No puedo dejarte ir,
No sin luchar…
No puedo renunciar a ti,
Aunque a veces te hiciera más daño que feliz…
RICK
—¿Hola? —mi móvil había repicado, mientras regresaba a la casa junto con Erín, luego de habernos bebido una taza de chocolate caliente a unas calles del parque.
—Soy Linda… —susurró una voz suave del otro lado.
—¿Ocurrió algo? —inquirí desconcertado, completamente consternado por lo que pudo ocasionar en Samanta haberme aparecido delante de ella.
—Creo que algo bueno —susurró apenas—. Necesito llevar a Sam a tu piso; ella ha comenzado a remover cosas y a hacer preguntas sobre su vida personal. No pude decirle mucho, pero le sugerí que utilizara la llave que
Yo iré a encontrarte,Espérame allá,En el valle de lo profundo.RICKSu rostro pálido y vacío de expresiones, cambió completamente cuando le hablé de aquella forma. Samanta iba despertando lentamente de aquel invierno en el se encontraba sumergida por la ausencia de recuerdos y estaba seguro que se trataba porque esa conexión que nos unía, la arrebataba hacia mí sin que ella siquiera pudiera comprender los motivos para dejar que me acerque.—Que… ¿qué quieres decir con eso? —preguntó nerviosa y sonrojada.—Que me gustaría que nos conociéramos y pasáramos tiempo juntos, si te sientes a gusto conmigo. Quiero que seamos amigos, Samanta.Sonrió con los labios apretados y suspiró hondo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas
No encuentro salida sin ti.RICKNuestros cuerpos temblaban bajo la lluvia, mientras nuestras bocas se exploraban mutuamente. Ella se había dejado besar como si yo fuera la única persona en el mundo que deseaba lo hiciera. Sus palmas reposaron sobre mi pecho que latía frenéticamente por el impacto que significaba todo lo que estaba sucediendo. No podía creer aun que ella se hubiera lanzado a besarme sin más, sin recordar nada, haciendo simplemente lo que deseaba. Samanta, en el pasado nunca había hecho nada por impulso.Desde las plantas de mis pies hasta el último poro de mi rostro, sentía fluir una sensación inexplicable, aquella que siempre causaba en mí cuando la tenía cerca. Sin embargo, esta sensación se potenciaba, era mas fuerte e indefectiblemente me estaba conteniendo a fuerza para no decirle quien era yo en realidad.<
No voy a resignarme…Te amaré, aunque no estés a mi lado.SAMANTAMi corazón latía tan frenéticamente que creí en un momento que si respiraba más fuerte de lo que ya lo hacía, se reventaría mi pecho en cualquier instante.El hombre al que había besado impulsivamente, al que tenía aferrado entre mis brazos sin valor para verlo a la cara, era él… era el motivo por el que deseaba descubrir todo mi pasado de un modo inconsciente, después de que lo vi por primera vez.Al parecer… era cierto aquello que alguna vez oí, de que el corazón jamás olvidaba el sitio donde dejó sus mejores latidos, y los míos, se intensificaban con la sola mirada de ese hombre, haciéndome erizar hasta el último tramo de mi piel.Tenía miedo,
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo,Y las hojas caían en el agua de tu alma.RICKDespués de lo sucedido en mi piso, había bebido hasta la inconciencia por el dolor que representó la huida de Samanta de mí. Sin embargo, tampoco la podía obligar y someter a cosas a la fuerza, como a que me escuchara y me entendiera.Había vaciado una botella de escocés, mientras avisaba a Rose que no iría a la casa esa noche. Había maldecido una y mil veces a Emily y a mi mala suerte de que todo se hubiera salido de mi control hace casi cinco meses, volviendo una verdadera pesadilla mi futuro con Samanta.Ni siquiera recordaba en qué momento me había quedado dormido; solo recobré el sentido cuando la campana sonaba de modo incesante. Abrí los párpados a duras penas, incorporándome de
Es una señal de humanidad,cuando las cosas van mal,cuando su aroma permanecey la tentación es fuerte.RICKDejé caer la carta de mis manos, al tiempo que mi respiración errática parecía me llevaría a un colapso. La pareja de acomodó elegantemente uno al lado del otro, y el tipo desconocido tomó el menú, acercándose a Samanta para sugerirle seguramente qué pedir.—¡¿Tú sabías de esto?! —increpé a John pero él se encogió de hombros, tomó su copa y de un sorbo, la vació—. ¿Eso es un sí?—¡No! —bramó, llamando la atención de los comensales más cercanos—. Sí sabía que Sam saldría a cenar con Linda, pero jamás imaginé que sería de ese modo &mda
Cuando dicesQue te encanta como te hago sentir,Todo se convierte en algo tan real.No temas,Porque eres todo lo que necesito.SAMANTATiré de su mano para salir del sitio por impulso. Mi cuerpo recibió una especie de descarga eléctrica cuando nuestros tactos se tocaron, como si de la nada emergiera un recuerdo que solo mi piel comprendía. Aunque mi memoria estaba sombría, cubierta de una tiniebla que no me dejaba recordar, mi corazón lo buscaba y llamaba de un modo vehemente, tiritando frente a su cuerpo escultural, aquella voz sensual y gruesa que parecía generar especies de mariposas en mi estómago, que revoloteaban al son de esa melodía.Lo escuché sonreír mientras me seguía sin protestar hasta la calle.—¿Tienes coche? —pregunté al pisar la acera y afi
Así que ahora, es mejor que te detengasy reconstruyas todas tus ruinas.SAMANTASoltó mis manos que fueron a parar a su cuello y luego a su espalda, mientras él seguía besándome sin compasión, como si el mundo fuera a acabarse en aquellos momentos. Sentía un intenso calor en todo mi ser que a diferencia de lo que había musitado sobre mi boca, cada vez se volvía más intenso. Mi cuerpo estaba sumido, sometido a los arrebatos de sus deseos en esa exquisita noche cuya luna resplandecía e iluminaba el cuarto a través de la ventana. Mi cabeza me gritaba que no tenía ningún sentido lo que estaba haciendo en aquellos momentos, pero mi corazón apartaba aquellos gritos de mi mente, replicando que no necesitaba ninguna razón más valida que los deseos de mis propios instintos para dejar que Rick me llevara por
Renunciar a lo que más amo,Sería como dejar de respirar oxígeno.FRANKCuando recibí aquella nota en mi oficina, prácticamente enloquecí y arrugué el papel en mi puño. Salí furioso por la tarde, aparcando cerca del edificio donde vivía Sam para corroborar que lo que me habían avisado fuera cierto.Entrada la noche, un coche lujoso aparcó delante de mi automóvil y de él descendió el terapeuta de Sam. Minutos más tarde, ella apareció vestida de un modo elegante y muy sonriente para encontrarse con él.Respire hondo varias veces…¿Podría ser posible que ni siquiera después de perder la memoria, pudiera sentir un mínimo de cariño por mí?¡¿Todo lo que he hecho siempre por ella, no valió de nada?!