28. Ya no.

28. Ya no.

Me acerco, esta vez con más determinación, aunque el aire entre nosotros está cargado de peligro.

—No soy tu prisionera —digo, midiendo mis palabras—. No tienes poder sobre mí.

Vicente se pone de pie, dejando su copa en la mesa de vidrio con un golpe seco. Sus ojos oscuros están fijos en mí, y la tensión entre nosotros se convierte en algo más denso, casi tangible.

—Valeria, mi querida Valeria —susurra mientras se acerca lentamente, como un depredador acechando a su presa—. Nadie puede alejarte de mí, ni siquiera tú.

El espacio entre nosotros se reduce a nada, y el aire se vuelve más pesado. Puedo sentir su respiración, su presencia dominante llenando cada rincón de la habitación. Pero esta vez no retrocedo, no bajo la mirada.

—Ya no tienes ese poder sobre mí, Vicente —le digo, mi voz tan firme como puedo.

Él sonríe, una sonrisa llena de peligro y algo más.

—Siempre lo he tenido —murmura antes de inclinarse hacia mí.

El aire entre nosotros se vuelve insoportablemente denso
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo