CAPITULO 36

Cuando te vi frente a mí,

sabía que tu amor era imposible.

SAMANTA

Había corrido prácticamente de la playa, huyendo de todo lo que aquel hombre había causado de mis adentros.

Me había prometido hace mucho tiempo que no volvería a llorar por él, pero me fue imposible contener las lágrimas al escuchar aquella estúpida confesión de amor que llegaba demasiado tarde.

La experiencia más amarga de mi vida fue haberlo conocido, haberlo amado y haberme entregado de un modo en que todo lo que le di, no tenía manera de recuperar. Me había dejado una enorme desilusión, un vacío inmenso que nunca llenaría con ese tipo de amor, pero que fue reemplazado por el amor de madre que sentía por mi pequeño.

Intenté simular que ya no me importaba, que no deseaba saber más

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