70. Así de simple

Regresé a Marejada cuando todo terminó. Disfruto tanto la compañía de mi madre y la tranquilidad del pueblo, de mi hogar. Los días aquí son sencillos, casi terapéuticos. Las visiones se detuvieron. Supongo que porque ya alcanzamos el objetivo. Y, aunque nunca sabré cómo comenzaron, sé que todo pasó para que Amal y Analí puedan descansar y, y para que Logan y yo sepamos que somos hermanos.

He visto a Raje. Ya nació su bebé. Un niño rollizo de mirada y sonrisa fáciles. Me encanta verlo feliz. Ya no veo al Raje violento y visceral con el que yo estuve sino a un padre y esposo amoroso y protector.

Por las mañanas, ayudo a mamá con pequeñas tareas del hogar: regar las plantas del jardín, ir al mercado para comprar pescado fresco o simplemente preparar el desayuno juntas mientras hablamos de todo y nada.

Las tardes las paso caminando por la playa, dejando que la arena fría se cuele entre mis dedos y el agua del mar roce mis pies. Hay algo en el horizonte infinito que me da una sensa
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