Carolain estaba completamente desconcertada, ¿ese hombre pensaba ser su primer cliente? Sabía que el momento llegaría, pero honestamente no esperaba que fuera tan pronto Y mucho menos con ese tipo tan arrogante y presumido.Preferentemente esperaba acostarse con un hombre al que no tuviera que volver a ver en su vida. Realmente sería intolerable la actitud de este sujeto. Chasqueó la lengua molesta y se tragó las ganas de gritarle unas cuantas verdades.Suplicante, miro a Claudia, quién comprendiendo el gesto de la joven decidió intervenir por el bien de ambas. Ella amaba a Edgar y no podía permitir que una desconocida le arrebatara la atención del hombre que amaba, no después de todo lo que ella a luchado por estar a su lado.—Edgar, sabes perfectamente las políticas de la empresa. En caso de incumplir alguna norma deberé de informar a los otros inversionistas—. La rubia fija su fría mirada en Edgar, el hombre que ama desde hace años y con sus desplantes le destroza el corazón una y
Estaba nerviosa, jamás pensó que el momento llegaría, al menos no tan rápido. Observó una vez más su reflejo en el espejo. Su imagen era impecable y ese vestido color caqui ceñido a su figura realzaba notablemente sus atributos. El maquillaje suave de su rostro proporcionaba elegancia, por lo que Claudia, su asesora, le aseguraba que su primer cliente quedaría más que satisfecho.Para su buena fortuna, el hombre solo solicitó compañía. Debía asistir con él a un importante evento de la empresa la cual dirigía. Se dio una última mirada en el espejo y dejó escapar un prolongado suspiro, ni siquiera se percató del momento en que comenzó a contener la respiración.—Querida, estás divina. Tienes una silueta envidiable y una cara de muñeca y sin lugar a dudas te traerá grandes ganancias—. La rubia se recargó contra el lavabo mientras observaba a Carolain de pies a cabeza. Nadie podía negar que la mujer frente a ella era hermosa.—Admito que estoy nerviosa— responde con voz suave mientras esb
Jessica y Carolain caminaban con la pequeña por el centro comercial, habían decidido salir de compras y divertirse por un par de horas. La niña entusiasmada daba brinquitos de un lugar a otro mientras balbuceaba constantemente. La niña había nacido con una condición diferente, nació con autismo grado 3, por lo que aún no aprendía a hablar, pero iba evolucionado gracias a las terapias periódicas. Se detuvieron en el patio de comidas, Jessica y la pequeña reservaron una mesa mientras que Carolain fue ha hacer el pedido. La joven esperaba pacientemente en la fila, de pronto divisó una pareja a lo lejos, una mujer rubia, alta y despampanante con un hombre igual de atractivo que ella. Alto. atlético, cabello negro y unos rebeldes rizos desarmados, piel blanca y labios llamativos. Sin lugar a dudas ese hombre era Jongwoo. Verlo después de tantos años y con otra de la mano le provocó un intenso dolor en el centro de su pecho. Se tambaleó ligeramente y tuvo que salir de la fila para correr
Jessica, preparó un delicioso estofado de res, uno de los platillos favoritos de Carolain. Las tres se sentaron a la mesa a comer envueltas en un silencio agradable, el cual era interrumpido cada vez que la pequeña Melek hablaba. Las mujeres reían ante las ocurrencias de la pequeña y celebraban animadamente sus chistes.—Como te has comido todo, entonces puedes ir a ver televisión—, Carolain besa la frente de la pequeña, esta ansiosa se deshace del agarre de su madre y corre rumbo a la sala.— ¿Qué tal el estofado?— Cuestiona Jessica, mientras observa a su hermana de reojos.— ¡Muy rico! Sabes que me encanta todo lo que cocinas—, se limpia la boca con una servilleta y aparta un poco el plato ya vacío—. Necesito contarte algo... la desición ya la tomé y espero me puedas entender.— ¿Qué es lo que pasa? Sabes que puedes confiar en mi— toma las manos de su hermana—. Te apoyare en todo.—No es nada malo, pero hay un hombre que conocí como dama de compañía—, esboza una tímida sonrisa—. Él
Ante la repentina pregunta, Maxwell tragó en seco y desvió la mirada al cuadro, donde su ex esposa y su hijo lucían radiantes e imponentes. Por la mirada perpleja de Carolain, supo que reconoció a Jongwoo y por ahora no deseaba que la joven descubriera su parentesco. Tenía claro que sí ella descubría la verdad no aceptaría contraer matrimonio con él.—No lo sé realmente. El día que compré está casa la mayoría de muebles y cuadros ya estaban—, se encogió de hombros restándole importancia.—Entiendo... solo sentí curiosidad— cerró sus ojos intentando regular su agitada respiración.—Tranquila querida, está será tu casa y puedes preguntar lo que te plazca— , deja un beso sobre su cabeza para luego perderse en la cocina.Maxwell tenía la cualidad de hacerla sentir completamente cómoda y eso era algo que agradecía inmensamente. Se conocían hace tan poco, sin embargo él procuraba de incluirla en su mismo mundo. Si hace un año atrás le hubiesen dicho que un hombre inmensamente rico deseaba c
Maxwell llevaba toda la mañana encerrado en su despacho. Había demasiado por hacer y poco tiempo para ejecutarlo. Dejó escapar un suspiro cargado de frustración mientras revolvía su oscuro cabello. De pronto, tres suaves golpes en la puerta logran sacarlo de su depresión mental.—Adelante— dice con voz profunda mientras su mirada se mantiene fija en los documentos sobre el escritorio.—Con permiso señor—, su joven secretaria se adentra en la oficina mientras mirada nerviosa a su alrededor.— ¿Pasa algo, Adela?— Deja sus documentos de lado prestando atención a la mujer.—El señor Jongwoo está afuera, dice que necesita hablar con usted urgentemente—, la joven frota sus manos nerviosa—. Parece ser algo importante, señor.—Hazlo pasar—, respondió secamente dejando sus documentos a un lado.La joven mujer abandonó el despacho de Maxwell y a los pocos segundos la puerta volvía a abrirse, dando paso a la imponente figura de Jongwoo, con una amplia sonrisa en su rostro se acomodó en la cómoda
Carolain observaba el hermoso vestido rosa pálido que yacía colocado con sumo cuidado sobre su cama. Maxwell lo había elegido para la cena que se llevaría a cabo por la noche y sin lugar a dudas era el vestido más hermoso que jamás haya visto. El escote de corazón estaba adornado de brillantes piedras, al igual que el ceñido corsé. Pensar en la cena que se llevaría a cabo dentro de unas pocas horas provocaba gran expectación en ella. Por lo que Max le comentó, invitó a varias personas de su círculo social, además de a su hijo, a quien tenía muchas ganas de presentarle.Ella sabía que Maxwell tenía un hijo, él se lo comentó desde un comienzo, también estaba al tanto de que este misterioso hijo era apenas dos años mayor que ella y justamente eso es lo que la hacía sentir tan nerviosa. ¿Qué pensaría aquel hombre cuando la conociera? ¿Acaso la tacharía de oportunista como el resto de la sociedad?Se acerca al tocador sentándose frente al gran espejo y por un par de segundos se quedó obser
Se encerró en el baño con un test de embarazo entre sus temblorosas manos. Su periodo se retrasó aproximadamente un mes y reiteradas náuseas matutinas le generaban cierta incertidumbre. Estaba demasiado preocupada, este no era un momento adecuado para tener un hijo.Sacó el test de la cajita y con cierta incomodidad se hizo la prueba. Se dejó caer desganada sobre el inodoro mientras esperaba los minutos necesarios para ver el resultado.Fueron los cinco minutos más largos de su vida, la espera de le hizo eterna y la ansiedad estaba destrozando sus nervios. Pasado los cinco minutos tomó el test y tragó saliva antes de mirar. Sus ojos se desorbitaron al ver las dos rayitas rojas.¡Estaba embarazada! ¿Como podía ser posible? Las veces que tuvo relaciones con Jongwoo, ambos se cuidaron. ¿Por qué tenía que pasar justo ahora? ¿Por qué el destino era tan terriblemente cruel con ella? Recarga su espalda contra la pared mientras observa el test de embarazo con incredulidad.De pronto sus ojos