★Freddy Sauzza.El baño de mi mansión siempre ha sido mi refugio, un lugar donde puedo pensar con claridad y tramar mis próximos movimientos en el mundo del crimen, ya que, por desgracia, es el único lugar donde no soy interrumpido. Sin embargo, esta vez se convirtió en el escenario de un encuentro inesperado con la enigmática doctora Hans.Mientras ella curaba la herida en mi brazo, no pude evitar sentir una atracción desenfrenada hacia ella.Quería arrancarle la ropa y hacerla mía, escucharla gritar de placer mientras le doy contra la pared del baño o arriba del lavamanos. Desde que entró por la puerta de mi sala, mi cuerpo comenzó a actuar de maneras extrañas, y mi miembro tuvo una reacción muy peculiar.Era diferente a las demás mujeres que había conocido, sus ojos tenían una chispa de determinación y sus palabras dejaban en claro su resistencia a caer en mis garras.No estaba acostumbrado a que me rechazaran y eso me enfurecía por dentro.Con cada movimiento que hacía para limpia
Luego de aquel beso ardiente, nos miramos intensamente, con una mezcla de incertidumbre y pasión en nuestros ojos. Sabíamos que adentrarnos en esta relación conllevaría riesgos y desafíos, pero también nos dábamos cuenta de que había una conexión tan profunda que no podíamos ignorar. Quiero ser suya.Freddy, un hombre de mirada penetrante y aspecto enigmático, tomó mi mano y me condujo fuera del baño, alejándonos de aquel lugar prohibido. Nos encontramos en una habitación lujosa y elegante, donde las sombras de la noche se colaban por entre las cortinas, añadiendo un aura de misterio y seducción al ambiente. Los latidos acelerados de nuestros corazones nos recordaban que ahora estábamos juntos, indisolublemente unidos.Sus labios suaves y carnosos se acercaron a mi oído y susurró palabras que hicieron vibrar mi cuerpo, sus susurros fueron una propuesta indecente que ambos deseábamos aceptar.Mis ojos se abrieron de par en par ante las palabras susurradas por Freddy, mientras sentía có
Me desperté sola en la cama, envuelta entre sábanas que aún guardaban el cálido rastro de la noche anterior.Me sentí desorientada y busqué con la mirada a Freddy, el hombre atractivo con quien había tenido un encuentro sexual desenfrenado.Sin embargo, su ausencia en la habitación despertó una sensación de intriga en mí.—¿Freddy? —murmuré mientras mi mirada recorría la habitación vacía.No obtuve respuesta y su ausencia empezó a preocuparme. Mi mente empezó a recordar rápidamente los momentos compartidos, cada caricia en mi piel que me hacía estremecer y sus brazos fuertes que me envolvían con pasión.Me invadió el ansia por encontrarlo y obtener respuestas.Decidida, me levanté de la cama y mis ojos se posaron en un hermoso vestido de color azul, delicadamente colocado sobre un sofá en frente.A pesar de eso, movida por un acto de rebeldía y desafío, decidí tomar una de las camisas del armario de Freddy y vistiéndome con ella, salí de la habitación decidida a buscarlo.Mientras cam
Mis pensamientos se agolparon en mi mente, procesando la información que Vladimir, acababa de revelar.¿Había sido escogida específicamente para estar con Freddy, el enigmático protagonista de esta historia? La idea, aunque absurda, resultaba intrigante.No podía negar que existía una extraña conexión entre nosotros, una atracción magnética que me arrastraba hacia él sin importar las consecuencias.La posibilidad de que Freddy pudiera cambiar su visión retorcida del amor por mí, de que yo pudiera despertar emociones en alguien tan oscuro y torturado, era tentadora.Sin embargo, también era peligrosa. ¿Era realmente capaz de cambiarlo? ¿O simplemente estaba cayendo en su trampa, enredándome cada vez más en su mundo retorcido?El silencio se hizo opresivo entre Vladimir y yo, solo roto por la música suave que continuaba sonando en la habitación.Me sentí abrumada por todas estas emociones que me embargaban y, sin pensarlo dos veces, me dirigí hacia la puerta de salida.Palabras tembloro
— Me saludas a tu esposa, dile que no conseguí a un hombre negro, ni a alguien que tenga un miembro pequeño, ya que el miembro de Freddy es enorme. Pero ella se conformó con una miniatura. Además, ¿aún se te levanta o tienes que usar Viagra?Daniel se acercó molesto a mí.— Eres tan falsa, Angie. ¿Ya olvidaste lo bien que la pasábamos?Estallé en carcajadas, mostrando mi desprecio ante su reacción.— ¿Comiste payaso? Tu pequeño meñique no me hacía ni cosquillas. En cambio... — Volteé a ver a Freddy, cuya figura imponente y segura me inspiraba temor y deseo a partes iguales. — Él me da miedo, ya que no tiene limitaciones para penetrarme y lo hace como los dioses.Daniel, enfurecido, sacó algo de su saco y di un paso atrás al notar que era un arma.— Voy a volarte la cabeza de una vez por habladora.— ¿Piensas levantar un arma contra alguien de los míos? —intervino Freddy con destreza, arrebatándole el arma y apuntándole a la cabeza.— Déjame matarla de una maldita vez, ella intentó mat
Me sentí invadida por una mezcla de excitación y miedo mientras me apoyaba en el soporte metálico. Observé, con nerviosismo y anticipación, cómo Freddy se acercaba a una mesa en la esquina de la habitación y comenzaba a seleccionar diferentes herramientas. Sin decir una palabra, eligió una fusta de cuero y, delicadamente, acarició mi espalda con ella.- ¿Qué te parece si comenzamos con esto? - susurró Freddy con una voz seductora.El primer golpe de la fusta contra mi piel fue un estallido de sensaciones contradictorias. El dolor se mezclaba con el placer, creando una explosión de emociones que hacía temblar mi cuerpo. Cada golpe subsiguiente hizo que la intensidad aumentara, y me encontré jadeando y suplicando por más.- ¿Te gusta? - preguntó Freddy, mientras su mirada oscura y dominante reflejaba su disfrute.- Sí, sigue... por favor - respondí entre gemidos.Su habilidad para leer mi cuerpo y saber exactamente qué me provocaba estremecerme era sorprendente. Cada látigo, cada go
Toda la tarde nos la pasamos experimentando uno en el otro, las sin fin de posiciones y posibilidades.Los rayos del sol entraban por la ventana, iluminando la habitación y creando una atmósfera cálida. Cada caricia, cada beso, cada gemido se entrelazaban en un baile apasionado.La tensión entre nosotros era palpable y la habitación se llenaba del aroma del deseo.Finalmente, la noche llegó y nos acurrucamos en la cama, exhaustos y satisfechos.Estaba recostada en la cama, abrazando a Freddy. Nuestras respiraciones agitadas comenzaron a retomar su ritmo normal mientras disfrutábamos de la cercanía y el cariño mutuo.En ese momento, Freddy rompió el silencio y me preguntó si había llamado a mis padres.Su voz sonaba serena y preocupada. Me di cuenta de que no lo había hecho y me senté de golpe en la cama, sintiendo una mezcla de culpabilidad y angustia.—Han de estar preocupados, soy una mala hija —dije, con arrepentimiento en mi voz.Freddy, sin decir nada, sacó mi teléfono del mueble
★Freddy Sauzza.El rostro de incredulidad de Angie salía a relucir con cierta curiosidad mientras sus ojos se posaban en mí. Era evidente que ella no podía creer lo que veía. Sonreí al ver su reacción y notar que empezaba a mirarme de arriba a abajo. Sus ojos curiosos recorrían cada parte de mi cuerpo, intentando asimilar el hecho de que ya no era el mismo chico flacuchento y debilucho con el que había compartido parte de nuestra infancia.En ese momento, Angie se dio cuenta de que había ocurrido un cambio significativo en mí. Mi figura se había transformado, había ganado musculatura y confianza. Ya no era aquel niño pequeño y tímido, sino alguien completamente distinto, alguien con una presencia que no podía pasar desapercibida. Y me encantaba que varios me temieran y me respetaran. Infundir temor y respeto es algo maravilloso.Con un tono de asombro, Angie me preguntó: "No puedo creerlo. ¿Eres el mismo chico con el que compartí parte de nuestra infancia?"Sentí una mezcla de emoción