Camilo se fue con las manos detrás de la espalda y la sala quedó en silencio.Un rato después, se escuchó el sonido de la puerta cerrándose y sonó nuevamente la voz de Laura.—Mamá, ¿enojo a papá?De hecho, Renata estaba tan cansada que ya no quería hablar.Antes de venir a Marea, ella habló mucho c
Renata ya llegó a Marea, aunque las familias Román no estaban satisfechas por no haber dicho con antelación que Laura y su hija también vendrían, la invitaron a cenar juntos.Por la noche, una sirvienta llamó a la puerta y llevó a Renata a la villa de la familia Román para cenar.Al principio, Renat
—Mamá, ¿de qué estás hablando?Antonia tuvo sentimientos encontrados.Se enojó porque Renata vino a Marea con Laura, pero se sinitió culpable cuando escuchó a la sirvienta decir que Renata le pidió a Laura que se fuera.En el pasado, debido a sus malas condiciones, Antonia no podía volver a Luzmarin
—Mamá, ¿Sería bueno que entráramos a la casa a comer así?Preguntó suavemente Juliana, sosteniendo el brazo de Antonia.Antonia la miró con los ojos entrecerrados: —No me digas. ¿Por qué me tiras con fuerza? Casi se rompe mi brazo.Juliana hizo una mueca y soltó ligeramente la fuerza de su mano.Aun
—Deberíamos divorciarnos.Tres años después de casarse, esta fue la segunda frase que Emiliano Torres le dijo.La primera fue en la noche de su boda.Vestida con un hermoso vestido de novia blanco, ella giró frente a él, levantando la amplia falda. Con una sonrisa radiante, le preguntó si se veía bo
Juliana permaneció en silencio durante un rato.Después de un largo suspiro, dijo con un tono ligero: —Al menos sobreviví a todo esto, y tuve la suerte de encontrarlos a ustedes. Después de todo, ellos me criaron. Así que, déjalo estar.Considerarlo como una forma de retribuir por todos los años que
Juliana se demoró a propósito.No fue hasta que Emiliano la llamó por segunda vez que salió de la villa.La persona dentro del auto vio la figura que se acercaba corriendo, sus cejas fruncidas se relajaron un poco y ajustó una caja de regalo en el asiento del copiloto.—Lo siento, tomé una siesta po
El coche aceleró bruscamente y la voz de Emiliano sonó, mezclándose con el ruido del viento: —¿Tienes prisa?¿Qué quería decir con que si tenía prisa?Ella no tenía a nadie con quien casarse, ni nadie que la esperara.Negó con la cabeza, muy seria: —Deberías ser tú el que tenga prisa.Emiliano sonri