Capítulo 18: Espejito

Razones que nadie espera

Han pasado semanas desde aquella tarde en la panadería, pero Keila aún no logra olvidar la sensación de vacío que le dejó ese encuentro.

La frase "el tiempo lo cura todo" encaja perfectamente en esta historia. Como saben, Keila y David no se habían visto en meses, y cada vez que se cruzaban, solo intercambiaban palabras sobre asuntos triviales, como los productos del supermercado, ya que ese era el único lugar donde coincidían.

Con el tiempo, las heridas que David había dejado con su inmadurez —tanto en los mensajes que envió por Facebook como en sus gestos no verbales— empezaron a sanar. Sus acciones nunca fueron explícitas, lo que las hizo menos graves y permitió que se olvidaran con el tiempo. Al ser olvidadas, pudieron sanar, y esa es la única explicación que puedo darles por ahora.

Sé que muchos se preguntan si aquella chica de la feria era su novia o no. La verdad es que, sinceramente, nunca se supo. Y aunque me duela admitirlo, Keila tampoco lo descubr
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