YUSLEVI Las manos de ese chico subían por mis caderas, sabía que él me estaba mirando, era casi imposible no sentir esa mirada matadora de parte del alemán. Estaba celoso, eso era bueno, quería que hirviera y sintiera enojo. —Tú estás sola y yo también —susurró el desconocido, cerca de mi oído.—¿Y qué propones? —pregunte coqueta, sabía que me iba a quemar con este juego.—Ven. —el chico al que aún no le conocía nombre, me sujeto de la muñeca y me saco de la pista de baile. Sé que estaba llevando las cosas demasiado lejos solo para intentar darle celos a mi jefe. Aunque probablemente el ni siquiera haga o diga algo al respecto, este chico era lindo y bastante provocativo, unos cuantos besos no me harán daño porque más allá de eso no pienso pasar. Antes de que siquiera pudiéramos llegar a primero o segunda base el alemán hizo acto de presencia apartando al desconocido de mi persona, Lyon Zimmerman estaba hecho una fiera. —Vete de aquí si no deseas terminar en el hospital niñato. —c
YUSLEVIAun podía recordar lo que sentí al tener los labios de Lyon de nuevo para mí, el beso se sintió casi mágico; podría jurar que vi estrellitas volando. Le terminaba de contar a las muchachas de la escena caliente que Lyon y yo habíamos montado en el baño y tenían expresiones de todo tipo, asombro, perplejidad y por ultimo picardía. —Yuslevi como se ve que no pierdes el tiempo. —bromeó Alex. —Si todo muy lindo y muy hermoso pero… ¡no sé cómo coños podré mirar a mi jefe después de lo sucedido en el baño! Por dios que casi cogemos ahí, si no nos hubieran interrumpido.—Si eso lo único malo, bueno… tú hazte la loca y San se acabó. —aconsejó Narelys. —Que fácil lo haces sonar pero…. ¡Marisca prende el aire me estoy sancochando en esta mierda! —reclamé cuando ya no pude controlar mi sudor, estaba más sudada que langosta en una olla. —¡Coño, tengo frio! —exclamó Narelys. La perra era la más friolenta, mientras otros tenían calor; ella era tan arrecha que tenía frio. —Pues vete par
EDWARDLlevaba más de un mes con Alex como mi entrenadora, la única queja que tenía es que la chica era de las más difíciles en seducir de todas las que había conocido. No se endulzaba con ninguna de mis frases bonitas, no se sonrojaba nunca por mis cumplidos, había logrado robarle un beso y aunque fue excitante, luego de eso ella casi me arranca la cabeza y por poco me deja inservible por el tremendo golpe que me dio en la entrepierna. INICIO DEL Flashback.“No podía apartar mis ojos de su trasero, llámenme puerco pero es que la castaña tenia uno de los traseros más lindos que provocaban pellizcarlo (o azotarlo).— ¡Deja de mirarme el culo Edward y has los ejercicios! —reclamo mirándome de manera casi fulminante. —Eso será una tarea un poco difícil Alex, ya que tu trasero en una maravilla es imposible para mí no mirarlo —le dije con una sonrisa coqueta, pero fue frialdad lo único que recibí de ella. Me hace volverme aún más irritante por llamar su atención, además que me negaba a
YUSLEVI La muerte de Douglas Abernathy había conmocionado a más de uno, era uno de los hombres más ricos del país y todo ese patrimonio pasaría a las manos de su hijo. Si me dio tristeza su muerte pero la más afectada de todas fue Narelys, quien al enterarse de la noticia se desmoronó y lloró, jamás había visto llorar de esa manera a la morena; me sorprendió. Alex y yo nos preparábamos para ir a trabajar, pero antes de irme pasé por la habitación de Narelys. La morena estaba arropada entre sus gruesas sabanas, con los ojos llorosos y el cabello desliñado.—No has comido nada desde ayer Nare. —Ya me preparé algo Yuslevi —respondió con la voz ronca. —Alex y yo te dejamos el desayuno hecho, espero que te lo comas o en cuanto regresamos te obligaremos. —¡Que si pesada! —dijo molesta. —Chao entonces…—salí de su habitación, vi a Alex. —¿Cómo está?—Deprimida pero se repondrá. Ella quería mucho al viejo y era bastante obvio que le iba a pegar mucho su muerte, no me imagino como debe e
YUSLEVIAl llegar al funeral me sorprendió encontrarme a Alex aquí y aún más ver que la perra estaba acompañando al hijo del viejo; como si fuera su pareja. Esa mujer tenía mucho que contarme. Vi como el alemán se acercaba al hijo del viejo para luego hacerlo cabrear, Lyon me sacó casi arrastras del funeral al ver que no iba a conseguir nada de Edward Abernathy por el momento. —¡Coño cuidado! —reclamé cuando los reporteros nos rodearon, apenas logramos salir del lugar.—¡Señor Zimmerman! ¡¿Que será ahora de la empresa Abernathy?! ¡¿La cerrará?! —preguntaba un reportero. Yo intentaba escapar pero el maldito de Lyon me tenía bien sujetada de la muñeca.—¡Suéltame! —los reporteros repararon en mí.—¿Quién es ella? ¿Es su nueva novia? —Ja, lo que daría por decir que “si” solo para joderlo. Apartaron a los reporteros y por fin pudimos subir al auto. El horrible silencio sepulcral de nuevo. —¿Qué fue lo que pasó? —pregunté cuando Él empezó a conducir lejos del lugar.—El heredero de Ab
NARELYS.De verdad que todo era una mierda, no había querido salir de mi habitación en todo el día. Sabía que ese ataque que había sufrido en la oficina no había sido cualquier cosa, Douglas Abernathy había sido un buen hombre, sin yo pedírselo me ayudaba cuando lo necesitaba, me dio un trabajo estable y bien pagado. Le había agarrado tanto cariño al viejo que para mí era casi incomprensible creer que ya no lo volvería a ver. Mi teléfono sonó por primera vez en todo el día. Era Mathew, me debatí por un pequeño instante entre contestarle o no hacerlo y al final contesté.—¿Narelys como estas? —Tuve que haberle insistido más en que fuera a sus chequeos médicos Matt —casi no pude hablar porque otra vez volví a llorar. —No llores preciosa. ¿Me dejarías pasar? Estoy abajo. —Salí de la cama, busqué las llaves y sin importarme mi aspecto fui abrirle a Mathew. Debía estar salida de una tumba, usaba el suéter más feo y deprimente que tenía en mi armario, no me había peinado, mis ojos de se
LYONMe había reunido con Mathew y Joaquín para almorzar, aun no les había comunicado sobre mi reciente relación con Yuslevi, no era de los que daban muchas vueltas a las cosas y fui directo al punto. —Yuslevi y yo ya somos pareja. —anuncié y Joaquín se atragantó con su bebida. —¡Mierda Lyon! Esas noticias no se sueltan así de la nada. —reclamó el colombiano tosiendo un poco —Lo bueno es que al fin aceptaste que te gusta la princesita.—Era eso o seguir negando la tensión sexual que había entre nosotros.—Es extraño pensar que al fin tienes novia Lyon —dijo Matt. —La quiere tanto que si la parcerita le dice “hola” le alegra el día. —bromeó el castaño.YUSLEVILyon se fue almorzar con el gringo y el colombiano, yo me reuní con Elaine para contarnos los últimos chismes de la oficina, hasta que ella propuso una idea que no me pareció del todo mala. —Ya que al fin tienes novio tengamos hoy una doble cita Yusle. El alemán y tú, yo y Joshua. —No sé, creo que a Lyon no le vaya a gustar.
Habían pasado días desde la horrible doble cita y la sesión de besos calientes con Lyon en su camioneta, seguía firme en mi decisión de buscar otro lugar en el cual trabajar. Quisiera decir que la entrevista que Lyon consiguió para mí no estuvo del asco pero estaría mintiendo ¡porque estuvo muy pero muy del asco! Definitivamente Lyon me aceptó en su empresa porque le gusté, que desgraciada. Mi teléfono celular vibro, era una llamada del alemán. —¿Cómo te fue? —preguntó y yo bufé exasperada —¿Así de mal?—Pésimo, horrible, además que el tipo que me entrevistó no me gustó ni un poco Lyon. Estaba muy incómoda y nerviosa, dijeron que me llamarían en lo que se decidieran pero eso es pura paja. No van a llamarme. —había llegado a la parada del bus y me senté en la banca a esperar.—Sabes que puedo hacer que te acepten sin…—¡No, te lo prohíbo! Me enojaré muchísimo si lo haces Lyon. No quiero ser una inútil que entra por medio de palanca. —lo escuché suspirar.—De acuerdo. Escucha, te propo