La hora de la cena llegó. A escondidas de todos, Andy me pidió que fuera yo quien la sirviera en la mesa. Me dijo que todo estaba bajo control y nuestro hijo estaba en buenas manos en un hotel con las dos niñeras y cuatro guardaespaldas.Sentí un gran alivio, me relajé por completo cuando Andy prometió que esta noche se aclararía todo.…—Nuestra familia está nuevamente reunida como hace un par de años. Solo hace falta un nuevo integrante que es nuestro hijo menor, ¿no es así, esposo mío? —dijo mi madre—, esa desgraciada lo tiene todo fríamente calculado.—Eso es lo que espero ver desde que llegué, ¿dónde está mi pequeño Jaime? —preguntó mi padrastro, siguiéndole el cuento a su estúpida esposa, que solo es buena para manipularlo y él no lo nota.—El niño está en un campamento. —respondió Andy, casi sin ponerles atención.—¿Campamento? Pero si solo es un niño de cuatro años, además esta mañana estaba aquí. —Replicó Brenda, ella se nos está volviendo en nuestra contra.—Así es, esta mañ
Ella no dejaba de mostrar el anillo que brillaba en su dedo, pero justo entonces recordé las palabras que Andy me dijo antes de que bajáramos a reunirnos con ellos.—Esta noche la vamos a disfrutar, amor mío. Pase lo que pase, digan lo que digan, tú no te molestes porque ya todo lo tengo planeado.Sonreí en mi interior.—Qué bueno. Felicidades nuevamente. —Dije, tomé mi plato y volví a la mesa. Ahora estaba muy seria, no sé por qué Andy ha comprado ese anillo y lo ha colocado en el dedo de esa maldita que me tendió aquella trampa para que yo me acostara con un desconocido. Debió de buscar otra manera de humillarla, no esta, aquí soy yo la humillada.—Hija, ¿te encuentras bien? —preguntó mi padrastro en el momento en que tuve un mareo y me agarré fuerte de la mesa.—Estoy bien, gracias.Subí un poco la mirada y mis ojos se clavaron en los de Andy. Se notaba preocupado. Yo estaba molesta por el anillo y lo único que quería era salir huyendo de allí. No entiendo por qué no habla si se su
Nuestros padres se marcharon, a regañadientes, pero lo hicieron. Brenda no se quería separar de Andy, a pesar de que ya había sido descubierta, seguía fingiendo estar arrepentida y casi se arrastró pidiendo perdón. Yo en todo momento me mantuve en silencio, no quería estropear los planes que él ya tenía por llevar a cabo.Andy le dijo a Brenda que al día siguiente viniera por sus cosas y que también se diera una vuelta por la clínica para recoger su liquidación y carta de despido. Prometió hacer público nuestro matrimonio sin miedo a las críticas de las personas a las que ni siquiera sabíamos de su existencia.—No lo puedo creer, me siento tan liviana, es como si nos hayamos liberado de un gran peso que cargamos desde que nos enamoramos. —Confesé cuando todos se marcharon.—¿Lo hice bien? —preguntó Andy sentándose a mi lado.—Estuviste genial, me defendiste, defendiste nuestro amor. —Halagué, dándole un fuerte abrazo.—Quiero que mi linda esposa me agradezca luciendo el obsequio que l
Ese hombre me tiene toda enamorada de él. Accedí de inmediato a su petición, quiero convertirme en una adicta al sexo, pero a la vez ser una experta en cumplirle cada capricho a mi marido, así como él me lo cumple, todo tratándose dentro de lo normal en una pareja que se ama con locura.Me fui al otro extremo de la cama, quedando de piernas abiertas frente a él. Metí un dedo en mi boca y lo saboreé simulando que era su pene. Con el mismo dedo recorrí desde mis labios hasta llegar a mis pechos y rodeé cada aureola con saliva. Mientras yo lo hacía, él también se tocaba el miembro y, joder, eso me calentaba al millón.—Quiero que te masturbes usando esto. —Dijo, sacando de la gaveta un estuche que contenía un dildo, era más pequeño que su pene y yo sonreí.—Amo esa sonrisa pícara. —Expresó.Sin nunca haber usado una cosa como esa, no sabía cómo empezar, así que, improvisé recordando que en una ocasión vi un video donde una actriz lo utilizaba para su propio placer.Juro que al ingresarlo
Nadie sabe el motivo por el cual se suicidó el empresario más respetado del país. Ver a Andy llorar la muerte de su padre me quebró el alma. Dice que cuando él llegó a la mansión de su padre, ya la ambulancia estaba saliendo porque ya no se podía hacer nada en su caso porque ya no presentaba signos vitales.Cuenta que mi madre lloraba a gritos y decía que le advirtió que no tocara el arma porque podría suceder un accidente.Lo que no comprendemos es por qué a nosotros no se nos había informado nada al respecto. Quizá haya sido por lo pronto del caso.Dadas las circunstancias del pasado, Andy no estaba convencido de que hubiera sido un suicidio, así que, prefirió investigar a fondo el caso.Cuando yo llegué, iba saliendo el camión de la morgue con su cuerpo sin vida para realizarle la respectiva autopsia y comprobar lo que en realidad sucedió.—¡Qué haces aquí, regresa al hotel y no se muevan de allí hasta que yo se los pida!Andy me regañó cuando me vio llegar, sonó un poco duro, pero
El día más esperado para mi madre llegó. Y lo digo de esa manera porque sé que a ella lo único que le interesaba de mi padrastro era su dinero, puedo jurar que ella goza de felicidad a costillas de su último esposo.Yo no quería asistir a esa reunión familiar, pero Andy insistió en que lo acompañara. Entiendo que todo esto es un duro golpe para él y me necesita a su lado como apoyo emocional.Mi madre estaba vestida de negro, un vestido que le llegaba hasta el tobillo y una pañoleta en su cabeza que la hacía ver como una distinguida señora de la alta alcurnia.Nuestro hijo corrió a abrazarla en cuanto la vio entrar, pero, tal parece que ya le ha perdido el amor que un día le tuvo porque se separó de ella y corrió hacia nosotros nuevamente y nos abrazó. Por el rabillo del ojo vi que mi madre sonrió, eso me hizo sentir una mala espina, pero no se lo comenté a mi marido para no alargar más ese dolor.El notario comenzó a leer el testamento, comprobó que los familiares directos estuvieran
Mientras permanecíamos tirados en el asiento, los guardaespaldas corrieron hacia nosotros. Estaban asustados porque creían que Andy se había estacionado porque estaba herido.Descubrimos que esa fue una bala perdida que provino de un grupo de narcotraficantes que se estaban enfrentando con la policía. Fue un gran alivio saber que el ataque no iba dirigido a nuestra integridad física.Andy envió su auto al taller y luego volvimos a nuestra casa. Mi hijo despertó y se puso a clamar por aquella mujer, mi madre, entonces le pedí a Andy que ya era tiempo de que le explicáramos que ella es su abuela y nosotros sus verdaderos padres.Aunque él es un niño de tan solo cuatro años, quizá nos entendió, ya que ahora la llama abuela y a nosotros nos sigue diciendo papá y mamá. Siento que todo en nuestras vidas se está solucionando, aunque mi marido continúa sospechando sobre la muerte de su padre.Andy regresó a trabajar en su clínica, total, ya no se hará cargo de las empresas que, se pensó, en u
Llegamos al juzgado de familia. Desde ese momento mi marido no se apartaba de su abogado hasta que llegó nuestro turno de entrar en la sala.Andy, quien me había ignorado en todo momento desde el auto, tomó mi mano y la apretó, la llevó a su boca y dio un beso que me hizo entender que todo estaba bien.Sin embargo, yo aún estaba molesta por lo que anteriormente había insinuado que no confiaba en mí. Entonces, bajé mi mano para zafarla de su agarre, él me volteó a ver con una mirada extraña y frunció el ceño, pero eso no me importó y me adelanté a tomar asiento en mi lugar.—Con la presencia de todos los involucrados, podemos comenzar con el litigio entre estas dos familias que alegan ser los progenitores del menor de edad.Anunció el juez, dando inicio a la resolución del misterio familiar.—Tengo en mis manos los resultados legales de paternidad, aclaro que nuestro personal casi fue víctima de soborno por parte de uno de los litigantes, sin embargo, eso no se consumó. —expresó.Al de