Finalmente, mi colega me informó que ya estoy recuperada y puedo reintegrarme al trabajo de manera parcial, tratando de no forzar mi cuerpo demasiado. Sin embargo, cuento con la venia de Andy como jefe para presentarme hasta la siguiente semana a trabajar. Eso me ayudará a poder estabilizar mis pensamientos y mi vida. Aunque, los colegas me critiquen a mis espaldas por ser la preferida del jefe al enviarme a casa con permiso de incapacidad.En la clínica nadie conoce nuestra relación de hermanastros o esposos, bueno, ni siquiera Brenda sabe que estamos casados y para colmo, él le pidió no revelar que somos familia. Andy se ha vuelto muy frío y calculador. De aquel hombre enamorado y complaciente ya no queda nada, el tiempo y las dudas se encargaron de llevárselo al infierno.Debo decir que al pequeño Jaime ni siquiera me permitieron verlo el día que nació, después de haber perdido el conocimiento y reaccionar horas más tarde me informó la enfermera que al bebé ya se lo habían llevado
Me siento frustrada, Andy y su gente no pueden dar con el paradero de nuestros padres. Me preocupa la salud de mi pequeño Jaime, se lo llevaron sin que el efecto de la anestesia acabara y quién sabe si ese par de locos lo hayan llevado a recibir atención médica. Cabe resaltar que el nombre de mi hijo me encanta. En cierta ocasión le comenté a mi mamá que así se llamaría cuando naciera. Jamás imaginé que ella le pondría el nombre que ya tenía elegido; de haberlo sabido desde siempre, lo hubiese clamado por su nombre.Los vecinos me comentaron que un hombre demasiado atractivo vino en mi búsqueda, luego una señora me dijo que él prometió ayudarme a encontrar a mi hijo. Andy es ese hombre atractivo y demasiado guapo que ellos mencionan. Me llena de emoción el saber que, a pesar de jurar odiarme, por su hijo, está haciendo lo que sea con tal de regresarlo conmigo.Estaba a punto de irme a la cama cuando escuché que alguien llamaba a la puerta, tuve miedo de salir a ver quién es porque en
Intenté persuadirlo para que no nos llevara a su casa, me duele el alma verle al lado de Brenda que, aunque soy consciente de que ella es ajena a nuestra realidad, me duele tener que cargar sola con mi corazón destrozado mientras el causante se la pasa feliz con su amante.—Aquí estaremos bien, Andy. Deja que recoja un poco más de dinero y compraré una pequeña casa para nosotros dos. —pedí, no queriendo vivir bajo el mismo techo que él y su nueva pareja.—Raquel, te he dicho que no me gusta este lugar, no ahora que mi hijo está aquí. No quiero que en el futuro le suceda algo o que nuestros padres te encuentren y nos lo vuelvan a quitar. —expresó con preocupación, haciéndome entrar en razón.—Está bien, nos iremos a vivir con vosotros. —Acepté, sabiendo que es lo mejor para mi pequeño Jaime, allá estoy segura de que pondrá seguridad para que nadie se acerque a su casa.—¿Qué le dirás a Brenda? —quise, saber, la curiosidad me mataba.—Diremos que el bebé es nuestro hermanito y que nuest
Como siempre, Andy tiene una solución para todo y en esta ocasión no es la excepción.—No te preocupes, en el camino he comprado algunas cosas que serán de mucha ayuda para esta noche. —Comentó, haciendo sentir cálido mi corazón. Se fue al auto y regresó con muchas bolsas. Entre lo que compró venían pañales desechables, yogur, gerber, leche y biberones. Varios tipos de biberones, por si al bebé no le gustaba uno, tomara el otro.Les juro que yo lloré de felicidad, sentía unas ganas inmensas de abrazar a Andy como agradecimiento, pero recuerdo que él me odia y ni siquiera permite que me acerque a él, aun sabiendo lo mucho que he sufrido durante su ausencia.—Nuestro hijo es muy hermoso, ¿cierto? —comenté, admirando a mi pequeño, que duerme como si en el mundo no existiera la crueldad.—Es un príncipe… mi príncipe. —afirmó, con una sonrisa.—Nuestro príncipe. —Le recordé— El amor de mi vida. —Finalicé, sintiéndome incómoda de que él ya no se interese en mí como mujer, sino como la madre
Aprovechando que mi marido está un poco flexible, decidí hacerle una petición, rogando al cielo para que él acepte.—Andy, quiero que el bebé me diga, mamá. Si tú no quieres que te llame, papá, lo entenderé, pero yo sí anhelo que me llame por lo que soy. Le diré a tu aman… digo, a Brenda, que le dijimos al pequeño que soy su madre para que se sintiera tranquilo al convivir con sus hermanos mayores. —rogué.—Raquel…—Si no lo aceptas —interrumpí, antes de escuchar su respuesta que seguramente será negativa— si no te parece adecuada, mi petición no me iré y continuaré viviendo aquí. —amenacé.—Está bien. —Bufó con molestia— Le diremos a Jaime que eres su madre y yo su padre, pero a Brenda le diremos lo que ya tenemos acordado. —finalizó.Me extraña que Andy haya aceptado tan rápido mi propuesta. Al parecer me conoce muy bien y sabe que si no me deja hacer lo que yo quiero el que saldrá perdiendo será él.Fuimos a una tienda de ropa y compramos una gran cantidad de prendas de vestir, ent
Andy le comentó nuestra situación a Brenda y ella aceptó que nosotros como sus cuñados nos quedásemos en su casa durante un tiempo.No aguanté más y en un momento a solas le pedí a Andy que no la besara delante de mí porque me sentía estúpida al estar en la misma casa que su amante. Le informé que me regresaría al lugar que pertenezco porque allí no me siento bien.—Pronto te buscaré un lugar seguro para que vivas con el pequeño Jaime —dijo— No le puedo pedir a la mujer que amo que no me bese o me demuestre amor solo porque tú estás aquí. —Señaló.—No hay problema. —respondí, mostrándome tranquila. Sin embargo, al cerrar la puerta me derrumbé y lloré, luego sequé mis lágrimas y prometí olvidarme de ellos dos y hacer de cuentas que en este mundo solo debo vivir para hacer feliz y complacer a mi bebé.Andy contrató a una niñera para que cuidara del pequeño Jaime mientras yo estaba en la clínica. Como yo soy su asistente, claramente tenemos el mismo turno. Nada más que él, por ser el due
Muy pronto iniciamos el recorrido por la carretera. Andy y su amante platican amenamente mientras que yo voy en el asiento de atrás junto a mi hijo que, desde que subió al auto, optó por dormir. Ver a mi marido siendo feliz con una amante, me convencí de que debía divórciame para que él sea feliz. Al menos uno estará con la mujer que ama, mientras la otra se quedará con la mejor parte de lo que fue aquella relación: mi hijo.Cuatro años atrás—Raquel, tu hermano ha venido a visitarnos desde lejos y en unos días se irá nuevamente, mi esposo ha decidido que pasemos un fin de semana en familia. Pide permiso en la universidad para salir unas horas antes. —Me informó mi madre.—Ah, mamá. Vayan ustedes, yo me quedaré en casa estudiando, los exámenes se acercan y debo estar preparada. —Me excusé. En realidad yo no quería ir porque Andy ya comenzaba a fastidiar con eso de que era mi hermano mayor y tenía que cuidarme, incluso hasta los mensajes de texto que llegaban a mi teléfono quería leer,
Mi madre continuó con su discurso de amargura, yo no quise seguir escuchando y terminé de llegar a la cocina por un vaso de agua, moría de sed, pero me afectaba más la indiferencia que ella muestra hacia mí.—Si tan solo tuviera el dinero necesario para largarme de esta casa, me iría corriendo. —Dije en voz baja.—Yo te prometo que haré lo posible para que no estés triste, hermanita. —escuché la voz de él, que hasta me sobresalté del susto.—Aléjate, Andy, ya viste que no pueden ver siquiera que estemos hablando porque nos castigarán a ambos. Tu padre ya te amenazó con tus estudios y a mí… a mí me echarán de casa. —Lamenté con mis ojos llorosos.Andy dio un fuerte golpe en el desayunador, pensé que se había roto el puño porque hasta me hizo saltar de tan fuerte que lo hizo.El fin de semana llegó y los cuatro estamos preparados para viajar. Con la intención de que Andy y yo no fuéramos juntos su padre le pidió que manejara. Entonces, los hombres van al frente y nosotras en los asiento