En este momento ya no me importa escuchar nada de eso, en lo que a mí se respecta. Pueden hacer lo que se les dé la gana, con tal de que a mi hijo no le falte amor. Yo me conformo con marcharme de este mundo, sabiendo que él queda en buenas manos.—Andy, mañana es la cita con el juez. ¿Podemos hablar antes de eso? —Pedí en un mensaje de texto. Sí, sé que me estoy humillando, pero prefiero intentarlo antes de que la decisión definitiva se tome.—No tengo tiempo. Nos vemos mañana frente al juez. —Respondió sin más.—Estoy enferma. —Confesé. Con la esperanza de que se compadeciera.—Sí, claro. Lo tuyo no es enfermedad, estás embarazada y no precisamente de mi hijo. —Acusó sin piedad.Mi corazón explotó, no soporto que él me trate de esa manera, además, no sé lo que pretende con alucinar que estoy embarazada si anteriormente le dije que no era así.Por la mañana fuimos a trabajar los dos. Solo atendimos a un par de pacientes porque tendríamos que viajar al juzgado de familia. Yo volví a c
Me negaba a creer que fuera cierto, así que me acerqué, la vi tambalearse y entrar en la habitación antes mencionada. Mi corazón seguía incrédulo y me decía que mi princesa no era así, ella no me podía traicionar cuando sabía que yo la amaba con toda mi alma.Me acerqué a la puerta, estaba entreabierta y me asomé para comprobar que estuviera sola y que fuera a mí, a quien esperaba, como decía en el mensaje de texto.La vi, es decir, los vi besándose. Es verdad, ella tiene un amante y quizá si esté embarazada y el hijo sea de él. Me alejé de allí, no quise hacer un escándalo, no valía la pena rebajarme por alguien como ella, pero de lo que sí estaba seguro es que no le perdonaría esa traición.Salí de la fiesta y me fui a otro hotel, allí pasé la noche y regresé a casa el día siguiente. En casa solo estaba Brenda, ella estaba preocupada porque yo no le atendía las llamadas. Mi hijo estaba llorando porque su madre tampoco había dormido en casa.—Ah, parece que a mi cuñada le fue bien an
Escondo mi rostro entre mis manos y lloro: mi niña, mi pequeña princesa, está sufriendo y yo… yo juzgándola. Pero, ¿qué fue aquella escena que vi en el hotel? Seguro ella tendrá una explicación para todo.El médico salió, me puse de pie y pregunté por su estado de salud. Él mencionó lo grave del asunto y la cantidad de dinero que se requiere para operarla. Le dije que al estabilizarse, la trasladaría en ambulancia hasta mi clínica y allá se le haría el procedimiento.El hombre me observó de forma rara. Seguro cree que estoy mintiendo al mencionar que soy cirujano y tengo mi propia clínica, ¿quién no pensará que estoy delirando? De ser cierto, ya hubiese extirpado ese maldito cáncer que doblega a mi mujer.Me permitieron entrar a verla. Estaba totalmente pálida y conectada con un catéter que le pasaba medicamento a sus venas. Me acerqué, besé su frente y le pedí perdón por seguir siendo un idiota al dejarme llevar por mis celos.Ella dormía profundamente, aproveché a pedir el diagnósti
Saber que Andy está de mi lado, me hace sentir mejor. No sé qué medidas tomará en contra de Brenda ahora que sospechamos que todo fue obra suya. Andy jura que por ningún motivo enviaría a que otro hombre me toque, y yo le creo, aunque en su momento sí tuve mis dudas y me llené de coraje.Mi colega vino a evaluarme y dijo que por el momento no soy candidata a una operación porque mi cuerpo está demasiado débil debido a una anemia. Ja, Andy me reclamó por ser tan descuidada y no preocuparme por mi salud, eso me dolió. Él no tiene idea de lo mucho que he sufrido para poder ahorrar dinero y costear mis estudios. Además, estaba ahorrando para pagar la cuota de un buen abogado que me ayudaría a pelear y recuperar a mi hijo.—Lo siento, cariño, he sido demasiado duro al juzgarte. —Se disculpó cuando notó el dolor en mis ojos.—Creo que deberías ir a trabajar, Andy. Has estado ausente de tu cargo por mucho tiempo, cuando fuiste a recuperar a nuestro hijo y ahora, eso no es bueno.—Soy mi prop
La desaparición de mi hijo me ha dejado consternado. Raquel está hospitalizada de gravedad y no se puede enterar de esta noticia. Las niñeras dicen que la única persona que volvió a casa en ese momento fue Brenda y que el niño desapareció cuando estaba durmiendo en su habitación.No creo que haya sido Brenda quien se lo llevó, ella me ama y no es capaz de lastimarme de esa manera porque sabe que mi castigo será muy cruel. Es obvio que ella está descubriendo de a poco nuestro secreto, pero no la veo siendo cruel con un niño de cuatro años.Me tragué el orgullo y marqué el número de mi papá con la esperanza de que siga manteniendo el mismo contacto.—Ah, mi amado hijo ha decidido llamarme después de mil años. —Exageró. Rodé los ojos, pero a la vez me alegré porque me diría dónde tiene a mi bebé.—¿Dónde está el pequeño Jaime? —Pregunté sin rodeos.—¿Cómo? —sé que ha gritado— ¿Acaso mi hijo no está contigo? —cuestionó alarmado. —Te recuerdo que me lo robaste hace un par de meses, agradec
Después de que se me informó el desaparecimiento de Raquel, me dirigí a mi clínica con la ilusión de que en las cintas de seguridad hubiera quedado grabado el rostro de la persona que se la llevó.Maldije en voz alta cuando observé que Raquel sí había salido sola de su sala. Después de que un médico entró y salió, ella también lo hizo. —Ah, Raquel, ¿qué es lo que estás tramando ahora? —pregunté frente al monitor.Estoy enojado con ella, ha encontrado una nueva manera de engañarme para luego dejarme abandonado. Lo peor es que no sé si ella se ha llevado a mi hijo o en realidad ha desaparecido. ¡Maldición, Raquel, me has dejado hecho una mierda y sin saber qué hacer! —me quejo, golpeando la mesa con los nudillos que de inmediato comenzaron a sangrar.RAQUELEstoy muy contenta porque Andy fue a casa para traer a nuestro hijo. Quiero tenerlo cerca de mí para que me dé fuerzas y ánimos de sobrellevar esta enfermedad. Pensar en él me hace aferrarme más a la vida y querer vivir muchos años v
Minutos después volví a mi estado de conciencia. No escuchaba nada de bulla y temí que al levantar la cabeza no se encontrara mi hijo en la silla donde lo tenían atado. A como pude me deslicé con ayuda de mis manos y me di la vuelta.Joder, estoy tan adolorida y mi camisa ya se ha empapado de la sangre que brota de mi frente. Vi a mi hijo que estaba llorando y su mirada no se despegaba de mí. Agradecí que no se lo hayan llevado con ellos.—Es mi oportunidad para hacer hasta lo imposible por rescatarlo. —Pensé. Valió la pena hacerme pasar por muerta.Sin embargo, cuando quise ponerme de pie no pude. Maldita sea, la bala impactó en mi pierna y me duele horrores. Mi pantalón rosado se ha vuelto rojo, creo que es una escena de terror en la que me encuentro, y claro que se acerca Halloween, con la diferencia de que lo mío es real y no una simple ficción como suele mostrarse.Me arrastré, logré llegar hasta mi hijo y lo desaté con manos temblorosas y con delicadeza quité el pañuelo que mant
Dos meses despuésBrenda continúa viviendo con nosotros en la misma casa. Andy no ha querido mover nada sobre el incidente anterior en el que estamos seguros de que ella fue quien nos tendió la trampa.Seguimos ocultando nuestra relación hasta que sea el momento adecuado, y ese será cuando pague por lo que me hizo; de intentar que tuviera relaciones sexuales con otro hombre, aunque, en ocasiones, dudamos porque ella da a entender que no sabe nada todavía de que estamos casados.Del otro incidente que abarca a los dos secuestros se está haciendo cargo la policía, ellos dicen que hasta el momento no encuentran una pista que los lleve a dar con el responsable del hecho.El pequeño Jaime quedó muy nervioso después de eso, pero nosotros le brindamos todo el apoyo y poco a poco se ha ido recuperando y ahora ya ni siquiera lo menciona. Esperamos que ya lo haya olvidado o que su mente lo haya enterrado con nuevas ideas y pensamientos.Mi pasantía en la clínica ya la terminé. Ahora he quedado