«Otras me amaron más. Sin embargo, a ninguna quise, como a ella»Hace tiempo, pensaba que entendía lo que era amar. Pero ahora me encuentro aquí, parado en este sitio donde alguna vez fui forzado a pensar y sentir, y me doy cuenta de que estaba equivocado. O quizás no lo estaba del todo, solo… manipulado.Otras me amaron más. Sí, eso es lo que solía creer. Mujeres que entregaron su amor con generosidad, que se desvivieron por mí en formas que nunca imaginé. Pero ahora, en esta encrucijada de mi existencia, me enfrento a la verdad incómoda: a ninguna quise, como a ella.¿Qué significa eso? ¿Cómo puedo afirmar que la amo con la misma intensidad que amo el aire que respiro, cuando una duda persistente se aferra a mi mente? ¿Y si mi amor no es más que una ilusión creada por manos ajenas, por mentes maestras que tejieron una red de engaños a mi alrededor?Ella… ella me consume. Su recuerdo se aferra a mis pensamientos como una sombra persistente, y mi corazón late al ritmo de su nombre.
—Papá, ¿tú crees que es necesario hacer esto? —pregunta Hanna al señor George Stephen Son. —Mamá, Hanna tiene razón. Esto es una exageración —reclama Emma, a Julia, mirando su reloj. La familia Stephen Son está recluida en su mansión. Al parecer, está esperando para que les hagan unas pruebas de laboratorio. Después del incidente de la academia se comprobó que Lisandra Li no era hija del señor Li. Al parecer, Sergey jugó con todos desde mucho antes de lo que esperaban. —Chicas, son adultas, no empiecen con esa clase de quejas —reclama Frederick Stephen Son. —Tío, es gracioso que lo digas. Como tu esposa no pertenece a ninguna de las familias de Los superiores, puede estar contigo —reclama Emma. —No se van a morir por no estar con ellos unos días —asegura riéndose Freddy Anze, el hijo adoptivo de uno de los cuatro hermanos Stephen Son. Los cuatro dueños de industrias Stephen, Son, George, Frederick, Andrew y Nick tuvieron que pedirles a sus hijos y nietos que se recluyan con ellos
—Aún no puedo creerlo —dice Titán. Está furioso. —Papá, cálmate, te hará daño —pide Alan al hombre que no deja de caminar por la sala de su casa. —Cariño, escucha a Alan —pide su esposa, Valentina Novak. —¿Y si mi nieto no es mi nieto? —reclama Titán. —Mi hijo no va a cambiar de padre sin importar lo que ocurra. Su madre y yo nos quedaremos con él —asegura Alan cuando el pequeño comienza a llorar. —Desearía que Alma pudiera estar con nosotros —dice Valentina mientras saca al pequeño de la carriola—. Esto de separarnos por apellidos me parece algo tonto y anticuado. —Lo sé, ella estaba muy triste por lo que le pasó a Li y a Kiara. Y después de eso, sumar que sus sobrinos no son de su sangre y que no puede estar con nuestro hijo. Está destrozada —asegura Alan muy frustrado. —Todo pasará pronto —dice Aria que se acerca a saludarlos. Ella es la prima de Alan y la segunda hija del doctor Romero. —¿Qué haces aquí? —pregunta su tío. —Los de la organización me enviaron. Dicen que como
—Violeta, espera —pide su esposo José Ignacio De la Torre, mientras que ella trata de salir de la mansión en la que se están alojando en la isla. Los Li les pidieron que fueran, ya que encontraron irregularidades en las computadoras durante el rescate de Kiara. Aunque eso no es lo más preocupante.—Déjame ir —reclama ella con lágrima en los ojos.Es tangible la angustia que la mujer lleva. Lo que ha escuchado la deja sin fuerzas, pero, aun así, insiste en irse para averiguar de qué se trata todo eso.—Mamá, cálmate. Sofí nos necesita en casa, al igual que Avril —dice Oliver, uno de sus hijos. El cual no sabe bien que es lo que está ocurriendo. Estaba en el departamento de astronomía de la universidad cuando lo llamaron y le pidieron que dejara todo y se dirigiera a ese sitio con su familia. Ni siquiera sabía que su hermana había desaparecido. Lo que en un comienzo le molestó, sin embargo, la operación para su rescate era secreta. Por lo que solo le importaba haber recuperado a Sofi.—
—Zack, esto es una locura —reclama Nino, mientras sus hermanos menores entran a la casa.—No te muevas tanto, aún estás herido —le recuerda Zack, mientras todos los demás los siguen.—¿Quiénes son ellos para decirnos donde debemos permanecer? ¿Y si nos están engañando? Sabes que algunos son traidores —reclama Nino.—Papá, los tíos se fueron a la cocina. Quieren saber qué es lo que pasa —dice Junior. Mientras ayuda a Nino a entrar.—Cariño —dice la esposa de Nino, quien sale a abrazarlo.—Estoy bien —le asegura este y se sientan en el sofá.—¿Qué es lo que está pasando? ¿Cómo sigue Li? —pregunta su esposa mientras lo ayuda a acomodar las muletas a un costado.—El pronóstico de Lisandro es reservado, al igual que el de Kiara y Amy —comenta Zack.—¿Y por qué pasó esto? Me hicieron venir en el avión privado de los Li, pensé que alguno de ustedes… —dice ella angustiada.—Al parecer, Los elegidos han estado jugando con las familias de Los Superiores desde hace mucho tiempo —comenta Zack mie
—¡No! Es nuestro hermano. No puedes hacernos esto —le reclama Alma a Amanda.—Lo siento, pero Li no va a querer tomar la medicina —asegura Amanda.—No me importa, es mi hermano y tú vas a dejar que muera —insiste Alma, mientras su padre, Leonel Anderson, la sostiene.—Creí que Kiara era tu amiga y te sentirías bien por ella al saber que al menos la madre de tus sobrinos sobrevivirá —comenta Amanda molesta.—No digo que ella muera, solo que busques otra opción —trata de decir Alma, pero Amanda la detiene en seco. —Solo venía a informarles que, si quieren despedirse de Li, está conectado a la máquina de los sueños —ultima Amanda, como si no le doliera, aunque por dentro la tristeza era asfixiante.—Gracias por venir —dice el señor Anderson.—Ni siquiera puedo estar con mi esposo y mi hijo por culpa de todo esto —reclama Alma, mientras Anastasia los mira. Ajena a todo, ella solo desea que sus supuestos padres despierten.—Cuando los resultados estén listos podrán hacer lo que quieran —i
Una vez que Amanda deja a Pavel con sus verdaderos padres, después de más de casi cuarenta años de estar siendo engañado, se dirige a la mansión de los Stephen Son. Hanna y Emma la reciben con un abrazo, sus familias son amigas y están unidas por varios matrimonios. Además, si no fuera por Hanna y Emma, el esposo de Amanda no estaría con vida.—Amanda… —dice Dala, la esposa de Andrew Stephen Son.—Hola, Dala —la saluda Amanda.—Hanna, ¿podrías pedirle a tu tío que venga? Dile que está Amanda aquí, si no, no querrá salir de la oficina —comenta Dala y le pide a Amanda que se acerque al living—. Estamos todos juntos, como cuando apenas nos casamos, es extraño volver a estar todos juntos sin que sea fiesta.—Entiendo —asegura Amanda cuando llega Andrew.—Voy a dejarlos hablar tranquilos —dice Emma y se despide de Amanda.Una vez que Andrew se sienta al lado de su esposa, esta última toma su mano. Amanda hizo lo mismo que en casa de los De la torre y les explicó que Sergey usó a las embara
—Kiara, debemos hablar y lo sabes —dice Li cuando entra a la casa en la playa. —No voy a irme de aquí sin ti —reclama ella, mientras va a la nevera para buscar algo para comer. —Los dos estamos dentro de la máquina de los sueños. Solo uno puede salir de aquí con vida, y no dejaré a mis hijos sin madre —indica Li y la abraza. —No puedes hacerme esto, no me obligues a perderte de nuevo —suplica ella entre lágrimas. —Sé que no hice bien las cosas, pero siempre priorizaste a la familia, a los niños y quiero que esta vez sea igual. Te amo y siempre lo haré —le asegura Lisandro. —No es justo —reclama ella y se besan. —Lo sé, la vida no es justa y nunca lo ha sido con nosotros, pero sabes perfectamente de que no existe manera de que yo pueda vivir sin ti —le dice él, mientras acaricia su rostro. —Lo arruiné, cada vez que me alejé de ti, lo hice —reclama ella llorando. —No es así, nunca decidimos lo que iba a pasar. Solo creímos tener el control —le recuerda él mientras limpia sus lág