Piso de a poco el freno para comenzar a bajar la velocidad, dos minutos después me estaciono frente a él. Me observo en el espejo retrovisor, mis ojos se encuentran totalmente rojos e hinchados a causa del llanto imparable, siento las emociones a punto de rebasarme.Bajo del coche dando un portazo, que va dirigido con toda la intención del mundo a él, paso por su lado sin mirarlo, que no crea que será un mandón conmigo en estos momentos porque así sea el padre de mis hijos, me mintió con la tipeja zorra aquella. En segundos, él me retiene por un brazo. De nuevo el llanto regresa, mi vulnerabilidad se fue al piso.Lo amo, siempre va a ser así, es mi todo.―Por favor, suéltame ―pido de manera calmada, sin mirarlo, lo hace de inmediato, estoy dándole la espalda porque es mejor para mí, si lo veo a los ojos me voy a quebrar.―Victoria, necesito que me escuches.―Ahora lo único importante es... nuestra hija ―musito incrédula. Al pronunciar esas dos palabras me parece tan sorprendent
―Somos padres. Esto es... vaya, tanto por asimilar, ya tenemos un bebé en camino, pero... eh...Troy toma una de mis manos temblorosas y la besa tiernamente para calmar los nervios que han florecido en todo mi sistema ante todo lo que estoy y estamos viviendo, estoy procesando toda esta información tan avasallante.Vamos rumbo al hospital para estar con nuestra... hija. Ya he dejado de llorar, creo que fueron suficientes lágrimas para dejar desbordar los sentimientos que llevaba por dentro al enterarme de semejante e impactante noticia.¿Cómo asimilas que ya tienes una hija desde antes?Al menos, debo reconocerlo, gracias a mi madre conozco a Mía lo suficiente, tanto así que en el fondo de mi corazón algunas veces me sentía su madre también, me sentía parte de ella ¡Y vaya que realmente lo era!―¿Crees que nos acepte?, ¿Crees que seamos buenos padres para ella? ―Pregunto temerosa, observando su perfil.Troy se queda en silencio, parece que procesa a profundidad mis inquitudes y pregu
Troy Mi mujer aún se encuentra sedada, parece que durmiera, le aparto un mechón de cabello de su precioso rostro. Dios, que enamorado estoy de esta mujer. No sé en dónde estaría ahora de no haberla conocido, pero agradezco al cielo por estar aquí hoy con ella, con nuestra pequeña, que sé que saldrá de todo esto porque es luchadora como su mamá. Estoy contando las horas para tenerla como esposa y por fin poder estar los cuatro juntos, viviendo nuestras vidas, con días cargados de amor, alegrías e incluso peleas, pero juntos hasta el final. Me paseo por la habitación en donde la tienen mientras surte el efecto de la medicación, ella entró en shock luego de que la médico pediatra que lleva el caso de nuestra hija informara sobre el estado de Mía. De igual manera le colocaron un suero para hidratarla. Victoria sencillamente no pudo soportar seguir escuchando nada más sobre el estado de gravedad de nuestra hija. Mía, presentó un paro cardiorrespiratorio a causa de la anestesia, per
Por mucho que intente esquivar a mi madre debo enfrentar el hecho de que ella me ha demostrado cuánto daría por mi bienestar y felicidad, incluso su vida, no puedo juzgar su manera de manejar esta situación, no sé si yo podría. He tratado de ponerme en su lugar y no logro imaginarme en tal situación si me ocurriera algo remotamente parecido, yo despertaba de un coma luego de un año y no me encontraba en condiciones de criar a mi hija, estaba débil, y parte de mis recuerdos no aparecían en mi memoria.Pese a eso la imagino a ella, tratando de adivinar en qué momento concebí a mi hija o quien era su padre. Su nivel de angustia debió ser aterrador. Han pasado tres días desde que mi hija enfermó, ha mejorado lentamente, pero lo está logrando. Nos permiten ingresar a cuidados intensivos dos veces al día a dos miembros de la familia por cinco minutos, hasta ahora toda la familia la ha visitado, a excepción de Angy por ser menor de edad; está prohibido su ingreso a esa área, ella se ha
Mía estuvo diez días hospitalizada.Hoy, gracias al cielo, estamos de vuelta en nuestro pent-house.Gineta con la ayuda de nana Eva prepararon un rico almuerzo para recibirnos, pero no tengo nada de hambre, muero es de sueño; soy afortunada de contar con gente en mi entorno para cuidar de mi hija, porque ahora solo deseo descansar y dormir largo rato, quiero estar con Mía, sin embargo el cansancio me rebasa, por otro lado no debo abusar por mi estado.―Ve a descansar amor, yo me encargo de nuestra hija ―anuncia encantado el hombre más maravilloso del mundo entero.Nos encontramos en su cuarto, y tal cual como lo predijo Fiore, mi hijita parece que estuvo de vacaciones y no enferma, luce enérgica y llena de vida, tiene tomado a su padre de la mano y lo arrastra de aquí para allá en su habitación, fascinada, enseñándole sus juguetes predilectos; y él tan hermoso, su cara lo dice todo, parece un niño también al lado de ella, lucen tiernos.Mamá me acaricia el cabello.―Cariño... Mía tie
Mía duerme plácidamente en medio de sus dos guardianes: su padre y yo. La sensación de tenerlos a los dos en mi cama es inexplicable, siento el corazón lleno de miles de emociones en estos momentos. Él tiene su mano sobre la mía, que está sobre la pequeña espalda de nuestra hija, mi hadita mágica, la cual sube y baja entre sus respiraciones acompasadas, tranquila, con su pequeña boquita roja en forma de corazón. ―Es idéntica a ti, perfectamente hermosa. ―Sonrío dulcemente, observándolo embobada, extasiada de amor. ―Sus ojos son los tuyos, al igual que tu encantadora sonrisa. ―Ahora es él quien sonríe suavemente. ―¿Sabes qué? ―Pregunta entusiasta, pero en susurros para no despertar a nuestro ángel. ―¿Qué? ―Le respondo de igual manera. ―Te amo tanto, tanto, tanto ―exclama en susurros, sonriendo de oreja a oreja. Me derrite su respuesta así que me zafo de su mano y con sumo cuidado paso a través de nuestra pequeña para quedar acurrucarda a su lado y recostando mi cabeza en su pecho
A cuatro días para la boda En quince minutos estaremos aterrizando en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, en San Juan, Puerto Rico.Leidy ―la simpática azafata―, anuncia sonriente nuestra pronta llegada a la hermosa Isla de Puerto Rico. Troy aprieta mi mano y la besa justo donde se encuentra mi anillo de compromiso, le sonrío feliz.Hoy es 31 de enero y estamos a cuatro fabulosos días para la tan esperada boda. Los demás pasajeros en el jet de papá lanzan aplausos y silbidos. Mis padres, nana Eva, Gineta, Arthur, Brad, Jhonny y su familia, mis amigas, Mario, Kevin, las madres de Ari y Kevin, mi nueva amiga Carolina y nuestra pequeña hija, que al parecer se volverá costumbre, se ha quedado dormida en los brazos de su padre. La familia de mi novio y amigos vienen en el jet de la familia de él―Te quedan pocos días para dejar la soltería ―digo recostada a su hombro.―Estoy ansioso por ello, princesa ―responde besando de nuevo mi mano.Minutos después las ruedas del jet toca
Día de la bodaTroyEscuchó a lo lejos como las olas golpean en el mar, el día luce especial, cálido y tranquilo.Hoy 4 de febrero de 2017 por fin me caso con ella.Tengo la leve sospecha de que había esperado este día desde siempre. Fue a ella a quien una noche vi en mis sueños hace años, una chica de cabellos oscuros me sonreía desde un coche andando, me lanzaba besos con su mano izquierda y yo la observaba idiotizado, no podía moverme porque sentía que si lo hacía ella desaparecería, el corazón me latía acelerado, tanto, que podía escuchar los latidos ruidosos. Claro, era un sueño donde todo es posible hasta que ese órgano vital se detuvo por unos segundos, justo cuando ella comenzó a alejarse, pero antes de hacerlo me susurró: te amo. Fue entonces cuando desperté sudoroso y con un dolor extraño en mi pecho, sentí su ausencia y dolió, lloré como un demente por unos minutos, no comprendía un carajo, me sentía demente y entonces después hace cuatro años cuando la vi por primera vez