Capítulo 40

―¡Buenos días por la mañana, zorras!

Fiorella rueda los ojos al ver aparecer a nuestra amiga Ari, que entra a mi habitación con tan lindo saludo. Mi mañana ha sido muy concurrida.

―Hola chili ―digo con media sonrisa.

―Hola, barrigona.

―Aún estoy plana.

―Te doy tres meses, no más, porque estoy segura de que será un bebé enorme, su padre es un gigante prácticamente.

Todas reímos por el loco comentario de Ari, incluso ella.

―No seas exagerada, nada más mide 1.88 metros de altura.

―¡Vaya! Ya veo porque te atrapó, gatita ―expresa Fiore con picardía y se sube a la cama, seguida por Ari. Yo trato de controlar la carcajada.

―A ver, ¿por qué según tú? ―pregunto inocentemente.

―Pues, ¿por qué más, nena? Si Troy es alto, su pene debe ser suculento, ¿no? ―Las estruendosas risotadas no se hacen esperar por parte de Ari, yo inhalo y exhalo por el bien de mi bebé.

―Por favor, Fiore, no puedo reírme como se debe, deja de decir idioteces.

―¡Cierto! ―protesta Arlet, dándole un manotazo a Fiore en el h
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