Capítulo 5
Carolina sintió un dolor desgarrador en el pecho, y sus lágrimas brotaron.

Lucas, no le apartó la mirada aunque se mantuvo indiferente.

—Tengo mis razones, no decírtelo es protegerte también.

—¡Ja! —Carolina rio sarcástica —. Pues te repito, no te daré el divorcio —y caminó a la salida.

—No querrás perder tu trabajo, ¿verdad?

—le oyó decir a su espalda—. Eres huérfana, se te hará difícil sobrevivir sin él…

Carolina se dio la vuelta e incrédula preguntó:

—¿Qué quieres decir?

Lucas, le soltó con naturalidad:

—Firma el divorcio. Mantengo mi oferta.

¿Chantaje? Carolina ardió en ira.

—¡Eres un maldito!

En tan poco tiempo ya estaba viendo cuan perro era. El cambio de él fe tan drástico, que ahora resulta desagradable. Parecía que el año pasado fue solo un espejismo.

Lucas sacó un pañuelo y se le acercó, pero cuando levantó la mano para secarle las lágrimas ella se la apartó y le dijo—¡Si tienes el talento para despedirme, puedes hacerlo ahora mismo!

Dándose la vuelta, salió. Antes de llegar a su lugar, limpió su cara y se recompuso.

Lucas congeló su mano en el aire y, mirando a la nada, levantó el auricular del teléfono interno en su mesa.

—Avisa al departamento de personal que…

—Pero las palabras se le atragantaron, un recuerdo inundó su mente: Carolina enseñándole, pacientemente, a reconocer las palabras en lenguaje de señas. Con eso no pudo soltar una palabra.

—Señor Rodríguez, ¿qué decía? —la secretaria preguntó cautelosa.

—Nada —Y colgó.

......

Un colega preguntó a Carolina para qué la había llamado el Sr. Rodríguez, pero ella se limitó a sonreír. Se sentó en su puesto de trabajo y pensó detenidamente qué hacer ahora. Si Lucas la obligaba a divorciarse, hablaría y haría un gran escándalo para que el mundo entero supiera que él era su marido, así ¿no se divorciaría de ella?

Carolina se sorprendió de sus propios pensamientos, y hasta se burló de sí misma. Pero él había cambiado su corazón. La persona dentro de su corazón ya no es ella, ¿tiene sentido que lo haga? Al final, ella simplemente no está dispuesta, ¿por qué él quería a otra mujer tan fácilmente, le hará muerto si estar con sola una mujer para siempre?

—Carolina, ven aquí.—Por la tarde, Miguel Díaz, el ayudante especial de Lucas, la llamó.

Carolina se levantó y se acercó, así que Miguel le dijo, — Estas son algunas joyas, tienes buen gusto, elige una para que pueda dárselo a una clienta.

Carolina se sorprendió, ¿por qué podían pedirle algo así? Había tantas chicas vestidas a la moda en la oficina. Aunque estaba desconcertada, eligió una para Miguel.

Miguel sonrió, — Muchas gracias. —Luego se dio la vuelta y se alejó. Carolina se sintió inexplicablemente extraña, pero se volvió seguir trabajando.

Por la noche, cuando regresó a casa, hacía frío, ella se quedó de pie en la puerta y se congeló durante un rato, su corazón empezó a dolerle de nuevo. ¿Lucas no va a volver? Se sentó en el sofá y encendió la televisión, no quería estar con tanto silencio en la habitación para no imaginar cosas desagradables.

[Esta pareja que ven es el tercer hijo de la familia Rodríguez, quien estuvo desaparecido por un año. Ahora acaba de salir a la luz pública llevando una bella acompañante en esta cena benéfica. ¿Qué cambios traerá esta vez su regreso a ciudad Nube?...]

Lo que dijo el presentador Carolina ya no pudo oírlo. Se quedó mirando fijamente a la chica que estaba al lado de Lucas, ¡y es que llevaba en el cuello el collar que ella había elegido hoy!
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