mirada se perdía en el cielo. Garret. Garret... De repente, su nombre inundó mis pensamientos con una intensidad inesperada. No podía evitarlo, su rostro, su voz, su presencia... todo de él estaba grabado en cada rincón de mi mente. Eso me hizo fruncir el ceño, intentando deshacerme de esa imagen tan persistente que no dejaba espacio para nada más. -Nadie, además de Connor, Garret y yo, puede acceder a ella a placer... -dije, con una mezcla de inseguridad y determinación. Al final, tenía mis razones para tomar esa decisión, pero no dejaba de preguntarme si había sido la correcta. -Aquí hay cocina, yo sí tengo hambre... -añadí
"No necesito tus razones por la cual se supone debo estar bien"Oshin Itreque "¿Garret?, ¿Garret?, ¿Ese nombre?, ¿De dónde me suena ese nombre?", me preguntaba una y otra vez en mi mente, mientras observaba el lugar por donde mi pequeña había salido hace unos segundos, después de la repentina aparición de ese hombre. El comedor seguía en total silencio, la atmósfera cargada de confusión y tensión. Todos miraban el mismo lugar que yo, pero nadie parecía entender lo que había dicho él ni por qué mi pequeña reaccionó de esa manera." -Esta es mi línea- me dijo ella con esa sonrisa dulce, esa que siempre me había conquistado, mientras la abrazaba con ternura. Me sentía completo, pleno, al tenerla en mis brazos, mirando el cielo rosa de este extraño lugar. Ese cielo, tan diferente y tan hipnotizante, era el reflejo de lo que sentía en ese momento, como si todo estuviera en su lugar. Pero lo que me dijo a continuación, -Solo Connor, Garret y yo podemos acceder a ella sin problemas...- no
Fumiko Ibars -Esto tiene que ser una broma -me quejé por sexta vez, con fastidio, sin mirar a Garret. Mis manos recorrieron mi rostro, tratando de aliviar la presión en mi mente, que no paraba de girar como un torbellino. Las palabras de Garret resonaban en mis oídos, y no podía dejar de repetirlas, como si hubiera algún significado oculto detrás de ellas, algo que todavía no entendía, pero que me incomodaba profundamente. -Lo siento, fue mi culpa... Me distraje y ellos aprovecharon eso para salir... -se disculpó Garret nuevamente, y al escuchar su voz, sentí que un nudo se formaba en mi estómago. Levanté la vista hacia él, pero no pude mirarlo a los ojos. Sabía que su culpa no era real, que en realidad, si alguien tenía la culpa, era yo. Me sentía como una idiota, una estúpida que no sabía cómo manejar la situación. Y más aún, me sentía como si estuviera rompiendo algo precioso, algo que, hasta ahora, había sido perfecto. Lo miré, y por segunda vez en mucho tiempo, sentí el peso d
"...mirando a la ventana, perdiéndose en el cielo. Una hermosa gitana se esta convirtiendo en hielo"Fumiko Ibars Mi pecho subía y bajaba de manera descontrolada, como si mi cuerpo intentara respirar en un espacio reducido, mientras las espesas lágrimas acumuladas en mis ojos se deslizaban por mis mejillas, dejando un rastro frío y salado. No podía entender lo que estaba sucediendo, lo que había presenciado, lo que había sentido, y mucho menos cómo había llegado a este punto. Cada uno de esos pensamientos me golpeaba con fuerza, empujándome más hacia el abismo de la desesperación. Un gruñido de enojo puro salió de mi garganta, el sonido crudo y visceral de un dolor que se filtraba desde lo más profundo de mi ser. Con furia descontrolada, caí de rodillas en la tierra, sintiendo el peso de la impotencia arrastrándome hacia el suelo. Sin pensarlo, elevé una enorme raíz de la tierra, una extensión del bosque que parecía vibrar bajo mi energía, y la enterré con fuerza en el pecho de Luci
-De- de nue- vo te ha- ha- hago llora- rar, per... perdo... do... do...name, pe... peque...ña- susurró contra mis labios, cada palabra más dolorosa que la anterior y más pausada de la siguiente sílaba, su voz quebrada por el dolor y la debilidad, sus palabras llenas de un pesar que me atravesaba el alma. Sentí sus manos temblorosas intentando aferrarse a mí, pero se deslizaban como si la vida se le escapara entre los dedos. Negué, besándolo con urgencia, mi rostro cubierto de lágrimas que se confundían con la suya, mientras le sonreía de manera forzada, un gesto sin alegría, porque no quería que muriera. No podía soportarlo. -Eso no importa, Oshin -dije, mi voz rasposa, luchando por mantener la calma. Besé el dorso de su mano, sintiendo el sabor metálico de su sangre que se había mezclado con la mía. Ese sabor rancio, como si la muerte ya estuviera presente en nuestras venas, me invadió y me asfixió. En ese instante, todo se desvaneció, todo excepto él. Rocky corría hacia nosotros, a
La lluvia caía con una intensidad implacable, y cada gota parecía una punzada que me atravesaba, empapándome de un dolor que no podía describir. Mis pensamientos, que antes eran claros, ahora se entrelazaban en un caos indescriptible. Riu intentó acercarse, pero lo alejé de mí con una brusquedad que me sorprendió. -No me toques -dije, mi voz rasposa, como si mi garganta estuviera llena de cristales rotos. Me abrazaba a mí misma, buscando consuelo en el vacío, en la distancia. Lo sentí alejarse, su expresión llena de dolor, como si mi rechazo le perforara el corazón. -Ya no tengo nada que hacer aquí- pensé en voz alta, como si eso pudiera aliviar el peso que aplastaba mi pecho. Las palabras de Oshin volvieron a mi mente, un eco lejano que me quemaba por dentro. "Cuida de Roderick por mí..." Recordé su petición, y aunque la rabia y la tristeza me quemaban por dentro, aparté la mirada de Riu. Me levanté lentamente, mis músculos gruñendo por el dolor, mi cuerpo temblando bajo el peso