El juego de la tentación

Con una suavidad que la sorprendió, Alejandro le dio un beso en la mejilla, un roce que dejó su piel ardiendo.

—Te llamo después —murmuró con una sonrisa ladeada que solo ella pudo notar—. No olvides almorzar, ¿sí?

La sensación del contacto de Alejandro sobre su piel fue un recordatorio crudo y visceral de lo que habían sido, y de lo que, tal vez, todavía podrían ser. Luciana cerró los ojos por un segundo, tratando de contener el torbellino de emociones que amenazaba con desbordarla.

Pero cuando sintió que Alejandro se alejaba, algo en ella reaccionó de forma casi instintiva. Su mano se alzó y atrapó la corbata de él, un gesto que no había planeado pero que se sintió tan natural, tan... necesario. Al tocar la tela suave entre sus dedos, su corazón empezó a latir más rápido, como si su propio cuerpo la traicionara, reconociendo lo que su mente se negaba a admitir.

Alejandro se detuvo, sorprendido. Bajó la mirada hacia su corbata y luego hacia ella. Sus ojos se encontraron, y en ese ins
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP