Mientras permanecíamos tirados en el asiento, los guardaespaldas corrieron hacia nosotros. Estaban asustados porque creían que Andy se había estacionado porque estaba herido.Descubrimos que esa fue una bala perdida que provino de un grupo de narcotraficantes que se estaban enfrentando con la policía. Fue un gran alivio saber que el ataque no iba dirigido a nuestra integridad física.Andy envió su auto al taller y luego volvimos a nuestra casa. Mi hijo despertó y se puso a clamar por aquella mujer, mi madre, entonces le pedí a Andy que ya era tiempo de que le explicáramos que ella es su abuela y nosotros sus verdaderos padres.Aunque él es un niño de tan solo cuatro años, quizá nos entendió, ya que ahora la llama abuela y a nosotros nos sigue diciendo papá y mamá. Siento que todo en nuestras vidas se está solucionando, aunque mi marido continúa sospechando sobre la muerte de su padre.Andy regresó a trabajar en su clínica, total, ya no se hará cargo de las empresas que, se pensó, en u
Llegamos al juzgado de familia. Desde ese momento mi marido no se apartaba de su abogado hasta que llegó nuestro turno de entrar en la sala.Andy, quien me había ignorado en todo momento desde el auto, tomó mi mano y la apretó, la llevó a su boca y dio un beso que me hizo entender que todo estaba bien.Sin embargo, yo aún estaba molesta por lo que anteriormente había insinuado que no confiaba en mí. Entonces, bajé mi mano para zafarla de su agarre, él me volteó a ver con una mirada extraña y frunció el ceño, pero eso no me importó y me adelanté a tomar asiento en mi lugar.—Con la presencia de todos los involucrados, podemos comenzar con el litigio entre estas dos familias que alegan ser los progenitores del menor de edad.Anunció el juez, dando inicio a la resolución del misterio familiar.—Tengo en mis manos los resultados legales de paternidad, aclaro que nuestro personal casi fue víctima de soborno por parte de uno de los litigantes, sin embargo, eso no se consumó. —expresó.Al de
Andy me envió con su abogado dos botes con agua, para el bebé y para mí. Me siento fatal porque con todo esto siento que se está distanciando de mí y no puedo evitar ponerme muy triste. Desde el receso él está reunido con su cuerpo de abogados, ni siquiera me ha preguntado si me encuentro bien o si necesito volver a casa para descansar.Estoy enojada, pero a la vez lo compadezco y no quisiera estar en su lugar enfrentando tantos problemas, mismos que han sido causados por su propia suegra.—Se reanuda la audiencia. —Anunciaron y todos volvieron a sus lugares de inicio.En resumen, los abogados de Andy presentaron una apelación en referencia a la lectura del testamento. Fue allí que me di cuenta la verdadera razón por la cual Andy no quería que yo supiera nada desde esta mañana.Se presentaron las pruebas suficientes y finalmente se comprobó de que el testamento al que le dio lectura el abogado de mi madre no era el legítimo que había dejado mi padrastro, ella lo había falsificado en c
ANDY—Se suponía que esa señora estaba siendo vigilada por las autoridades. ¿Ahora, con qué cara se atreven a decirme que no la encuentran? Le grité por teléfono al jefe de policía el día que le tocaba a mi suegra presentarse a la audiencia inicial por el delito que le impuso el juez anterior.—Disculpe, señor. Todo se salió de nuestras manos, en realidad, ella sí estaba siendo vigilada por nuestros hombres, pero en un momento de cambio de turno se escapó y la seguridad no se dio cuenta.—Quiero que encuentren a esa señora y la refundan en la cárcel, de lo contrario, yo mismo la buscaré y, créame que no le irá nada bien. Desde ya, se lo advierto, oficial, cometeré un delito grave y no quiero que me persigan por haber hecho el trabajo que a ustedes les corresponde.Lancé mi teléfono con fuerza al suelo, lo vi partirse en pedazos, pero no me importó. Raquel se asustó y corrí a abrazarla para que se tranquilizara. Creo que todo esto que estamos pasando le está generando mucho estrés a el
RAQUELEstoy llorando de impotencia, llena de miedo, estos hombres me están amenazando con matarme si Andy no les entrega el dinero dentro de quince minutos. Algo que considero que no va a suceder porque no goza de esa cantidad. Los minutos corren cada vez más rápido y la hora que ellos establecieron ya se está agotando.Ni siquiera me tienen amarrada o vendada, solo sentada en una silla, y un maldito me vigila. Un maldito enano al que hace rato estoy planeando darle una patada en los testículos y poder escapar.Al parecer está borracho, en ocasiones se tambalea y en una de esas yo aproveché y puse en marcha mis planes y pensamientos. El hombre cayó al suelo revolcándose de dolor cuando con mi zapato de punta fina le acaricié su entrepierna.Salí corriendo cuando miré que los otros dos hombres estaban descuidados hablando por teléfono. Corrí lo más que pude y claro que descalza, porque los zapatos quedaron botados por no ser de ayuda en mi intención de huir.Me está tocando correr por
Era de noche, una llamada entró en mi celular en la cual me informaban que mi madre había tenido un accidente y estaba agonizando. Sinceramente, me dolió el corazón, pero preferí no tomarle importancia y así se lo hice saber a la enfermera que me contactó.—Señora, su madre ha dicho que los quiere ver a usted y su esposo porque tiene algo muy importante que confesar y no se quiere morir sin que antes ustedes lo sepan. —insistió.Vi la hora en mi teléfono, eran casi las doce de la noche. Pensé que Andy estaba dormido, no quería despertarlo para contarle la noticia que acabo de recibir. Pero, me intriga saber qué es lo que ella nos tiene que decir.Andy ya estaba despierto cuando me di la vuelta según yo para hablarle, el timbre del teléfono había jugado a su favor y ahora me mira con preocupación.—Dicen que mi madre está por morir. —anuncié.—¿Quieres que te lleve para que estés a su lado? —Preguntó. Eso lo sentí muy comprensible de su parte a sabiendas de lo mal que ella nos ha trata
Dos meses despuésMe estoy recuperando satisfactoriamente de mis heridas externas, pero la herida que me dejó mi bebé con su partida esa no la puedo sanar ni con todo el oro del mundo.Durante este tiempo me he mantenido de pie gracias a mi niño Jaime, él es quien me consuela y me dice que papá pronto estará en casa con nosotros. Les cuento que estoy en tratamiento contra la depresión y, juro que es muy difícil culparme por la muerte de mi segundo bebé, si tan solo no hubiera atendido aquella maldita llamada en la que me pedían que fuera a ver a mi madre, si tan solo hubiese presionado el botón rojo y lo hubiese ignorado, el niño seguiría en mi vientre.Abrazo fuerte la almohada y le susurro que extraño a mi marido para que me ayude a llevar este dolor. Lloro en silencio, lloro a cada instante lamentando lo sucedido. No tengo otro apoyo más que el del pequeño Jaime y sí, sé que dirán que ese es suficiente, pero no crean, siempre necesitamos de una mano adulta y madura que nos sostenga
ANDYDespierto y lo primero que se me viene a la mente es el nombre de Brenda. Recuerdo que ella es mi prometida. La enfermera me comentó que tuve un accidente de tránsito junto a mi esposa. No recuerdo que haya sucedido tal cosa, solo sé que me encuentro aquí, solo. Le aclaro a la enfermera que Brenda todavía no es mi esposa, es mi prometida.Ella sonríe confundida, parece que me ocultara algo y no lo quiere decir. Pero así lo dejo, total, ahora lo que me importa saber es que si mi prometida se encuentra bien.Un rato después me informaron que ya habían llamado a mi hombre de confianza. Según dijeron, su número quedó registrado para cualquier emergencia, siento que todos me están ocultando algo.Estuve esperando a que él llegara, pienso que mi padre anda de viaje de emergencia y por eso lo dejó asignado a él para que cuidara de mí en su ausencia.La que me visitó fue una mujer que dice ser mi esposa, también menciona a un niño, pero yo no la recuerdo a ella ni a la persona que mencio