3 años después
— Mamá —lo miro— ¿Mamá?
Cuando Klaus cumplió el año, me di cuenta de que no era como cualquier niño. Junté dinero para llevarlo con una especialista, que después de un examen me dijo lo que ya sabía. O al menos ya sospechaba.
Muchas noches lloré porque no lo podía entender, quise explotar en muchas ocasiones, pero pude controlarme al final de todo. Klaus no me hacía caso para nada, pensé muchas veces que lo que quería era hacerme enojar, pero no entendía por qué. Lo amo, no podía entenderlo. Lloraba todo el tiempo, siempre estaba serio, fue demasiado difícil pasar todo eso sola.
Pero al final entendí que mi hijo necesitaba más que a su mamá, terapia. El luchaba contra los ruidos de la ciudad todos los días, odiaba eso, pero nunca me lo dijo. Todos los días luchaba contra que yo movía sus juguetes que el con mucho esfuerzo había alineado un día antes. No lo entendía, no pude entenderlo hasta muy tarde.
No es normal que un niño no ría, no juegue como normalmente jugaría cualquier niño, que camine sobre puntas casi todo el tiempo, que no haga caso a su nombre. Klaus es un niño autista, que empezó a ir a terapia desde los dos años… su gasto con eso aumentó, no podía seguir haciendo solo home office, así que tuve que buscar empleo cuando acabé la universidad.
Me pude acomodar en una pequeña empresa, con ambos sueldos podía costear los gastos de Klaus. Después de terminar la universidad, Maya tuvo que mudarse a parís, debido al empleo que consiguió en la empresa de su madre.
En la empresa donde estoy, comenzaron a darme un apoyo para madre solteras. Eso me ha ayudado muchísimo, a decir verdad.
— Klaus —le llamo, pero no me mira— Llegamos, estarás con Katy una hora, después vendrá tu abuela María por ti.
Le explico, pero el corre dentro del consultorio para jugar.
— Hay mucho avance, en poco tiempo podrá tener una conversación normal —me dice la doctora Katy— Es muy inteligente, porque juega mucho con el abecedario y los números. Tengo la teoría de que sabe sumar, pero quiero concertarme en hacerlo entablar conversaciones.
— He notado que me hace un poco mas de caso —le respondo viéndolo— me ha dado un abrazo.
— Ya verá como mejorará
Me despido de mi hijo y de la doctora. Tomo un taxi para llegar a mi trabajo. Soy muy responsable, pero muchas veces he llegado tarde, a veces siento que son muy buenos conmigo, no suelen reprenderme, parece que me protegieran.
He visto a otras mujeres llegar tarde, algunas hasta las han despedido. No llego tarde por gusto, muchas veces Klaus no quiere la ropa que le pongo, los tenis que usa, no quieren caminar, no quiere salir bajo el sol o la lluvia, quiere llevarse cientos de juguetes pequeños en las manos, para que cada dos pasos se le caigan. Cosas que no puedo controlar.
— Buen día, señorita Randall.
— Buen día, Robert —saludo al vigilante.
Subo el elevador evitando hablar con nadie, par así no llegar mas tarde. Cuanto entro a mi oficina, una llamada entra.
— Necesito urgentemente el reporte de las ventas, Claire —me dice Georgia, mi jefa— Otra vez tarde, se está haciendo costumbre.
— Lo lamento, en seguida le envío el reporte.
— No te disculpes, aunque quiera despedirte no puedo. No importa, Claire —me cuelga.
Me quedo con el teléfono en la mano, con muchas dudas con la respuesta que me da.
3 años después
— Necesito con urgencia los reportes de la producción del año pasado, no sé que m****a hizo Georgia con toda esta empresa, no hay nada que salvar —me dice el nuevo jefe.
Georgia la corrieron hace al menos dos días, en su lugar llegó un holandés. No sabía que esta empresa es parte de los Walton.
— Se lo envío en un momento, señor Walton.
Arnold Walton es al parecer un primo segundo de la familia Walton, al parecer la empresa está teniendo problemas con hacienda, yo pude notar algunas desviaciones de la señora Georgia. Pero yo no fuí contadora mientras la administración la llevó Georgia, pero el día que Arnold llegó, toda la empresa escuchó los gritos.
— Dígame Arnold, le digo señor Walton a mi primo, me siento como el si me dices así.
Sonrío— Claro, Arnold.
Vuelvo caminando a mi oficina, tenia que irme hace tres horas. Tuve que llamar a mi madre para que pasara por Klaus, quería llevarlo a cenar, ya que hoy llegó mi pago de ayuda, pero este jefe parece ser adicto al trabajo.
Busco entre mis correos, le doy clic en reenviar.
— Listo
Un sonido hace mi computadora, señal de un nuevo correo. Lo abro de inmediato. Al ver el nombre de la empresa que me lo ha enviado, mi corazón no puede evitar emocionarse.
— ¡No puede ser! —grito de la emoción
Me están ofreciendo un trabajo en Ámsterdam. Me ofrecen muchos beneficios. Pocas horas de trabajo, igual a mas tiempo libre para estar con mi hijo.
Tomo mi teléfono para llamar a mi madre, saber si ya están en casa.
— ¿Hola? —responde mi madre— Estaba durmiendo.
— ¿Durmiendo? ¿Y Klaus?
— Rebecca fue por él, tu padre se puso mal y no pude ir por él.
Cuelgo la llamada, un poco enojada.
Rebecca me contesta de inmediato— Hola
— ¿Está Klaus contigo? —pregunto rápidamente
— Claro, soy su nana —se oye feliz— acaba de dormirse, te estaba esperando.
— Ay… Perdona, hoy era tu día libre.
— No importa, en serio, no te preocupes, Claire.
— ¿Puedes viajar?
Rebecca es una vieja amiga de secundaria, que me ha apoyado con los cuidados de Klaus. Le debo mucho, ella estudió pero no termino la universidad debido a unos problemas que tuvo su familia. Le pago lo mejor que puedo, pero aún así siento que le debo. Con este nuevo trabajo podré regresarle toda la ayuda que ella me ha brindado.
— ¿Vacaciones? ¿O qué?
— Me ofrecieron trabajo. Es un trabajo demasiado bueno y bien pagado, puedo incluso aumentar tu sueldo, Rebecca,
— Suena bien —ríe— ¿Dónde es?
— Ámsterdam.
— Suena bien, muy bien a decir verdad.
Irme me ayudará a cerrar el ciclo. Me resigné a que jamás encontraré al padre de mi hijo, quizá nunca pueda velo de nuevo... Inclusive si lo hiciera ¿Puedo esperar a que nos reciba con los brazos abiertos? ¿Qué puedo esperar de el?
En la actualidad. Trago en seco. ¿El será que realmente me recuerda? ¿Eso es lo que me quiere decir con que no le gustan las mentiras? Mis nervios aumentan, me siento tan nerviosa como cuando nos besamos aquella noche. Mis nervios eran tantos que el alcohol por un momento abandonó mi sistema. Tuve que beber mas para darme cuenta de que no, que ya había bebido demasiado, al igual que él. — No entiendo totalmente sus palabras, señor Walton, pero comprendo lo que dice una parte, al menos… — Puede llamarme James, siento que somos conocidos —vuelve a mirar mis documentos— ¿Está casada, Claire? — No. — ¿Su hijo ya está aquí? ¿Es madre soltera? — Aún no, necesito buscar o arreglar nuestro nuevo hogar y si, lo soy. No veo el porque sea tan importante. — Una mujer como usted, parece increíble que sea soltera. Es un tonto el padre de su hijo. — Coincido, totalmente —sonrío con mi broma. — Proseguimos, Claire. Ha trabajado con nuestra gran familia ya tres años, según el registro. Su
La casa es demasiado grande para las personas que viviremos allí. Si hubiese buscado una casa así en USA, jamás me hubiera alcanzado para un mes de renta. La habitación de Klaus es maravillosa, además de que podrá tener una habitación de juegos. Rebecca asimismo podrá tener una hermosa habitación, creo que le gustará vivir aquí. Espero que pronto Maya puede venir a visitarme, ocupamos reunirnos las tres. El timbre de la puerta se escucha, al abrirla me doy cuenta de que son las cosas que ha mandado Rebecca. Algunos juguetes favoritos de Klaus, ropa, accesorios, libros, colores y muchas cosas, de Klaus más que nada, él no se puede cambiar totalmente, es muy apegado a algunas cosas u objetos, pero a las personas no mucho. Después de meter las cajas, tomo mi bolsa y laptop para salir de casa. Hoy es mi primer día de trabajo, he aceptado, lo hice. El frio arremete contra mi en cuanto salgo, parece que el invierno está a la vuelta de la esquina. El sol no ha salido por completo, la
— Pensé que eras más inteligente —bromea— Contigo.Evito sonrojarme, verlo así… de esta forma, me recuerda a esa noche que nos conocimos…pero ahora nos somos esos jóvenes universitarios, es mi jefe. No puedo caer en una tentación de esta magnitud. No puedo hacer nada. — Me gustaría mantener nuestra relación de trabajo como lo que es y debe ser, formales, James. No me gusta ser juego de nadie, así se usted o no. — Entonces solo me queda decir que deseo conocer a mi nueva directora de proyectos. Por favor, cuénteme algo sobre usted, Claire, estaría encantado solo con oírle hablar. Mi corazón se siente muy acelerado, gracias a dios los meseros vuelven. Traen algunos pequeños platillos, no conozco sus nombres y no se me hacen conocidos, pero se ven deliciosos. — He trabajado en esta área desde que me gradúe de la universidad, tuve muchas dificultades con mi… hijo —dudé por un momento si debía mencionarlo. — ¿Tuvo a su hijo en la universidad? —pregunta asombrado. — Si, en mi segundo
El silencio que se arma tras esas palabras es abrumante. Su mirada refleja un poco de angustia, pero yo no sé como surtirme al respecto. No me doy cuenta, pero ya hemos llegado a casa. Su mirada, su jodida mirada. Podría decir que nunca dejó de encartarme. — ¿C-cómo que me has buscado? — Me refiero a una persona con tu experiencia —dice rápido— Esperé a que Arnold me comunicara sobre el cierre solo para poder ofrecerte trabajo. Lo sigo mirando, pero ahora como la tonta que soy. Me emocioné. Que tonta soy, no debí pensar que me buscó después de nuestro encuentro. Él podía llamarme, le deje mi numero en ese papel… el no me buscó, jamás lo intentó. (…) El trabajo ha sido bueno para mantener mi mente despejada, mañana llega mi hijo y estoy emocionada con ello. Después de aquel día, ninguno de los dos nos hemos visto. Los reportes que debo entregarle han sido enviados. La reunión semanal fue cancelada, también. Todos los días puedo escucharlo, solo tenemos una pared que nos separa. P
La noche fue demasiada larga. No pude dormir nada bien, mi mente me estaba traicionado mas de lo que pensé que jamás lo haría. Mi casa se sentía demasiado vacía durante la madrugada. No puedo creer que esté enamorada de mi jefe y padre de mi hijo. Siento que me han roto el corazón. El rechazo es inminente. Después de tomar un café soluble y puro, escuché el auto llegar. Su voz. Su voz. Me levanté de golpe. Salí básicamente corriendo de mi casa, viendo su sonrisa hacerse mas ancha conforme ve que su madre corre en su dirección, aunque se que no le gusta, me corresponde con un pequeño abrazo. Su pequeño cuerpo parece poder abrazar todo mi dolor, solo eso me recuerda que todo este camino que ha sido difícil para los dos, es por él. Por Klaus. — Mami te ha extrañado mucho —le suelto— ¿Klaus, tu no? — Si Rebecca sale después, se queda observando un poco el lugar. — Entra a casa, busca tu nueva habitación, pequeño —le indico. — ¡Si! Rebecca y yo nos quedamos observando como corre a
7 años antesMi padre ya tiene una edad muy avanzada, se que está temiendo de que su imperio no pueda crecer más. Mi hermano me dijo que esto iba a pasar, mi padre es un hombre muy inteligente, nunca se queda estancado mucho tiempo en un mismo lugar.Algo que le admiro mucho es verlo vetar sus sentimientos dependiendo de lo que se amerite. Yo no sé si pueda hacerlo, menos con lo que me está diciendo ahora mismo.Esa chica ni siquiera es de mi gusto, ni para poder tomarla en la cama. Sé que, si acepto, debo tener un hijo de inmediato, para poder asegurar después otro contrato en una boda, no puedo aceptar esto.Me creo lo suficientemente capaz de poder llevar esto a lo mas alto. Mi primo Arnold y mi tío, han podido escalar sin ayuda de mi padre, eso habla mucho de ellos y de lo que se puede hacer con poco.— No puedo hacer eso, no quiero solamente unirme a alguien por hacer una fortaleza que en cualquier momento puede derrumbarse. No quiero estar atado a una unión de forma obligatoria.
cinco años atrásCada mujer que pasó por mi vida estos años, solo son recuerdos y comparaciones de lo que pasé con esa chica. Ganarme el odio de mi hermano por eso... creo que vale la m*****a pena siempre.Todo lo que hablamos esa única noche, se repiten en mi mente como pequeños sueños que tengo. A veces me pierdo en ellos, quisiera mandar al diablo a Aldo, ese idiota no la tiene y solo me hizo perderla. Según lo que él se ha encargado de contarme. — ¿Siempre será ella? —Katerina está molesta, yo también lo estaría en su lugar. — Yo siempre te repetí que no me interesas, mi padre fue el encargado de este acuerdo, no yo. — Tu hermano lo puede romper, Jamie. Yo en realidad creo que eres de esos hombres a los cuales les gusta que les rueguen, les levanta el ego. — A mi hermano le conviene tenerme atado de esta forma, Katerina. Será la última vez que te pida que me llames James, no Jamie. No quiero muestras de cariño, no quiero que nadie piense que somos cercanos, romperé este compro
Esa mañana cundo abrí los ojos, de forma inmediata pude sentir la fría brisa amenazando con seguir aumentando el frío. La temperatura ha bajado considerablemente. Mi alarma estaba a punto de sonar así que solo la desactive.Mi rutina ya había sido dada, todos los días temprano hacia lo mismo. Solo que ahora pasaba a ver a Klaus antes de meterme a dar una ducha caliente.Klaus suele levantarse temprano, pero debido al cambio de horario, aún sigue plácidamente dormido. Al igual que Rebecca.Antes de irme a trabajar, le dejé una nota a Rebecca, diciéndole donde guarde el desayuno de los dos y si podía ayudarme visitando algunas escuelas para Klaus. Deje un poco de dinero y salí. Cuando salí vi la camioneta de James pasar, pero al estar polarizada no pude ver quien conducía allí.Cuando llegué a la empresa, pude notar a la prensa alborotada. ¿Qué está pasando?Con cuidado de no lastimar a nadie, pude pasar. Un guardia de seguridad me alcanzó, es un lindo chico joven que se ha encargado de