Ahí está. El tono de amenaza. Iván nunca fue del tipo que viniera solo a charlar. Lo conozco demasiado bien. Sabe que yo siempre fui más lista que él, pero eso solo lo hizo más peligroso.—Supongo que las noticias corren rápido —le respondo, sin perder mi calma—. Pero me parece que esto no es solo una visita de cortesía. ¿Qué quieres, Iván?Su mirada se endurece, y da un paso hacia adelante.—Lo que quiero es una parte, Valeria. Sé cómo funciona este juego. Tú ganaste, pero nadie gana sola. Si te crees intocable, estás cometiendo el mismo error que Sergei y Dmitri.Ah, ahí está el verdadero motivo. Iván siempre fue codicioso, nunca satisfecho con lo que tenía. Si ha venido a buscarme, es porque cree que puede sacar algo de esto. Qué predecible.—Y si te digo que ya tengo todo bajo control —le digo, con una sonrisa irónica—. ¿Qué harás entonces? ¿Amenazarme?Él suelta una carcajada, pero es amarga.—No te estoy amenazando, Valeria. Te estoy ofreciendo una oportunidad. Esta ciudad no se
Días después…Mi vida sigue girando en torno a la tensión constante, los acuerdos secretos y las traiciones a medio construir. El poder no se gana sin sacrificios, pero tampoco se mantiene sin alianzas. En este punto, mis noches son solitarias, llenas de copas vacías y pensamientos que apenas me dejan descansar. Pero todo eso cambia cuando aparece él.El hombre que no esperaba, el único capaz de romper mi coraza. Luca.Luca no es como los otros. No es un mafioso, no tiene el control de un imperio ni pretende derrocarme. Pero lo que tiene es mucho más peligroso: el poder de mirarme como si viera más allá de la mujer dura y calculadora que todos conocen.El encuentro inesperado…Todo comienza una noche en una de las fiestas exclusivas que organizo para mantener mis conexiones. El lujo es parte del espectáculo, pero yo, como siempre, estoy en mi propio mundo, observando a todos desde una esquina estratégica. Luca aparece como una sombra entre los invitados. No lo reconozco, lo que ya lo
Sus labios encuentran mi cuello, dejando un rastro ardiente a medida que baja, y mi mente comienza a nublarse con la intensidad de lo que siento. No soy de las que pierden el control fácilmente, pero con Luca, no tengo elección. Lo deseo más de lo que quiero admitir, y eso lo sabe perfectamente.Momentos de pura pasión…La habitación se llena de suspiros ahogados y el sonido de nuestras respiraciones entrecortadas. No hay palabras en este momento, no las necesitamos. Todo es físico, visceral. Su piel contra la mía, el calor de su cuerpo, la fuerza de sus manos que me sostienen como si fuera lo único que importa en este momento.Cuando finalmente llegamos a la cama, me toma con una urgencia y una ternura mezcladas. Es una combinación que me desarma. Los hombres que conocí antes eran todo control, pero Luca es pasión en estado puro, como si no hubiera nada más que el ahora. Cada movimiento suyo es una promesa, cada caricia una invitación a perderme por completo.Me toma el rostro entre
No soy una mujer que se deje llevar por los sentimientos, pero algo en Luca me hace bajar la guardia, y eso es algo que no puedo permitirme. El poder exige sacrificios, y he hecho demasiados como para arriesgarme ahora.Debería dejarlo ir, cortar esto antes de que se complique más. Pero mientras lo pienso, siento una mano suave envolviendo mi muñeca. Me giro, y ahí está él, despierto y sonriendo, con esa expresión que me hace dudar de todo.—¿Te vas sin despedirte? —pregunta, con un tono ligero, pero hay algo más profundo en su voz. Una especie de comprensión.—Tengo asuntos que atender —le respondo, intentando sonar despreocupada mientras me libero suavemente de su agarre—. Esto fue solo una noche. No mezclemos las cosas.Luca se incorpora en la cama, apoyándose en los codos, su mirada fija en la mía, como si pudiera ver más allá de mi fachada.—¿Solo una noche, eh? —murmura, con una sonrisa torcida—. No estoy tan seguro.No puedo evitar soltar una risa irónica.—Tienes razón, no est
Mientras bajo en el ascensor, mi corazón late con fuerza, más de lo que estoy acostumbrada. Luca ha despertado algo en mí, algo que creí muerto hace mucho. Y aunque estoy acostumbrada a manejar situaciones difíciles, esta es diferente.El poder, la ambición, las traiciones, todo eso lo puedo controlar. Pero cuando se trata de amor, de abrirse a alguien, es una batalla completamente nueva.Y ahora, tengo que decidir si estoy dispuesta a librarla. Porque una cosa está clara: con Luca, nada será fácil, pero tal vez... valga la pena.Días después…El eco de mis tacones resuena en las paredes del club, que está vacío a esta hora de la tarde. Es mi santuario, un espacio donde soy reina y verdugo, pero hoy siento que no tengo el control. El encuentro con Luca sigue dando vueltas en mi cabeza. No estoy acostumbrada a dudar, y mucho menos cuando se trata de hombres. Él no debería afectarme así, y sin embargo, lo hace.Me siento en la barra y pido una copa, algo fuerte, aunque sé que ni el lico
—Tienes que elegir, Valeria —me susurra mi conciencia, ese lado que me recuerda que no puedo tenerlo todo.Y ahí está el dilema. Entre el poder y la pasión, entre la seguridad que me ofrece Vicente y la libertad que siento con Luca. No puedo tener a ambos. Lo sé. Y si no elijo pronto, uno de ellos lo hará por mí.Días después, Vicente me invita a cenar en uno de sus restaurantes favoritos. Es su manera de marcar territorio, llevarme a los lugares más exclusivos, donde todos nos ven juntos y saben que nadie se atreve a desafiarlo.—Te ves hermosa —me dice al llegar, con esa sonrisa que en otra vida me hubiera cautivado. Pero ahora solo me recuerda el control que intenta ejercer sobre mí.—Gracias —respondo con una sonrisa que no llega a mis ojos, tomando asiento frente a él.La cena transcurre con la formalidad habitual. Negocios, poder, control. Vicente habla sobre sus últimas movidas, dejando caer nombres y acuerdos que se cierran entre platos caros y copas de vino. Pero yo apenas lo
El aire se vuelve más denso de lo que jamás había sentido. Mi corazón se detiene al ver a Vicente, amordazado y atado como un prisionero. Nunca lo había visto tan vulnerable, tan indefenso. El todopoderoso Vicente, siempre en control, ahora es una sombra de lo que fue, y eso me aterra.—¿Qué has hecho, Luca? —pregunto, sin poder creer lo que ven mis ojos. Mi mente lucha por procesar la escena.Luca da unos pasos hacia mí, sus manos metidas en los bolsillos, relajado como si nada estuviera fuera de lo normal. Su mirada es fría, calculadora, una expresión que jamás le había visto. ¿Dónde está el hombre que me hizo dudar de todo? Este Luca es alguien más, un depredador.—Hice lo que tenía que hacer, Valeria. —Su voz es suave, casi como si estuviéramos teniendo una conversación trivial—. Vicente era un obstáculo. Sabes tan bien como yo que alguien tenía que caer.—Esto no estaba en los planes —murmuro, acercándome con cautela, pero sin apartar la vista de Luca—. No así.Luca me observa de
Mi corazón martillea con fuerza. Vicente, mi enemigo, mi aliado, mi tormento… y ahora, mi víctima.Miro a Vicente de nuevo, y en sus ojos veo la verdad: él haría lo mismo si los papeles estuvieran invertidos. En este mundo, la supervivencia es cruel, despiadada. Y yo he jugado este juego durante demasiado tiempo para fingir que no sé cómo funciona.Luca me tiende una pistola. La sostiene con calma, como si fuera la solución más obvia, como si todo lo que he construido dependiera de este momento.—Hazlo, Valeria —murmura, casi con ternura—. Hazlo por nosotros.Miro la pistola, luego a Vicente, que me observa con una mezcla de desesperación y furia. Nunca imaginé que sería yo quien decidiera su destino. Y tal vez, él tampoco lo vio venir.Tomo el arma. La sensación del metal frío en mi mano es familiar, pero ahora pesa más que nunca.Podría disparar.Podría acabar con todo esto, reclamar mi lugar como la única fuerza en este mundo. Luca a mi lado, Vicente muerto, y el poder absoluto en