Cuatro meses después.
— No pude localizar al barman, nadie se fijó quien era. Los Walton ni siquiera están en la ciudad, tuvieron que irse al día siguiente después de la fiesta. No hay manera de saber quien era el joven que estuvo esa noche allí junto al barman de la fiesta —finaliza Maya.
Se deja caer sentada a mi lado. No me siento mal por la respuesta, muy en el fondo sabía que no había posibilidad alguna de encontrarlo, había muchísima gente en esa fiesta. Además de que los Walton mantiene todo en secreto por su seguridad. Hablar con ellos es muy difícil.
— Está bien, en serio.
— Al menos esperaba descubrir su nombre, en serio perdón, Claire.
— Está bien, al menos lo buscamos, ya no me queda culpa a mí.
— Sé que es muy pronto, pero a lo mejor puedas después hacer tu vida con otra persona. Después de que tu entraras al edifico un hombre se acercó a mí, me preguntó por ti.
— ¿Un hombre?
— Me dijo que su jefe lo había enviado a preguntar por Claire Randall, quería saber si eras tú. No le creí, pensé que sería peligroso responderle por lo que mentí. Le dije que te habías marchado hace siete meses a Texas.
— Es raro.
Dos meses después
— ¿Te sientes bien? —me pregunta Maya— No creo que sea buena idea para ti salir a caminar. El bebé está por nacer cualquier día.
— Debo comprarle el sillón para auto, no puedo no tener. Solo compramos eso y nos vamos, por favor —le ruego— me siento muy bien hoy. No creo que vaya a nacer hoy. Trabajé mucho para juntar este dinero, déjame gastarlo…
— Está bien, vamos a apurarnos.
Pasamos por al menos dos tiendas, antes de encontrar un sillón perfecto. Me gusta el color café y negro que tienen, siento que es resistente y está patentado. Lo miro por al menos diez minutos, imaginando si mi bebe le gustara.
Un pequeño dolor me toma por sorpresa. Me siento muy rápido. Es una contracción falsa, eso debe ser. Cuando me siento, Maya se acerca rápidamente a mí.
— ¿Estás bien?
— Creo…que si —justo cuando acabo de decir eso, el dolor vuelve de pronto con mas fuerza. Pero es momentáneo— ¡Auch!
— Debemos ir con el doctor, eso no es normal.
— Primero paguemos esto, después nos vamos.
Después de pagar, en el camino al auto, otro dolor me vuelve. Quiero tirarme al suelo. No se cómo explicar la sensación. Es un dolor, pero no tan mortífero como esperaba. Es como si tuviera una presión en la parte de abajo, no sé. Duele, pero no duele.
— Vamos, te ayudo… tenemos que irnos. Siento que en cualquier momento nace y tu aquí parada —Maya suena nerviosa.
Camino recargado a ella. Cuando me siento en el auto, el dolor vuelve. Pero es más una presión abajo, no sé exactamente dónde. La pansa se ha puesto dura. Tengo la necesidad de dejar las piernas abiertas, sintiendo algo allí.
— Creo que sí.
— ¿Qué si qué? —me responde sin entender
— Ya va a nacer.
— ¡Oh cielos! ¡Oh cielos! ¡Oh cielos! ¿Qué hago? ¿Qué hago?
— Conduce —le ordeno en un quejido de dolor— ¡Vamos!
Siento una eternidad de tiempo, siento que lo llevo de fuera ya. Me da miedo hasta ver si es o no verdad. Los semáforos se poner de acuerdo para estar todos en rojo.
— ¡ay dios! ¡Ay dios! ¡Lo oigo llorar! —exagera Maya— me están sudando las manos, ¡Por dios!
— Maya —le hablo seria— si algo me llega a pasar, prométeme que lo vas a cuidar mucho. Dile todos los días que lo amo mucho. En la habitación de él, en su cajonera café hay una lista de cosas que quiero hacer con él. Si me pasa algo, asegúrate de que viva todo eso.
— No te vas a morir, Claire. Todo está bien, ya casi llegamos.
— Por favor, promételo.
— Lo prometo.
Un mes después.
Estoy cansada.
Esa es la palabra. Por las noches, Klaus sufre una enfermedad llamada “no quiero dormir y voy a llorar”. Todos los días voy a la universidad temprano, después llego a trabajar en home office. Klaus me ayuda durmiendo, pero cuando yo debo dormir, el no quiere.
Llevamos cuatro semanas, ha subido un kilo. A veces, por las noches pienso que ya no puedo, que voy a morir del cansancio. Algunas noches Maya y mi madre, me ayudan. Pero Maya me ayuda económicamente, después de estudiar trabaja con su madre.
Klaus es pequeño, muero por verle cuando ya por fin duerma toda la noche. Que ambos podamos descansar. Al menos casi todas las noches.
— Vamos a darte de comer, bebito chillón —lo sostengo en mis brazos.
A veces lo veo tan pequeño, que puedo saber que estoy dispuesta a ponerle el mundo entero a sus pies, solo si el lo desea. Otras veces siento que quiere que le odie, pues no deja de llorar y no sé que hacer. A veces ríe conmigo, me enamora, pero son momentos muy pequeños.
En el día duerme, en la noche llora y come cada rato.
— Te voy a amar hasta morir —susurro entre lágrimas.
Me siento muy cansada, me siento mal. Me siento triste la mayor parte del día, pero a veces siento que todo vale la pena. Que cada día que pasa es un día mas cerca del día en que los dos podamos entendernos.
— Te regalo mis piernas —le canto— recuesta tu cabeza en ellas, te regalo mis fuerzas úsalas cada que no tengas, te regalo las piezas que a mi alma conforman que nunca nada te haga falta a ti, te voy a amar hasta morir…
Recuerdo cuando les conté a mis padres de mi embarazo, exigieron conocer al padre. Me dio mucha vergüenza no poder presentarles a nadie, pensé que me regañarían… pero tuvieron piedad por mí, quizá lastima. Mi madre lloró conmigo, me dio palabras de fuerza, mi padre me dio su apoyo, aunque sé que no viene porque está enojado. Mi madre me contó que el piensa que estoy escondiendo al padre, para que no le obliguen a hacerse responsable.
Pensar todo esto, ver a mi pequeño Klaus llorar, me hacen ponerme a llorar con él. El único ruido que llena toda la habitación es nuestros llantos. Solo eso.
3 años después — Mamá —lo miro— ¿Mamá?Cuando Klaus cumplió el año, me di cuenta de que no era como cualquier niño. Junté dinero para llevarlo con una especialista, que después de un examen me dijo lo que ya sabía. O al menos ya sospechaba.Muchas noches lloré porque no lo podía entender, quise explotar en muchas ocasiones, pero pude controlarme al final de todo. Klaus no me hacía caso para nada, pensé muchas veces que lo que quería era hacerme enojar, pero no entendía por qué. Lo amo, no podía entenderlo. Lloraba todo el tiempo, siempre estaba serio, fue demasiado difícil pasar todo eso sola.Pero al final entendí que mi hijo necesitaba más que a su mamá, terapia. El luchaba contra los ruidos de la ciudad todos los días, odiaba eso, pero nunca me lo dijo. Todos los días luchaba contra que yo movía sus juguetes que el con mucho esfuerzo había alineado un día antes. No lo entendía, no pude entenderlo hasta muy tarde.No es normal que un niño no ría, no juegue como normalmente jugaría
En la actualidad. Trago en seco. ¿El será que realmente me recuerda? ¿Eso es lo que me quiere decir con que no le gustan las mentiras? Mis nervios aumentan, me siento tan nerviosa como cuando nos besamos aquella noche. Mis nervios eran tantos que el alcohol por un momento abandonó mi sistema. Tuve que beber mas para darme cuenta de que no, que ya había bebido demasiado, al igual que él. — No entiendo totalmente sus palabras, señor Walton, pero comprendo lo que dice una parte, al menos… — Puede llamarme James, siento que somos conocidos —vuelve a mirar mis documentos— ¿Está casada, Claire? — No. — ¿Su hijo ya está aquí? ¿Es madre soltera? — Aún no, necesito buscar o arreglar nuestro nuevo hogar y si, lo soy. No veo el porque sea tan importante. — Una mujer como usted, parece increíble que sea soltera. Es un tonto el padre de su hijo. — Coincido, totalmente —sonrío con mi broma. — Proseguimos, Claire. Ha trabajado con nuestra gran familia ya tres años, según el registro. Su
La casa es demasiado grande para las personas que viviremos allí. Si hubiese buscado una casa así en USA, jamás me hubiera alcanzado para un mes de renta. La habitación de Klaus es maravillosa, además de que podrá tener una habitación de juegos. Rebecca asimismo podrá tener una hermosa habitación, creo que le gustará vivir aquí. Espero que pronto Maya puede venir a visitarme, ocupamos reunirnos las tres. El timbre de la puerta se escucha, al abrirla me doy cuenta de que son las cosas que ha mandado Rebecca. Algunos juguetes favoritos de Klaus, ropa, accesorios, libros, colores y muchas cosas, de Klaus más que nada, él no se puede cambiar totalmente, es muy apegado a algunas cosas u objetos, pero a las personas no mucho. Después de meter las cajas, tomo mi bolsa y laptop para salir de casa. Hoy es mi primer día de trabajo, he aceptado, lo hice. El frio arremete contra mi en cuanto salgo, parece que el invierno está a la vuelta de la esquina. El sol no ha salido por completo, la
— Pensé que eras más inteligente —bromea— Contigo.Evito sonrojarme, verlo así… de esta forma, me recuerda a esa noche que nos conocimos…pero ahora nos somos esos jóvenes universitarios, es mi jefe. No puedo caer en una tentación de esta magnitud. No puedo hacer nada. — Me gustaría mantener nuestra relación de trabajo como lo que es y debe ser, formales, James. No me gusta ser juego de nadie, así se usted o no. — Entonces solo me queda decir que deseo conocer a mi nueva directora de proyectos. Por favor, cuénteme algo sobre usted, Claire, estaría encantado solo con oírle hablar. Mi corazón se siente muy acelerado, gracias a dios los meseros vuelven. Traen algunos pequeños platillos, no conozco sus nombres y no se me hacen conocidos, pero se ven deliciosos. — He trabajado en esta área desde que me gradúe de la universidad, tuve muchas dificultades con mi… hijo —dudé por un momento si debía mencionarlo. — ¿Tuvo a su hijo en la universidad? —pregunta asombrado. — Si, en mi segundo
El silencio que se arma tras esas palabras es abrumante. Su mirada refleja un poco de angustia, pero yo no sé como surtirme al respecto. No me doy cuenta, pero ya hemos llegado a casa. Su mirada, su jodida mirada. Podría decir que nunca dejó de encartarme. — ¿C-cómo que me has buscado? — Me refiero a una persona con tu experiencia —dice rápido— Esperé a que Arnold me comunicara sobre el cierre solo para poder ofrecerte trabajo. Lo sigo mirando, pero ahora como la tonta que soy. Me emocioné. Que tonta soy, no debí pensar que me buscó después de nuestro encuentro. Él podía llamarme, le deje mi numero en ese papel… el no me buscó, jamás lo intentó. (…) El trabajo ha sido bueno para mantener mi mente despejada, mañana llega mi hijo y estoy emocionada con ello. Después de aquel día, ninguno de los dos nos hemos visto. Los reportes que debo entregarle han sido enviados. La reunión semanal fue cancelada, también. Todos los días puedo escucharlo, solo tenemos una pared que nos separa. P
La noche fue demasiada larga. No pude dormir nada bien, mi mente me estaba traicionado mas de lo que pensé que jamás lo haría. Mi casa se sentía demasiado vacía durante la madrugada. No puedo creer que esté enamorada de mi jefe y padre de mi hijo. Siento que me han roto el corazón. El rechazo es inminente. Después de tomar un café soluble y puro, escuché el auto llegar. Su voz. Su voz. Me levanté de golpe. Salí básicamente corriendo de mi casa, viendo su sonrisa hacerse mas ancha conforme ve que su madre corre en su dirección, aunque se que no le gusta, me corresponde con un pequeño abrazo. Su pequeño cuerpo parece poder abrazar todo mi dolor, solo eso me recuerda que todo este camino que ha sido difícil para los dos, es por él. Por Klaus. — Mami te ha extrañado mucho —le suelto— ¿Klaus, tu no? — Si Rebecca sale después, se queda observando un poco el lugar. — Entra a casa, busca tu nueva habitación, pequeño —le indico. — ¡Si! Rebecca y yo nos quedamos observando como corre a
7 años antesMi padre ya tiene una edad muy avanzada, se que está temiendo de que su imperio no pueda crecer más. Mi hermano me dijo que esto iba a pasar, mi padre es un hombre muy inteligente, nunca se queda estancado mucho tiempo en un mismo lugar.Algo que le admiro mucho es verlo vetar sus sentimientos dependiendo de lo que se amerite. Yo no sé si pueda hacerlo, menos con lo que me está diciendo ahora mismo.Esa chica ni siquiera es de mi gusto, ni para poder tomarla en la cama. Sé que, si acepto, debo tener un hijo de inmediato, para poder asegurar después otro contrato en una boda, no puedo aceptar esto.Me creo lo suficientemente capaz de poder llevar esto a lo mas alto. Mi primo Arnold y mi tío, han podido escalar sin ayuda de mi padre, eso habla mucho de ellos y de lo que se puede hacer con poco.— No puedo hacer eso, no quiero solamente unirme a alguien por hacer una fortaleza que en cualquier momento puede derrumbarse. No quiero estar atado a una unión de forma obligatoria.
cinco años atrásCada mujer que pasó por mi vida estos años, solo son recuerdos y comparaciones de lo que pasé con esa chica. Ganarme el odio de mi hermano por eso... creo que vale la m*****a pena siempre.Todo lo que hablamos esa única noche, se repiten en mi mente como pequeños sueños que tengo. A veces me pierdo en ellos, quisiera mandar al diablo a Aldo, ese idiota no la tiene y solo me hizo perderla. Según lo que él se ha encargado de contarme. — ¿Siempre será ella? —Katerina está molesta, yo también lo estaría en su lugar. — Yo siempre te repetí que no me interesas, mi padre fue el encargado de este acuerdo, no yo. — Tu hermano lo puede romper, Jamie. Yo en realidad creo que eres de esos hombres a los cuales les gusta que les rueguen, les levanta el ego. — A mi hermano le conviene tenerme atado de esta forma, Katerina. Será la última vez que te pida que me llames James, no Jamie. No quiero muestras de cariño, no quiero que nadie piense que somos cercanos, romperé este compro