―¡Buenos días por la mañana, zorras!Fiorella rueda los ojos al ver aparecer a nuestra amiga Ari, que entra a mi habitación con tan lindo saludo. Mi mañana ha sido muy concurrida.―Hola chili ―digo con media sonrisa.―Hola, barrigona.―Aún estoy plana.―Te doy tres meses, no más, porque estoy segura de que será un bebé enorme, su padre es un gigante prácticamente.Todas reímos por el loco comentario de Ari, incluso ella.―No seas exagerada, nada más mide 1.88 metros de altura.―¡Vaya! Ya veo porque te atrapó, gatita ―expresa Fiore con picardía y se sube a la cama, seguida por Ari. Yo trato de controlar la carcajada.―A ver, ¿por qué según tú? ―pregunto inocentemente.―Pues, ¿por qué más, nena? Si Troy es alto, su pene debe ser suculento, ¿no? ―Las estruendosas risotadas no se hacen esperar por parte de Ari, yo inhalo y exhalo por el bien de mi bebé.―Por favor, Fiore, no puedo reírme como se debe, deja de decir idioteces.―¡Cierto! ―protesta Arlet, dándole un manotazo a Fiore en el h
Estoy recostada sobre la cama, como ya es costumbre, por mi reposo total. Ya he tenido un rico desayuno y Troy me ayudó a darme una ducha temprano. Sus mimos y cuidados me tienen en una nube de amor, despertar a su lado ha sido hermoso; dormí profundamente entre sus brazos y me despertó con pequeños besos fugases, tuve ganas de hacer el amor con él, pero tengo que contenerme. Ja.La noche estuvo un poco tensa por el tema de Theodore, tuve que exigirle prácticamente a mi novio que me contara todo lo sucedido durante la pelea; soy fuerte, y por ende mantendré a mi bebé fuerte también. Por otro lado, tuvo que explicar a mis padres sobre la discusión con su hermano, porque por su rostro era imposible que pasara desapercibido.Sé que me ocultó algunos detalles de esa disputa con su hermano, porque según él fue una pelea rápida, pero hasta el más ciego podría notar que una pelea aligerada no conlleva a dejar el rostro como el que luce Troy justo ahora.Lo observo dudosa, camina de un l
Un toque en la puerta me hace salir de mis pensamientos.Imagino ya quien puede ser, sin embargo, veo que es mi madre con Mía, enrollada en torno a su cintura.―Llegó Theodore, ¿segura que quieres recibirlo? ―vuelve a preguntar por segunda vez, y esta vez en tono serio. Mía me observa igual de seria, parece que supiera de lo que habla nuestra madre.―¿Qué le sucede a Mía? ―Pregunto curiosa.―Se encuentra molesta porque quiere que Angy venga a jugar con ella. Ya le dije que ella está en clases. Hablé con Amanda hace un rato, en vista de la demanda de esta pequeña exigente, y quedó de traer a su hija por la tarde. ―Mamá sonríe negando y yo río también.―Mamá, con respecto a tú pregunta, es inútil que insistas en que no vea a Theo hoy. Si me siento incomoda con él ya sabes cómo soy, se lo digo en su cara y listo.―Bien, al menos por ese lado me encanta que mantengas esa actitud. Lo hago pasar entonces.Mi madre sale de la habitación junto a mi hermana y unos segundos después entra T
Fiorella―¿Estás segura de que no pasemos por ti?Insiste Arlet. Pero ya voy de camino en un taxi.―Totalmente, Ari. Nos vemos en la disco.―Entendido Fiore, allá nos vemos.Esta noche decidimos ir a Tunnel, es una discoteca fresca y moderna.Mientras el taxista conduce por las calles de Boston me deleito en las luces que brillan y que iluminan a cada una de estas calles, se siente la vida nocturna, la algarabía de la gente en las avenidas.Llego al sitio y bajo con cuidado del taxi, acomodando mi vestido corto en color negro, muy coqueto porque hoy quise vestirme provocativa. Camino glamorosa hasta la entrada, en donde hay fila para acceder a la disco, pero ya nosotros tenemos reservación. Me dirijo hasta el vigilante en la puerta, doy mi nombre, levanta el cordón de seguridad rojo y de inmediato me permite el acceso. Adentro la música vibra, la gente baila, disfruta. Observo mi móvil en la mano para saber si Arlet y Kevin ya se encuentran acá y me consigo justamente con un mensaje d
Un mes y dos semanas después. No me canso de ver la tarjeta de invitación a nuestra boda y el mensaje al final de esta, de esa manera nos sentimos él y yo.Hemos contratado a la misma chica que organizó la boda de Arlet. Me encanta porque nos ha sabido guiar a detalle en cada paso y decisión sobre la fiesta y ceremonia. Los colores que hemos escogido para la decoración son el blanco, crema y dorado, y digo escogido porque consulto lo mínimo con mi ángel terrenal, aunque él nada más sonríe de esa manera que me mata de amor e insiste en que absolutamente todo lo que me haga feliz a mí, por ende lo hace feliz a él también.Las invitaciones las hicieron en tiempo record, nada más la doctora Crow nos informó en la quincena de diciembre que nuestro bebé se encontraba fuera de peligro fue carta blanca para organizar la boda. Ari de inmediato se comunicó con Cindy Camacho y ella me contactó, es una chica amable y encantadora, pese a que debe viajar varias veces a Puerto Rico ya que la bo
Trato de controlarme, marco a la recepción del edificio de Troy, esta vez al menos alguien responde.―Buenos días ―responde Hans, uno de los porteros del edificio.―Buenos días, Hans, soy Victoria, ¿Troy está en su departamento? ―Puedo notar como el amable portero se queda callado por unos segundos.―Señorita Victoria, en efecto, el señor Bourke se encuentra en su pent-house.―Gracias, Hans, hasta luego.Nana Eva me observa apretando los labios. Tomo una bocanada de aire.―Nana, me daré una ducha rápida, voy al departamento de Troy y de allí al hospital, prometo avisarte que sucede apenas me encuentre allá, por favor dile a Brad que prepare el coche, en diez minutos estoy lista.―Pero niña, deberías esperar a que regrese Troy. No quiero que estés por allí sola.―Nana, estaré con Brad. Además no abusaré, no voy a caminar tanto. Ya sabes, aunque no tenga el alta médica a un cien por ciento puedo dar paseos cortos.―Está bien. Promete que me llamarás apenas sepas algo de Mía.El cam
“Hay un solo niño bello en el mundo y cada madre lo tiene.”Josep Pla.Escritor español.―¿Victoria?Estoy paralizada.Sin aliento.Todo se ha detenido.Mi madre habla nerviosa, apresurada. La observo, pero es como si no estuviera allí. Mi boca está seca.Mía... Mía... Mía.Es mi hija. Es de Troy. Por supuesto que es de él.¡Por Dios, ella es nuestra!Es nuestra.Dios. Dios. Dios.Ahora lo veo todo más claro, mis pensamientos y sencillos detalles pareciera que ven luz por primera vez en la vida desde mi accidente y coma.Observo a Troy, que me observa fijamente con ojos desesperados, atónitos. .Mía, tiene la misma sonrisa de él y el mismo color de ojos. Uno ojos que no paran de verme, unos ojos angustiados, temerosos, llenos de un miedo que nunca había visto antes.Esto es mucho para mí en estos momentos, siento rabia conmigo y con mis padres, esto es tan difícil de entender, de procesar, es demasiado fuerte; mi corazón está a punto de salirse de mí pecho. Mis ojos me pican por las l
Piso de a poco el freno para comenzar a bajar la velocidad, dos minutos después me estaciono frente a él. Me observo en el espejo retrovisor, mis ojos se encuentran totalmente rojos e hinchados a causa del llanto imparable, siento las emociones a punto de rebasarme.Bajo del coche dando un portazo, que va dirigido con toda la intención del mundo a él, paso por su lado sin mirarlo, que no crea que será un mandón conmigo en estos momentos porque así sea el padre de mis hijos, me mintió con la tipeja zorra aquella. En segundos, él me retiene por un brazo. De nuevo el llanto regresa, mi vulnerabilidad se fue al piso.Lo amo, siempre va a ser así, es mi todo.―Por favor, suéltame ―pido de manera calmada, sin mirarlo, lo hace de inmediato, estoy dándole la espalda porque es mejor para mí, si lo veo a los ojos me voy a quebrar.―Victoria, necesito que me escuches.―Ahora lo único importante es... nuestra hija ―musito incrédula. Al pronunciar esas dos palabras me parece tan sorprendent