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3. ¡Embarazada de un desconocido!

Dos meses después del encuentro

Cuando me despegó de mi cama, la cabeza parece que me va a explotar. Seguido de eso, como si alguien hubiese agitado mi estomago justo antes de despertar, siento un deseo muy grande de soltar todo lo que hay en mi estómago.

Corro al baño, pero no alcanzo a llegar. Termino vomitando en la entrada de mi baño, antes de que Maya venga, cierro la puerta del baño. No quiero que me vea así. ¿Qué me está pasando?

Limpio todo lo más rápido que puedo, llegaré tarde a clases.

Después de la primera clase, un sueño demasiado pesado me comienza a atacar. Siento como si no hubiera dormido hace dos días. Mi cuerpo al igual se siente pesado y cansado, además de que tengo un dolor de estomago que crece por ratos, como si me fuera a bajar…

¿Mi regla? ¡¿cómo lo pude olvidar?!

— ¿Qué ocurre? ¿Todo bien? —me pregunta preocupada Maya al ver mi rostro.

No puedo responderle, salgo corriendo del edificio. Una lluvia está atacando la ciudad, pido un taxi cuando llego a la avenida principal.

— Por favor, lléveme a la farmacia más cercana —le indico al taxista.

— Claro que sí.

Después de comprar tres pruebas de embarazo, vuelvo a mi departamento. La lluvia se ha intensificado, el sol ni siquiera parece querer salir hoy.

Me miro en el espejo de mi baño, puedo verme. Sé la respuesta aún sin hacerme la prueba, lo sé. Hace dos meses conocí a aquel hombre, después no supe mas de él y no volví a estar con nadie.

Mi cuerpo notablemente ha cambiado desde entonces. Me siento diferente, no soy yo. Mi cabeza duele por ratos, mis pechos duelen a cualquier tacto de ropa, mi espalda y piernas se sienten cansadas, mi orina es diferente, todo es diferente.

— No puede ser —susurro entre lagrimas de miedo.

Me hago las tres pruebas. Las coloco sobre el lavabo, esperando la confirmación de mis sospechas. Los minutos parecen pasar demasiado lentos, muy lentos. Miro que una línea se empieza a marcar, dejo de ver las pruebas.

Mi celular comienza a sonar, miro la pantalla y es Maya. Le respondo.

— ¡¿Dónde estás?! ¿Por qué te fuiste así?

— Maya —mi voz suena mal, no puedo ocultar que estoy a punto de llorar— Te necesito.

— Claro que sí, dime donde estas y llegaré en cinco minutos, Claire.

— En casa.

— Estoy yendo para allá, espérame, te quiero, Claire.

Al finalizar la llamada, veo que han pasado los cinco minutos. Miro las pruebas, no cabe duda de la respuesta. No sé que hacer, lo único que hago es dejarme caer en el suelo de mi baño, con las rodillas pegadas a mi pecho. Las lagrimas llenan toda mi cara.

Un miedo creciente se extiende por mi cuerpo. ¿Voy a ser mamá? ¿Lo puedo ser? ¿Podré hacerlo sola? ¿Puedo en verdad hacerlo? ¿Darle una vida bonita? ¿Y la universidad? ¿Qué haré? ¿Qué hago?

Cuando la puerta de mi habitación se abre, yo me encuentro viendo por la ventana la lluvia, sentada en mi cama. Maya me mira con mucha cautela, no tiene ni idea de lo que está pasando.

— ¿Estás bien? —me pregunta— ¿Claire?

— Estoy bien.

— ¿Qué está pasando? ¿Puedes por favor explicarme?

La miro cuando ya está cerca de mí, al ver mis ojos rojos se asusta. Le muestro la prueba de embarazo. Su rostro se llena de sorpresa, tanto como el mío cuando lo sospeché.

— ¿Estás… embarazada?

— Si.

Se sienta a mi lado. Pone su mano en mi pierna— ¿Qué quieres hacer?

— Tengo mucho miedo. No sé que pensar. No se si podré con esa responsabilidad, Maya.

— ¿Quién es el padre? No eres tú solamente, Claire. El padre también debe hacerse cargo.

— El padre es el hombre que conocí en la fiesta antes de las vacaciones, ni siquiera sé como se llama —lloro.

— Claire, dime que quieres hacer. Yo te voy a apoyar en cualquier decisión que tu quieras tomar. ¡Eres una mujer muy fuerte, Claire! ¡Puedes tomar cualquier decisión!

— He estado pensando que todo este tiempo he tenido una pequeña vida dentro de mí. Estuvo conmigo ese día tan genial en la playa, en tu fiesta de cumpleaños —me sorbo la nariz— La noche con ese desconocido… fue hermosa, nunca conocí a alguien como él. No hay nada que desee olvidar… pero tengo miedo. Tengo mucho miedo.

— ¿Quieres, pero tienes miedo? ¿Es eso lo que dices?

— Si. Tengo miedo a no poder aguantar, no poder comprar todo lo que necesite, de dejar la universidad, de la reacción de mis padres, de todo. De no ser una buena madre, que me odie por no poder darle un padre… tengo mucho miedo, pero estoy feliz. ¿Estoy mal, ¿verdad?

Maya se le sale una pequeña lagrima, me abraza. Su abrazo es con mucha fuerza, siento como si me diera fuerza, como si me estuviera pasando de su fuerza con solo un abrazo.

Me acabo de dar cuenta que hay un pequeño ser viviendo en mí, pero ya lo siento muy mío. ¿Estoy mal? ¿Estoy loca? ¿Está bien que piense que si puedo? ¿Está bien lo que voy a hacer? ¿Puedo hacerlo sola?

¿Puedo hacerlo sola? ¿Realmente puedo ser una buena madre en todos los sentidos que existen? ¿Puedo hacerlo?

Si. Creo que sí.

— Eres la persona mas fuerte que he conocido en mi vida, mi madre como te ama… Me has ayudado en muchos sentidos, me has hecho entender lo que piensa mi madre muchas veces. Eres tan bonita y madura para muchas cosas, si hay alguien con la fuerza de grandes responsabilidades, eres tú. No hay nadie con más valentía, que tú, Claire. Eres la chica que conocí matándose por demostrar que tiene la razón con el Doctor Morgan, eres aquella chica que peleó por los derechos de las mujeres en la secundaria. Eres la persona con más valentía y fuera que he conocido, si tu quieres, tu puedes. Tu podrás, además de que te apoyaré en todo. Me tienes a mí, Claire.

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