★Freddy Sauzza.El rostro de incredulidad de Angie salía a relucir con cierta curiosidad mientras sus ojos se posaban en mí. Era evidente que ella no podía creer lo que veía. Sonreí al ver su reacción y notar que empezaba a mirarme de arriba a abajo. Sus ojos curiosos recorrían cada parte de mi cuerpo, intentando asimilar el hecho de que ya no era el mismo chico flacuchento y debilucho con el que había compartido parte de nuestra infancia.En ese momento, Angie se dio cuenta de que había ocurrido un cambio significativo en mí. Mi figura se había transformado, había ganado musculatura y confianza. Ya no era aquel niño pequeño y tímido, sino alguien completamente distinto, alguien con una presencia que no podía pasar desapercibida. Y me encantaba que varios me temieran y me respetaran. Infundir temor y respeto es algo maravilloso.Con un tono de asombro, Angie me preguntó: "No puedo creerlo. ¿Eres el mismo chico con el que compartí parte de nuestra infancia?"Sentí una mezcla de emoción
Quería que entendieran la verdad, incluso si eso significaba revelar la pesadilla que habíamos vivido juntos.—No hay mucho que explicar. Angie y yo nos reencontramos en el hospital, donde ella fue mi doctora. A partir de ese momento, comenzamos una relación y ahora ella es mi mujer —afirmé con seguridad, mirando a cada uno de los presentes, desafiando cualquier duda que pudieran tener. Mi tono era firme y decidido, consciente de que debía enfrentar cualquier juicio o interrogación que se presentara.El ambiente se volvió tenso y expectante. Todos estaban procesando la revelación y tratando de comprender la situación. Aunque no me preocupaba lo que podrían pensar o decir, sabía que era importante ser honesto y enfrentar las consecuencias de mis acciones.Volteé a ver a Angie y nuestras miradas se encontraron. Inmediatamente, supe lo que quería decirme sin necesidad de palabras. Asentí con una sonrisa hacia ella y me dirigí a su madre, quien parecía ser el centro de atención en ese mo
Mientras caminábamos hacia el auto, Angie se acercó a mí lentamente, colocando su mano en mi pecho y mirándome fijamente a los ojos.—Freddy, necesito que me digas la verdad. ¿Qué está pasando contigo? Ha sido un cambio repentino y no entiendo por qué comenzaste a comportarte así con mi familia.Me detuve y la miré, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicarle lo que estaba sucediendo en mi mente y mi cuerpo. Sabía que no podía ocultarle la verdad y que era hora de dejar salir mi verdadero yo.- Angie, me atraes en todas las formas posibles, tanto en cuerpo como en mente. Pero hay algo más en mí, algo oscuro y lujurioso. Quiero explorarlo contigo, quiero que seas parte de mis fantasías más salvajes y que compartamos experiencias que te hagan sentir viva.Angie me miró con sorpresa y confusión en su rostro, tratando de procesar mis palabras. Antes de que pudiera decir algo, me acerqué a ella y la besé apasionadamente, dejando que mis manos exploraran cada centímetro de
Mientras los días pasaban, fui adquiriendo más poder en el mundo criminal. Mis enfrentamientos con pandillas enemigas seguían aumentando, y aunque me sentía confiado y poderoso, también me preocupaba por la seguridad de Angie. Ella era mi compañera, mi apoyo incondicional, y no podía permitir que se viera envuelta en todo este caos y peligro. Si algo le pasara, no podría vivir con ese peso sobre mis hombros. Por eso, tomé la decisión de alejarla por un tiempo de todo esto, en lo que adquiría mi fuerza de nuevo. Un día soleado, mientras caminábamos por el bullicioso puerto, la brisa marina acariciaba nuestros rostros. Tomé las manos de Angie y le dije con determinación: —Angie, cariño, necesito que te alejes por un tiempo de todo esto. No puedo soportar la idea de perderte, y sé que estarás más segura lejos de mí.Ella levantó su mirada hacia mí, sus ojos verdes reflejando una mezcla de preocupación y amor.Comprendió mi necesidad de protegerla. —Freddy, no quiero alejarme de ti,
Después de haber regresado al lado de Freddy, mi vida dio un giro inesperado.Me vi más envuelta en su mundo, un mundo lleno de peligros y situaciones límites donde la muerte parecía acechar en cada momento. Aunque sé que Freddy me protege, no puedo evitar sentirme vulnerable y expuesta.A veces, incluso me resulta difícil reconocerme a mí misma en esta vida llena de riesgos y decisiones difíciles. Aunque suene egoísta, extraño los momentos en los que mi vida era más tranquila y ordinaria, cuando mi única preocupación era atender a mis pacientes y corretear por los pasillos del hospital cada vez que la sirena de emergencia sonaba.Mi amor por Freddy es profundo y sincero, y es precisamente ese amor el que me impulsa a estar a su lado, apoyándolo en cada misión.Pero a veces, aceptar trabajos para él me hace sentir que estoy renunciando a una parte de mí misma, a la mujer que era antes de encontrarme enredada en esta vida de intriga y peligro.Extraño el hospital más de lo que puedo ex
Después de llegar a la mansión de Freddy, él se fue con Vladimir y yo me fui a la habitación principal, donde me desnudé y me sumergí en la bañera.El agua recorría mi cuerpo y las imágenes de lo sucedido esta tarde me bombardeaban.No usé violencia, solo amenazas.Freddy dice que debo aprender a defenderme y no dejar que nadie me pisotee o me use, pero siento que no soy yo cuando uso algún tipo de violencia. Siento que vivo en un mundo demasiado oscuro, donde añoro la luz.Cerré los ojos y los abrí cuando noté que Freddy me lavaba el cabello.—¿Está todo bien, cariño? —me preguntó y yo estaba indecisa de decirle lo que me acongojaba.Decidí ser sincera con Freddy y abrirme sobre mis sentimientos de conflicto interno. Sus manos masajeaban mi cuero cabelludo mientras mi mente luchaba por encontrar las palabras adecuadas.—Freddy, tengo miedo de lo que puedo llegar a ser —le confesé en voz baja.Él dejó de lavar mi cabello y se acercó para sostener mi rostro entre sus manos. Sus ojos pe
—¡Vlad me ha visto desnuda, Freddy! —golpeé su pecho mientras él reía escandalosamente.—Tranquila, no ha sido para tanto —Nos adentramos a la habitación donde están sus juguetes.—¿No ha sido para tanto? ¿Permites que tu hermano vea el cuerpo desnudo de tu mujer? —me crucé de brazos y lo encaré.Él se acercó más a mí y me llevó contra la pared, la cual estaba fría. Me perdí en sus hermosos ojos azules, deslumbrantes como dos hermosos diamantes.—No tiene derecho a ver nada de lo que me pertenece, doctora Hans, usted es mía. Todo de ti me pertenece —declaró.Nunca me había sentido tan bien ante las palabras de narcisismo de un hombre. Con su declaración, mi cuerpo vibraba suplicando atención.—Soy tuya, pero endiabladamente puedo decir que tú eres mío —intercambié mi lugar con él, siendo ahora él quien estaba contra la pared. Quería demostrar mi poder. Él me miró curioso, esperando mi próxima movida.Coloqué mis manos contra la pared y jalé de su cabello, atrayéndolo hacia mí y lo be
Después de mucho tiempo fuera, Freddy y yo finalmente regresamos a Estados Unidos.Nos hospedamos en una de las casas que él tiene aquí, aprovechando que no había nadie usándola.Al día siguiente, decidí ir al hospital donde solía trabajar, para dejar claro que no me dejaría intimidar por nadie.Mientras caminaba por los pasillos del hospital, me topé con Daniel, quien me recibió de forma grosera.–¿Qué demonios haces tú aquí? –me preguntó con sarcasmo, recordándome el motivo por el cual me fui.Pero me negué a dejarme afectar por su actitud. Vanessa, por supuesto, se unió a la burla y se mofaron de mí en mi propio rostro. Sin embargo, los ignoré por completo y seguí mi camino en dirección a la oficina principal.Justo cuando estaba a punto de entrar, Daniel me detuvo.–¿Qué demonios haces tú aquí? –repitió, tratando de impedir que yo ingresara a la oficina.Pero esta vez, Daniel decidió tomar acciones físicas y me agarró del brazo con fuerza. Se negaba a dejarme pasar. Sin embargo, y