¿Cómo miran esta situación? Yo cada día mas encanada con todos es que no puedo decidirme.
Elisa se encontraba confundida, había despertado en medio de una habitación en la que no había estado jamás.Ver a Braham a su lado, tomando su mano en todo momento, la tranquilizó, no podía ser tan malo si él la estaba acompañándola.En este momento ya se encontraba en su habitación, arropada con cobijas suaves pero sobre todo por los brazos de su fuerte, sexy y cariñoso esposo.Le fascinaba ese olor tan de él, a madera, pino, y algo más… no sabía decir el nombre exacto, pero estaba encantada con tenerlo cerca.Él era como una especie de adicción de la que no quería recuperarse jamás.Últimamente había resultado prácticamente imposible que ambos estuvieran en una habitación a solas sin que intentaran tocarse, llevarse al punto más alto del placer, pero en este momento y Elisa notaba que Braham se encontraba a su lado solamente en cuerpo, porque su mente se encontraba muy lejos de aquí.—¿Qué sucede? ¿en qué piensas?— preguntó Elisa girándose para verlo directamente a los ojos.Braha
Braham abrió la puerta y ante él se encontraba el consejero Roel.—Alfa Líder — dijo de manera cauta e inmediatamente se inclinó mostrando respeto— vengo a informarle que los preparativos para la ceremonia del día de hoy han dado inicio.—Perfecto continúen con los planes y yo no podría acompañarlos hasta más tarde.El consejero Roel ignorando todo lo que había sucedido en la noche anterior levantó una ceja de manera automática cuestionando la falta de atención de parte de su Alfa Líder pero Braham simplemente enderezó su espalda marcando la diferencia entre ambos.El consejero al ver esto, asintió con la cabeza aunque no estaba de acuerdo, se dio media vuelta y se alejó del lugar.— Creo que tenemos que ir a revisar esos asuntos —dijo Elisa un momento después de ver que Braham había cerrado la puerta y de nuevo estaban solos.— Yo también tengo que revisar unos pendientes de la…— No — La interrumpió Abraham— hay algo que no sabes.Él estaba cansada de tantos secretos, de tantos prob
El momento de la fiesta para la recepción de los Alfas Líderes había llegado, todos los integrantes de las diferentes manadas se encontraban en ese amplio lugar.Los que pertenecían a la manada de Pablo estaban asombrados ante lo que los rodeaba, mucha comida y sobre todo unos cuantos jugos y licores que hasta su lugar de estancia cerca del mar era imposible hacerlos llegar.Los integrantes de la manada de Arsen se encontraban atentos a cada movimiento de los otros luchadores en especial a los integrantes de la manada de Saúl, sabían que todos ellos eran imprevisibles, que en cualquier momento podrían provocar un incidente.Mientras tanto entre esa multitud se encontraba el Alfa Líder Arsen, observando la ausencia de Elisa, necesitaba hablar con ella, ya no podía tolerar tanta incertidumbre.Comenzó a buscarla entre los pasillos, hasta que encontró un ligero aroma característico de ella y lo siguió, dando con la habitación en la que se encontraba, no había guardias, no había guerrero
Algo en el ambiente tenía la mente de Braham perturbada, sabía que no estar al lado de Elisa era solo un punto entre todo este cielo lleno de estrellas convertidas en conflictos. En ese momento el enlace mental hizo acto de presencia. "¡Alfa Líder!"" ¡Elisa!" El grito era de Alfa Caleb, en ese momento Braham salió de esa habitación que no le servía de nada y al estar en completa soledad corrió por los pasillos para patear la puerta al llegar a su habitación en medio de ella se encontraba Arsen siendo atacado, tanto por Caleb como por Miel y al ser alfa líder llevaba las de ganar, pero ¿a qué dirigía toda su rabia? En ese momento todo hizo sentido. ¿Elisa? Pensó desesperado, sin detenerse a razonar, se arrojó sobre Arsen y de una sola embestida lo estampó en la pared, y ese sentimiento de por fin haber logrado hacer lo correcto lo arrastró a ese día en el que había perdido la luz de su vida. Él tenía aproximadamente diez años y en ese momento su madre estaba encantada con llevarlo a
Braham se encuentra desesperado, corriendo por los pasillos del castillo, con solo una cosa en mente, encontrar a Andro.Al llegar a las catacumbas, donde le habían dicho que seguramente se encontraba, el brujo iba saliendo con la cara desfigurada, llena de impresión, aunque el Alfa Líder no pudo notarlo.— ¡Andro! Necesito que la ayudes— Dijo con la voz rota al mismo tiempo que con sumo cuidado movía sus brazos en los que tenía a su mate.— ¿Qué sucedió? —Pregunta Andro comenzando a correr a su guarida donde tenía todas sus pócimas. De nuevo Elisa se encontraba en esa plancha de frio concreto.— Andro dime que ya sabes que hacer.El brujo tenía la cabeza fraccionada, no podía conectar sus ideas, todo le parecía extrañamente similar a ese día, a ese horrible día.Años atrás cuando el aun pertenecía a su aquelarre, y tenía confianza de poder proteger a su familia, llegó a una cueva en la que estaba escondida su amada esposa, una mujer loba que desde el primer momento en el que cruzó l
Lita se encuentra caminando por las pasillos del castillo, con toda la ceremonia de bienvenida de las manadas visitantes la cocina había sido todo un caso.— Lita— la voz fuerte y profunda de Alfa Caleb llegó a ella provocando una extraña sensación.De manera inmediata, ella se detuvo a la espera de lo que él quisiera decirle, manteniéndose siempre cerca de una lámpara de aceite caliente.Su confianza aún no era restaurada, ni en él ni en ninguno de los hombres que la rodeaban.— Finalmente te encuentro, necesito hablar contigo —Alfa Caleb nota la rigidez del cuerpo de Lita y se detiene justo a tres pasos de distancia de ella.Él aprieta las manos, siendo consciente que su lobo y él desean con incontenible pasión estar con ella, pero deben ser pacientes a pesar que su instinto les grite lo contrario.—He venido a decirte que te cuides, esta noche no podré estar contigo, no podré cuidar de ti ni de Lore, por favor, manténganse juntas y no salgan.Lita lo nota extraño, como si contuvie
En una noche aclamada por la frialdad de la brisa acompañada de un leve susurro del viento recorriendo cada rincón que se enfrente a él, se encuentra una mujer corriendo en medio de los pinos del bosque llena de tensión y preocupación por conseguir su objetivo, acompañada de una pequeña niña llorando tomada de su mano.El ambiente era tenso y lleno de terror, la desigualdad del suelo no ayudaba en nada para poder avanzar ya que estaban rodeadas de penumbras e incertidumbre.— ¡Corre Elisa por favor!— Pedía la mujer mirando en todas direcciones y con el rostro lleno de pavor, pero ¿a qué le temía tanto si se encontraban solas?— ¡Mamá! —Grita la niña de no más de seis años de edad al caerse por haber tropezado con una piedra, la oscuridad en tramos demasiado largos les impedía mantenerse erguidas por mucho tiempo.La mujer se agacha para tomar a la pequeña en sus brazos conmovida por las lágrimas de su pequeña hija, pero debía continuar con la carrera que parecía no tendría fin jamá
15 años después — La huérfana está llamando la atención de nuevo— La voz llena de asco que decía estas palabras era la de Amelia, una chica hermosa, rubia y usualmente prepotente que siempre creía tener la razón.En este caso Elisa estaba en el lavabo en un intento por detener la sangre que corría de manera incansable por su nariz.Cada veintiocho días, su sangre brotaba y por más doctores a los que había recurrido ninguno había dado con una solución real a su problema. Este mismo problema era el responsable, según sus varios padres adoptivos de cancelar las adopciones y regresarla a los servicios de adopción. Sí… la regresaban como mercancía defectuosa.“Lo siento pero es muy complicado” “Lamento todo esto pero seguro encontraras a las personas correctas”“La verdad no es justo estarme desvelando si ya estás grandecita”“Además de no ser de nosotros de sangre, no podemos cargar con tu enfermedad misteriosa”Desde que tenía uso de razón Elisa había estado en servicios de gobierno