Capítulo 46

“Hay un solo niño bello en el mundo y cada madre lo tiene.”

Josep Pla.

Escritor español.

―¿Victoria?

Estoy paralizada.

Sin aliento.

Todo se ha detenido.

Mi madre habla nerviosa, apresurada. La observo, pero es como si no estuviera allí. Mi boca está seca.

Mía... Mía... Mía.

Es mi hija. Es de Troy. Por supuesto que es de él.

¡Por Dios, ella es nuestra!

Es nuestra.

Dios. Dios. Dios.

Ahora lo veo todo más claro, mis pensamientos y sencillos detalles pareciera que ven luz por primera vez en la vida desde mi accidente y coma.

Observo a Troy, que me observa fijamente con ojos desesperados, atónitos. .

Mía, tiene la misma sonrisa de él y el mismo color de ojos. Uno ojos que no paran de verme, unos ojos angustiados, temerosos, llenos de un miedo que nunca había visto antes.

Esto es mucho para mí en estos momentos, siento rabia conmigo y con mis padres, esto es tan difícil de entender, de procesar, es demasiado fuerte; mi corazón está a punto de salirse de mí pecho. Mis ojos me pican por las l
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