Días después…Las palabras de Dmitri me siguen como una sombra persistente. Una salida. Es una promesa que suena tan tentadora, tan peligrosa. Si Sergei supiera que Dmitri me había propuesto traicionarlo, probablemente lo haría desaparecer antes de que pudiera terminar la frase. Pero claro, Sergei subestima a Dmitri, tal como subestima a cualquiera que no sea él. Un error común entre los hombres con poder.Estoy en mi apartamento, tumbada en el sofá con una copa de vino. El silencio del lugar me da un respiro, pero no el suficiente. Dmitri ha plantado una semilla, y ahora no puedo dejar de pensar en lo que podría significar.Más tarde esa noche...Me encuentro con Sergei, como de costumbre, en su club privado. El lugar está lleno de humo, risas ahogadas y conversaciones susurradas. Todo el mundo aparenta ser amigo, pero todos están esperando el momento adecuado para apuñalarse por la espalda.—Valeria, qué raro que no contestaras esta mañana —dice Sergei mientras se inclina hacia mí d
—¿Y tú serías mi salvavidas? —pregunto, con todo el sarcasmo que puedo reunir.Dmitri se inclina hacia adelante, con su sonrisa desvaneciéndose.—Soy algo mejor que eso. Soy tu salida. Tú y yo podemos tomar lo que Sergei ha construido y hacerlo mejor. Más fuerte. Sin necesidad de ocultarte en las sombras.Ahí está de nuevo. Esa promesa de poder, de control. Es tentador, lo admito. Y Dmitri es más listo de lo que Sergei le da crédito. Pero sé que un movimiento así tiene riesgos, y grandes.—Y si decido no unirme a ti —le digo, manteniendo mi mirada firme—, ¿qué harás entonces?Dmitri no parpadea. Está completamente seguro de sí mismo.—Si no me ayudas a destronar a Sergei, entonces solo será cuestión de tiempo antes de que él te vea como una amenaza —dice en voz baja—. Ya estás demasiado cerca de ser una pieza importante para ignorarte. Eventualmente, te traicionará.Sus palabras me golpean más fuerte de lo que esperaba. Porque, en el fondo, sé que tiene razón. Sergei me necesita ahora
Esa noche, con Dmitri…Dmitri ha sido más cauto últimamente. Sabe que Sergei está comenzando a sospechar algo, pero no sabe qué tan cerca está de caer. Nos encontramos en otro lugar discreto, esta vez en la habitación de un hotel que nadie relacionaría conmigo. Dmitri es todo lo contrario de Sergei: calculador, pero mucho menos impulsivo. Me escucha con atención y deja que yo tome la iniciativa. Al menos por ahora.—¿Has decidido ya? —me pregunta mientras sirve dos copas de whisky y me ofrece una.—¿Decidido qué? —le devuelvo, sabiendo que lo está perdiendo. Le gusta pensar que soy una aliada más confiable de lo que soy, pero incluso los hombres más listos pueden ser ciegos.—Sergei —dice, observándome de reojo mientras se sienta—. No podemos esperar más, Valeria. Está debilitándose, pero no por mucho tiempo. Si queremos quitarle el poder, es ahora o nunca.Ahí está. La urgencia en su voz, esa pizca de desesperación. Es un hombre que sabe que está cerca, pero teme perderlo todo si no
Un mes después...El eco de los disparos todavía resuena en mi mente de vez en cuando, como una melodía que no termina de desvanecerse. Sergei y Dmitri ya no son más que fantasmas en la historia que he escrito a mi medida. Y como siempre, los fantasmas no pueden hacer nada más que rondar, atrapados en un pasado que ya no me importa.Ahora todo es mío. El poder, el control, el respeto. O al menos, eso es lo que parece desde afuera. El dinero fluye a raudales, las conexiones se expanden y la nueva red que he tejido está funcionando como un reloj suizo. Incluso los viejos aliados de Sergei han aceptado su nuevo lugar en este reino bajo mis reglas. Claro, algunos murmuraron al principio, pero después de un par de demostraciones de lo que ocurre cuando se cruzan los límites, se les pasó rápido.En mi nuevo apartamento…Mi nuevo apartamento es una especie de palacio moderno, ubicado en lo más alto de un rascacielos, con una vista que abarca toda la ciudad. Todo está diseñado a mi gusto: luj
Ahí está. El tono de amenaza. Iván nunca fue del tipo que viniera solo a charlar. Lo conozco demasiado bien. Sabe que yo siempre fui más lista que él, pero eso solo lo hizo más peligroso.—Supongo que las noticias corren rápido —le respondo, sin perder mi calma—. Pero me parece que esto no es solo una visita de cortesía. ¿Qué quieres, Iván?Su mirada se endurece, y da un paso hacia adelante.—Lo que quiero es una parte, Valeria. Sé cómo funciona este juego. Tú ganaste, pero nadie gana sola. Si te crees intocable, estás cometiendo el mismo error que Sergei y Dmitri.Ah, ahí está el verdadero motivo. Iván siempre fue codicioso, nunca satisfecho con lo que tenía. Si ha venido a buscarme, es porque cree que puede sacar algo de esto. Qué predecible.—Y si te digo que ya tengo todo bajo control —le digo, con una sonrisa irónica—. ¿Qué harás entonces? ¿Amenazarme?Él suelta una carcajada, pero es amarga.—No te estoy amenazando, Valeria. Te estoy ofreciendo una oportunidad. Esta ciudad no se
Días después…Mi vida sigue girando en torno a la tensión constante, los acuerdos secretos y las traiciones a medio construir. El poder no se gana sin sacrificios, pero tampoco se mantiene sin alianzas. En este punto, mis noches son solitarias, llenas de copas vacías y pensamientos que apenas me dejan descansar. Pero todo eso cambia cuando aparece él.El hombre que no esperaba, el único capaz de romper mi coraza. Luca.Luca no es como los otros. No es un mafioso, no tiene el control de un imperio ni pretende derrocarme. Pero lo que tiene es mucho más peligroso: el poder de mirarme como si viera más allá de la mujer dura y calculadora que todos conocen.El encuentro inesperado…Todo comienza una noche en una de las fiestas exclusivas que organizo para mantener mis conexiones. El lujo es parte del espectáculo, pero yo, como siempre, estoy en mi propio mundo, observando a todos desde una esquina estratégica. Luca aparece como una sombra entre los invitados. No lo reconozco, lo que ya lo
Sus labios encuentran mi cuello, dejando un rastro ardiente a medida que baja, y mi mente comienza a nublarse con la intensidad de lo que siento. No soy de las que pierden el control fácilmente, pero con Luca, no tengo elección. Lo deseo más de lo que quiero admitir, y eso lo sabe perfectamente.Momentos de pura pasión…La habitación se llena de suspiros ahogados y el sonido de nuestras respiraciones entrecortadas. No hay palabras en este momento, no las necesitamos. Todo es físico, visceral. Su piel contra la mía, el calor de su cuerpo, la fuerza de sus manos que me sostienen como si fuera lo único que importa en este momento.Cuando finalmente llegamos a la cama, me toma con una urgencia y una ternura mezcladas. Es una combinación que me desarma. Los hombres que conocí antes eran todo control, pero Luca es pasión en estado puro, como si no hubiera nada más que el ahora. Cada movimiento suyo es una promesa, cada caricia una invitación a perderme por completo.Me toma el rostro entre
No soy una mujer que se deje llevar por los sentimientos, pero algo en Luca me hace bajar la guardia, y eso es algo que no puedo permitirme. El poder exige sacrificios, y he hecho demasiados como para arriesgarme ahora.Debería dejarlo ir, cortar esto antes de que se complique más. Pero mientras lo pienso, siento una mano suave envolviendo mi muñeca. Me giro, y ahí está él, despierto y sonriendo, con esa expresión que me hace dudar de todo.—¿Te vas sin despedirte? —pregunta, con un tono ligero, pero hay algo más profundo en su voz. Una especie de comprensión.—Tengo asuntos que atender —le respondo, intentando sonar despreocupada mientras me libero suavemente de su agarre—. Esto fue solo una noche. No mezclemos las cosas.Luca se incorpora en la cama, apoyándose en los codos, su mirada fija en la mía, como si pudiera ver más allá de mi fachada.—¿Solo una noche, eh? —murmura, con una sonrisa torcida—. No estoy tan seguro.No puedo evitar soltar una risa irónica.—Tienes razón, no est