Dos meses después del encuentro
Cuando me despegó de mi cama, la cabeza parece que me va a explotar. Seguido de eso, como si alguien hubiese agitado mi estomago justo antes de despertar, siento un deseo muy grande de soltar todo lo que hay en mi estómago.
Corro al baño, pero no alcanzo a llegar. Termino vomitando en la entrada de mi baño, antes de que Maya venga, cierro la puerta del baño. No quiero que me vea así. ¿Qué me está pasando?
Limpio todo lo más rápido que puedo, llegaré tarde a clases.
Después de la primera clase, un sueño demasiado pesado me comienza a atacar. Siento como si no hubiera dormido hace dos días. Mi cuerpo al igual se siente pesado y cansado, además de que tengo un dolor de estomago que crece por ratos, como si me fuera a bajar…
¿Mi regla? ¡¿cómo lo pude olvidar?!
— ¿Qué ocurre? ¿Todo bien? —me pregunta preocupada Maya al ver mi rostro.
No puedo responderle, salgo corriendo del edificio. Una lluvia está atacando la ciudad, pido un taxi cuando llego a la avenida principal.
— Por favor, lléveme a la farmacia más cercana —le indico al taxista.
— Claro que sí.
Después de comprar tres pruebas de embarazo, vuelvo a mi departamento. La lluvia se ha intensificado, el sol ni siquiera parece querer salir hoy.
Me miro en el espejo de mi baño, puedo verme. Sé la respuesta aún sin hacerme la prueba, lo sé. Hace dos meses conocí a aquel hombre, después no supe mas de él y no volví a estar con nadie.
Mi cuerpo notablemente ha cambiado desde entonces. Me siento diferente, no soy yo. Mi cabeza duele por ratos, mis pechos duelen a cualquier tacto de ropa, mi espalda y piernas se sienten cansadas, mi orina es diferente, todo es diferente.
— No puede ser —susurro entre lagrimas de miedo.
Me hago las tres pruebas. Las coloco sobre el lavabo, esperando la confirmación de mis sospechas. Los minutos parecen pasar demasiado lentos, muy lentos. Miro que una línea se empieza a marcar, dejo de ver las pruebas.
Mi celular comienza a sonar, miro la pantalla y es Maya. Le respondo.
— ¡¿Dónde estás?! ¿Por qué te fuiste así?
— Maya —mi voz suena mal, no puedo ocultar que estoy a punto de llorar— Te necesito.
— Claro que sí, dime donde estas y llegaré en cinco minutos, Claire.
— En casa.
— Estoy yendo para allá, espérame, te quiero, Claire.
Al finalizar la llamada, veo que han pasado los cinco minutos. Miro las pruebas, no cabe duda de la respuesta. No sé que hacer, lo único que hago es dejarme caer en el suelo de mi baño, con las rodillas pegadas a mi pecho. Las lagrimas llenan toda mi cara.
Un miedo creciente se extiende por mi cuerpo. ¿Voy a ser mamá? ¿Lo puedo ser? ¿Podré hacerlo sola? ¿Puedo en verdad hacerlo? ¿Darle una vida bonita? ¿Y la universidad? ¿Qué haré? ¿Qué hago?
Cuando la puerta de mi habitación se abre, yo me encuentro viendo por la ventana la lluvia, sentada en mi cama. Maya me mira con mucha cautela, no tiene ni idea de lo que está pasando.
— ¿Estás bien? —me pregunta— ¿Claire?
— Estoy bien.
— ¿Qué está pasando? ¿Puedes por favor explicarme?
La miro cuando ya está cerca de mí, al ver mis ojos rojos se asusta. Le muestro la prueba de embarazo. Su rostro se llena de sorpresa, tanto como el mío cuando lo sospeché.
— ¿Estás… embarazada?
— Si.
Se sienta a mi lado. Pone su mano en mi pierna— ¿Qué quieres hacer?
— Tengo mucho miedo. No sé que pensar. No se si podré con esa responsabilidad, Maya.
— ¿Quién es el padre? No eres tú solamente, Claire. El padre también debe hacerse cargo.
— El padre es el hombre que conocí en la fiesta antes de las vacaciones, ni siquiera sé como se llama —lloro.
— Claire, dime que quieres hacer. Yo te voy a apoyar en cualquier decisión que tu quieras tomar. ¡Eres una mujer muy fuerte, Claire! ¡Puedes tomar cualquier decisión!
— He estado pensando que todo este tiempo he tenido una pequeña vida dentro de mí. Estuvo conmigo ese día tan genial en la playa, en tu fiesta de cumpleaños —me sorbo la nariz— La noche con ese desconocido… fue hermosa, nunca conocí a alguien como él. No hay nada que desee olvidar… pero tengo miedo. Tengo mucho miedo.
— ¿Quieres, pero tienes miedo? ¿Es eso lo que dices?
— Si. Tengo miedo a no poder aguantar, no poder comprar todo lo que necesite, de dejar la universidad, de la reacción de mis padres, de todo. De no ser una buena madre, que me odie por no poder darle un padre… tengo mucho miedo, pero estoy feliz. ¿Estoy mal, ¿verdad?
Maya se le sale una pequeña lagrima, me abraza. Su abrazo es con mucha fuerza, siento como si me diera fuerza, como si me estuviera pasando de su fuerza con solo un abrazo.
Me acabo de dar cuenta que hay un pequeño ser viviendo en mí, pero ya lo siento muy mío. ¿Estoy mal? ¿Estoy loca? ¿Está bien que piense que si puedo? ¿Está bien lo que voy a hacer? ¿Puedo hacerlo sola?
¿Puedo hacerlo sola? ¿Realmente puedo ser una buena madre en todos los sentidos que existen? ¿Puedo hacerlo?
Si. Creo que sí.
— Eres la persona mas fuerte que he conocido en mi vida, mi madre como te ama… Me has ayudado en muchos sentidos, me has hecho entender lo que piensa mi madre muchas veces. Eres tan bonita y madura para muchas cosas, si hay alguien con la fuerza de grandes responsabilidades, eres tú. No hay nadie con más valentía, que tú, Claire. Eres la chica que conocí matándose por demostrar que tiene la razón con el Doctor Morgan, eres aquella chica que peleó por los derechos de las mujeres en la secundaria. Eres la persona con más valentía y fuera que he conocido, si tu quieres, tu puedes. Tu podrás, además de que te apoyaré en todo. Me tienes a mí, Claire.
Cuatro meses después. — No pude localizar al barman, nadie se fijó quien era. Los Walton ni siquiera están en la ciudad, tuvieron que irse al día siguiente después de la fiesta. No hay manera de saber quien era el joven que estuvo esa noche allí junto al barman de la fiesta —finaliza Maya. Se deja caer sentada a mi lado. No me siento mal por la respuesta, muy en el fondo sabía que no había posibilidad alguna de encontrarlo, había muchísima gente en esa fiesta. Además de que los Walton mantiene todo en secreto por su seguridad. Hablar con ellos es muy difícil. — Está bien, en serio. — Al menos esperaba descubrir su nombre, en serio perdón, Claire. — Está bien, al menos lo buscamos, ya no me queda culpa a mí. — Sé que es muy pronto, pero a lo mejor puedas después hacer tu vida con otra persona. Después de que tu entraras al edifico un hombre se acercó a mí, me preguntó por ti. — ¿Un hombre? — Me dijo que su jefe lo había enviado a preguntar por Claire Randall, quería saber si e
3 años después — Mamá —lo miro— ¿Mamá?Cuando Klaus cumplió el año, me di cuenta de que no era como cualquier niño. Junté dinero para llevarlo con una especialista, que después de un examen me dijo lo que ya sabía. O al menos ya sospechaba.Muchas noches lloré porque no lo podía entender, quise explotar en muchas ocasiones, pero pude controlarme al final de todo. Klaus no me hacía caso para nada, pensé muchas veces que lo que quería era hacerme enojar, pero no entendía por qué. Lo amo, no podía entenderlo. Lloraba todo el tiempo, siempre estaba serio, fue demasiado difícil pasar todo eso sola.Pero al final entendí que mi hijo necesitaba más que a su mamá, terapia. El luchaba contra los ruidos de la ciudad todos los días, odiaba eso, pero nunca me lo dijo. Todos los días luchaba contra que yo movía sus juguetes que el con mucho esfuerzo había alineado un día antes. No lo entendía, no pude entenderlo hasta muy tarde.No es normal que un niño no ría, no juegue como normalmente jugaría
En la actualidad. Trago en seco. ¿El será que realmente me recuerda? ¿Eso es lo que me quiere decir con que no le gustan las mentiras? Mis nervios aumentan, me siento tan nerviosa como cuando nos besamos aquella noche. Mis nervios eran tantos que el alcohol por un momento abandonó mi sistema. Tuve que beber mas para darme cuenta de que no, que ya había bebido demasiado, al igual que él. — No entiendo totalmente sus palabras, señor Walton, pero comprendo lo que dice una parte, al menos… — Puede llamarme James, siento que somos conocidos —vuelve a mirar mis documentos— ¿Está casada, Claire? — No. — ¿Su hijo ya está aquí? ¿Es madre soltera? — Aún no, necesito buscar o arreglar nuestro nuevo hogar y si, lo soy. No veo el porque sea tan importante. — Una mujer como usted, parece increíble que sea soltera. Es un tonto el padre de su hijo. — Coincido, totalmente —sonrío con mi broma. — Proseguimos, Claire. Ha trabajado con nuestra gran familia ya tres años, según el registro. Su
La casa es demasiado grande para las personas que viviremos allí. Si hubiese buscado una casa así en USA, jamás me hubiera alcanzado para un mes de renta. La habitación de Klaus es maravillosa, además de que podrá tener una habitación de juegos. Rebecca asimismo podrá tener una hermosa habitación, creo que le gustará vivir aquí. Espero que pronto Maya puede venir a visitarme, ocupamos reunirnos las tres. El timbre de la puerta se escucha, al abrirla me doy cuenta de que son las cosas que ha mandado Rebecca. Algunos juguetes favoritos de Klaus, ropa, accesorios, libros, colores y muchas cosas, de Klaus más que nada, él no se puede cambiar totalmente, es muy apegado a algunas cosas u objetos, pero a las personas no mucho. Después de meter las cajas, tomo mi bolsa y laptop para salir de casa. Hoy es mi primer día de trabajo, he aceptado, lo hice. El frio arremete contra mi en cuanto salgo, parece que el invierno está a la vuelta de la esquina. El sol no ha salido por completo, la
— Pensé que eras más inteligente —bromea— Contigo.Evito sonrojarme, verlo así… de esta forma, me recuerda a esa noche que nos conocimos…pero ahora nos somos esos jóvenes universitarios, es mi jefe. No puedo caer en una tentación de esta magnitud. No puedo hacer nada. — Me gustaría mantener nuestra relación de trabajo como lo que es y debe ser, formales, James. No me gusta ser juego de nadie, así se usted o no. — Entonces solo me queda decir que deseo conocer a mi nueva directora de proyectos. Por favor, cuénteme algo sobre usted, Claire, estaría encantado solo con oírle hablar. Mi corazón se siente muy acelerado, gracias a dios los meseros vuelven. Traen algunos pequeños platillos, no conozco sus nombres y no se me hacen conocidos, pero se ven deliciosos. — He trabajado en esta área desde que me gradúe de la universidad, tuve muchas dificultades con mi… hijo —dudé por un momento si debía mencionarlo. — ¿Tuvo a su hijo en la universidad? —pregunta asombrado. — Si, en mi segundo
El silencio que se arma tras esas palabras es abrumante. Su mirada refleja un poco de angustia, pero yo no sé como surtirme al respecto. No me doy cuenta, pero ya hemos llegado a casa. Su mirada, su jodida mirada. Podría decir que nunca dejó de encartarme. — ¿C-cómo que me has buscado? — Me refiero a una persona con tu experiencia —dice rápido— Esperé a que Arnold me comunicara sobre el cierre solo para poder ofrecerte trabajo. Lo sigo mirando, pero ahora como la tonta que soy. Me emocioné. Que tonta soy, no debí pensar que me buscó después de nuestro encuentro. Él podía llamarme, le deje mi numero en ese papel… el no me buscó, jamás lo intentó. (…) El trabajo ha sido bueno para mantener mi mente despejada, mañana llega mi hijo y estoy emocionada con ello. Después de aquel día, ninguno de los dos nos hemos visto. Los reportes que debo entregarle han sido enviados. La reunión semanal fue cancelada, también. Todos los días puedo escucharlo, solo tenemos una pared que nos separa. P
La noche fue demasiada larga. No pude dormir nada bien, mi mente me estaba traicionado mas de lo que pensé que jamás lo haría. Mi casa se sentía demasiado vacía durante la madrugada. No puedo creer que esté enamorada de mi jefe y padre de mi hijo. Siento que me han roto el corazón. El rechazo es inminente. Después de tomar un café soluble y puro, escuché el auto llegar. Su voz. Su voz. Me levanté de golpe. Salí básicamente corriendo de mi casa, viendo su sonrisa hacerse mas ancha conforme ve que su madre corre en su dirección, aunque se que no le gusta, me corresponde con un pequeño abrazo. Su pequeño cuerpo parece poder abrazar todo mi dolor, solo eso me recuerda que todo este camino que ha sido difícil para los dos, es por él. Por Klaus. — Mami te ha extrañado mucho —le suelto— ¿Klaus, tu no? — Si Rebecca sale después, se queda observando un poco el lugar. — Entra a casa, busca tu nueva habitación, pequeño —le indico. — ¡Si! Rebecca y yo nos quedamos observando como corre a
7 años antesMi padre ya tiene una edad muy avanzada, se que está temiendo de que su imperio no pueda crecer más. Mi hermano me dijo que esto iba a pasar, mi padre es un hombre muy inteligente, nunca se queda estancado mucho tiempo en un mismo lugar.Algo que le admiro mucho es verlo vetar sus sentimientos dependiendo de lo que se amerite. Yo no sé si pueda hacerlo, menos con lo que me está diciendo ahora mismo.Esa chica ni siquiera es de mi gusto, ni para poder tomarla en la cama. Sé que, si acepto, debo tener un hijo de inmediato, para poder asegurar después otro contrato en una boda, no puedo aceptar esto.Me creo lo suficientemente capaz de poder llevar esto a lo mas alto. Mi primo Arnold y mi tío, han podido escalar sin ayuda de mi padre, eso habla mucho de ellos y de lo que se puede hacer con poco.— No puedo hacer eso, no quiero solamente unirme a alguien por hacer una fortaleza que en cualquier momento puede derrumbarse. No quiero estar atado a una unión de forma obligatoria.