Cada vez lo deseaba más, eran unas ansias locas, las cuales noto que hoy continúan intactas luego de tantos años, Troy me enciende con solo un toque. Después llegó mi viaje a Italia y ocurrió ese maldito accidente que lo cambió todo de manera abrupta para mi ángel terrenal, él ha sido quien ha cargado con ese peso y eso siempre me va a doler.―¿Qué haces despierta, princesa? Son más de las dos de la mañana ―dice mi amor hermoso a mi lado, devolviéndome al presente―, debes descansar, eso no le hace bien a nuestro bebé. ―Sonrío al escucharlo hablar de nuestro producto de amor.―Recordando, amor mío. El pasado y como te conocí. ―Le tomo una de sus manos y la beso―, naciste para ser mi pareja de vida. ―Él asiente con admiración.―Y también para hacerte feliz ―acota tierno.―Eso lo he sabido desde hace tiempo. ―Me acerco a él y lo beso largo rato.―Pórtate bien ―me reprende con sus labios sobre los míos―, mira que si viene la enfermera militar me bota de acá como perro callejero. ―Su
―Tú cama será tu nuevo amor, deberás estar amarrada a ella, amiga. Todo sea por mi sobrino ―declara Ari, recostada a mi lado mientras me acaricia el cabello.―Sí, de aquí no me muevo hasta asegurar muy bien a mi angelito. ―Sonrío al pensar el rumbo que ha tomado mi vida durante estos días. Un giro enorme a decir verdad, es impresionante como te puede cambiar el mundo en segundos. ―Estamos a cinco días para la última carrera en Qatar, ¿cómo te sientes respecto a eso? ―pregunta en susurro Ari, debe imaginar que eso me afecta por completo, pero es todo lo contario.―¡Feliz! Ari, de verdad estoy tranquila. Ya me siento ganadora, ya gané, me siento inmensamente agradecida con la vida y con Dios, estoy con mi amor verdadero, que esperó pacientemente por mí durante tres largos años, y ahora seremos padres, ¿qué más puedo pedirle al cielo, a la vida? No obtendré esa gran copa del campeonato este año, sin embargo obtuve dos grandes y preciosos trofeos, Troy y nuestro futuro hijo, además no es
Fiorella Por fin aterricé en esta hermosa ciudad, ansiosa a más no poder por ver a mis amigas, sobre todo a Tori, todavía me resulta increíble que esté embarazada mi piloto preferida, y qué decir de mi cuñado Troy, se ha ganado mi cariño. Es todo un caballero.Me dirijo a la rampa a la espera de mi equipaje. Ari ya debe esperar por mí. Saco el móvil de mi bolso para actualizar la hora con la de Boston mientras espero por las maletas. Estoy ansiosa por ver también a Mía, le he traído chuches y muchas cosillas divertidas de Peppa, a Tori le dará un ataque rosa. Me rio sola como tonta.Mis tripas rugen, tengo un poco hambre y se me antoja una tarta de chocolate, pero en vista de que no hay tarta a mí alrededor decido ir a una máquina expendedora de snacks para satisfacer mi apetito, rebusco en mi bolso y consigo el dinero para comprar algo, y en efecto veo algo delicioso a través del vidrio: snickers. Introduzco el billete, marco el código y espero por mi rico chocolate, mientras obs
Troy ―¡Enhorabuena, amigo, felicidades!Mario me estrecha en un abrazo de camaradería por mi compromiso con mi mujer, tanto a él como a mi familia no les ha tomado por sorpresa la noticia, al parecer todo el mundo nota el amor que nos profesamos, no lo podemos evitar; por otro lado, lo de nuestro hijo los ha dejado algo impactados, pero están todos contentos por el nuevo miembro de la familia que viene en camino, mis padres hoy desayunarán en casa de mi hermosa mujer, quieren visitarla por su estado delicado y de paso ir familiarizándose con mis queridos suegros, por ese lado me tranquiliza.Hoy es la última carrera en Qatar, ella ya me ha dicho que no se siente triste respecto a eso, de igual manera me hace bien que hoy se distraiga un poco.Mi querido hermano Thomas es el único que ha protestado desde ayer que le anuncié las buenas nuevas, y continúa haciéndolo justo ahora antes de que Mario entrara a la oficina.―Me cagaste una gran apuesta, sabandija. ¡Una bien grande! Todo va
―¡Buenos días por la mañana, zorras!Fiorella rueda los ojos al ver aparecer a nuestra amiga Ari, que entra a mi habitación con tan lindo saludo. Mi mañana ha sido muy concurrida.―Hola chili ―digo con media sonrisa.―Hola, barrigona.―Aún estoy plana.―Te doy tres meses, no más, porque estoy segura de que será un bebé enorme, su padre es un gigante prácticamente.Todas reímos por el loco comentario de Ari, incluso ella.―No seas exagerada, nada más mide 1.88 metros de altura.―¡Vaya! Ya veo porque te atrapó, gatita ―expresa Fiore con picardía y se sube a la cama, seguida por Ari. Yo trato de controlar la carcajada.―A ver, ¿por qué según tú? ―pregunto inocentemente.―Pues, ¿por qué más, nena? Si Troy es alto, su pene debe ser suculento, ¿no? ―Las estruendosas risotadas no se hacen esperar por parte de Ari, yo inhalo y exhalo por el bien de mi bebé.―Por favor, Fiore, no puedo reírme como se debe, deja de decir idioteces.―¡Cierto! ―protesta Arlet, dándole un manotazo a Fiore en el h
Estoy recostada sobre la cama, como ya es costumbre, por mi reposo total. Ya he tenido un rico desayuno y Troy me ayudó a darme una ducha temprano. Sus mimos y cuidados me tienen en una nube de amor, despertar a su lado ha sido hermoso; dormí profundamente entre sus brazos y me despertó con pequeños besos fugases, tuve ganas de hacer el amor con él, pero tengo que contenerme. Ja.La noche estuvo un poco tensa por el tema de Theodore, tuve que exigirle prácticamente a mi novio que me contara todo lo sucedido durante la pelea; soy fuerte, y por ende mantendré a mi bebé fuerte también. Por otro lado, tuvo que explicar a mis padres sobre la discusión con su hermano, porque por su rostro era imposible que pasara desapercibido.Sé que me ocultó algunos detalles de esa disputa con su hermano, porque según él fue una pelea rápida, pero hasta el más ciego podría notar que una pelea aligerada no conlleva a dejar el rostro como el que luce Troy justo ahora.Lo observo dudosa, camina de un l
Un toque en la puerta me hace salir de mis pensamientos.Imagino ya quien puede ser, sin embargo, veo que es mi madre con Mía, enrollada en torno a su cintura.―Llegó Theodore, ¿segura que quieres recibirlo? ―vuelve a preguntar por segunda vez, y esta vez en tono serio. Mía me observa igual de seria, parece que supiera de lo que habla nuestra madre.―¿Qué le sucede a Mía? ―Pregunto curiosa.―Se encuentra molesta porque quiere que Angy venga a jugar con ella. Ya le dije que ella está en clases. Hablé con Amanda hace un rato, en vista de la demanda de esta pequeña exigente, y quedó de traer a su hija por la tarde. ―Mamá sonríe negando y yo río también.―Mamá, con respecto a tú pregunta, es inútil que insistas en que no vea a Theo hoy. Si me siento incomoda con él ya sabes cómo soy, se lo digo en su cara y listo.―Bien, al menos por ese lado me encanta que mantengas esa actitud. Lo hago pasar entonces.Mi madre sale de la habitación junto a mi hermana y unos segundos después entra T
Fiorella―¿Estás segura de que no pasemos por ti?Insiste Arlet. Pero ya voy de camino en un taxi.―Totalmente, Ari. Nos vemos en la disco.―Entendido Fiore, allá nos vemos.Esta noche decidimos ir a Tunnel, es una discoteca fresca y moderna.Mientras el taxista conduce por las calles de Boston me deleito en las luces que brillan y que iluminan a cada una de estas calles, se siente la vida nocturna, la algarabía de la gente en las avenidas.Llego al sitio y bajo con cuidado del taxi, acomodando mi vestido corto en color negro, muy coqueto porque hoy quise vestirme provocativa. Camino glamorosa hasta la entrada, en donde hay fila para acceder a la disco, pero ya nosotros tenemos reservación. Me dirijo hasta el vigilante en la puerta, doy mi nombre, levanta el cordón de seguridad rojo y de inmediato me permite el acceso. Adentro la música vibra, la gente baila, disfruta. Observo mi móvil en la mano para saber si Arlet y Kevin ya se encuentran acá y me consigo justamente con un mensaje d