El contrato estaba firmado, y el compromiso adquiría una dimensión completamente nueva. Nicholas y yo nos encontrábamos en su lujosa oficina, discutiendo los siguientes pasos de este matrimonio de conveniencia que habíamos emprendido.Nicholas esbozó una sonrisa que iluminó su rostro y, con delicadez, tomo mi mano en la suya. Sus dedos se cerraron alrededor de los míos con una calidez que parecía inusual dadas las circunstancias. “A partir de este momento, somos oficialmente novios”, anuncio con un toque de humor en su voz, como si estuviera disfrutando de la sutil ironía del momento. Sus ojos, siempre misteriosos, me miraron fijamente con una mirada penetrante, como si escondieran secretos que estaba ansiosa por descubrir.Esa simple declaración, apartemente casual, resonó en el aire y cambió la dinámica de nuestra relación. En ese instante, parecía que habíamos cruzado una frontera invisible hacia un territorio desconocido. El término “novios” sonaba extraño en el contexto de nuestr
NICHOLASEl lunes en la mañana, Emily comenzó a trabajar en Anderson Enterprise ese día marcó el inicio de una nueva fase en nuestra historia. Mi compromiso con ella, aunque falso en su naturaleza, ahora tenía una dimensión adicional, ya que trabajaría en mi empresa. La perspectiva de tener a Emily en mi entorno laboral me intrigaba profundamente y, por razones que no lograba comprender del todo, me hacía sentir inusualmente ansioso. La idea de que compartiéramos el mismo espacio de trabajo, colaborando en proyectos y tomando decisiones juntos, generaba una mezcla de emociones que iban más allá de lo meramente profesional.No podías evitar preguntarme cómo esta nueva dinámica afectaría nuestra relación y la imagen que estábamos construyendo para los demás.La primera impresión de ella al llegar a la empresa fue crucial. Y, a medida que avanzaba hacia la oficina, no pude evitar notar que su elección de atuendo era, en el mejor de los casos, atrevida. Llevaba un conjunto profesional de
Después de una agotadora jornada en Anderson Enterprise, el camino hacia el apartamento de Emily se convirtió en una travesía repleta de incertidumbre. Las luces de Nueva York parpadeaban a través del parabrisas, formando un mosaico de destellos que reflejaban en mi mente inquieta. A pesar de la bulliciosa ciudad que nos rodeaba, el interior del automóvil parecía estar aislado del mundo exterior, como si estuviéramos atrapados en una burbuja de tensión y emoción.La energía en el auto era inusual, casi palpable, como una corriente eléctrica que fluía entre nosotros. Mi mente divagaba constantemente hacia lo que estaba sucediendo con Emily, y cada segundo que compartíamos en ese espacio reducido solo aumentaba la tensión. Los silencios entre nuestras palabras hablaban más alto que cualquier conversación. Cada mirada furtiva, cada gesto sutil, estaba cargado de significado.Mientras conducía por las calles, la ciudad se convertía en un telón de fondo de nuestra historia, una metáfora de
El día siguiente marcó un giro emocionante en mi vida, estaba nerviosa porque esa tarde iba a presentar a Nicholas como mi novio delante de mi hermano. Después de pasar la mañana en la oficina, Nicholas y yo nos dirigimos al hospital, donde mi madre seguía librando su batalla contra la enfermedad. Cada día era una lucha constante, y el peso de la situación me aplastaba el corazón.Mis emociones se mezclaban, y aunque estaba nerviosa por cómo reaccionaría mi hermano, también sentí una extraña sensación de emoción ante la posibilidad de que, de alguna manera, este acuerdo pudiera traer un rayo de luz en nuestras vidas. la incertidumbre del futuro seguía pesando sobre nosotros, pero en ese momento, nos aferrábamos a la esperanza de que esta farsa de compromiso pudiera brindarnos un respiro, aunque fuera temporal, en medio de la tormenta que enfrentábamos.En el hospital, la atmosfera era tensa, y los pasillos estaban llenos de sonidos de máquinas médicas y susurros de médicos y enfermera
NICHOLAS:La tensión se había apoderado de mí desde que empecé a prepararme para la cena con mi familia. Aunque mi relación con Emily era un acuerdo de negocios, algo en mí sentía que esta noche podría cambiarlo todo. Sabía que estaba nervioso por presentar a Emily ante mi familia, especialmente a mi hermana Isabella, quien siempre había sido curiosa acerca de mis asuntos personales.Cuando llegué al apartamento de Emily, quedé impactado por su belleza. Vestía un elegante vestido que realzaba cada uno de sus encantos, y no pude evitar notar cómo su figura se destacaba a manera exquisita. A pesar de mis nervios, me sentí atraído por ella de una manera que no podía controlar. Cada detalle de su apariencia y la gracia con la que se movía despertaron una corriente de deseo que estaba luchando por mantener bajo control.Traté de ocultar mi reacción, consciente de que debíamos mantener la apariencia de una pareja comprometida ante los demás, pero temía que mis ojos delataran mis pensamiento
La noche de la cena de compromiso finalmente había llegado. Me encontraba en mi estudio, solo, sosteniendo el anillo de compromiso que, de alguna manera, marcaba el inicio de una nueva etapa en mi vida. Mientras miraba la resplandeciente gema, no podía evitar que mi mente divagaba hacia Emily. ¿Qué estábamos haciendo? ¿En qué nos estábamos metiendo?La duda y la confusión se arremolinaban dentro de mí. Había jurado que este matrimonio sería solo un acuerdo de negocios, pero con cada día que pasaba, Emily se volvía más que eso para mí. No sabía si eran los ojos chispeantes que me miraban desde mi escritorio en la oficina o la forma en que su sonrisa iluminaba mi día, pero algo estaba cambiando, y me asustaba. Me daba miedo admitirlo, incluso para mí mismo.Cada vez que compartíamos un momento juntos, una mirada, un roce accidental, mi corazón latía más fuerte. No podía negar que Emily había comenzado a ocupar un lugar especial en mi vida, un lugar que iba más allá de un simple acuerdo
EMILYDespués de la cena de compromiso, volví a casa, abrumada por las emociones y los susurros de la gente. Las redes sociales zumbaban con noticias sobre nuestro compromiso, y me preguntaba cómo habíamos llegado tan lejos en este juego de apariencias. A pesar de todo, había algo dentro de mí que latía con anticipación, como si el velo entre nuestra farsa y la realidad se volvía cada vez más tenue.Al día siguiente, mientras desayunaba, mi teléfono sonó. Era Isabella, la hermana de Nicholas. Su entusiasmo se desbordaba a través del auricular mientras me pedía que nos encontráramos para almorzar y comenzar a coordinar los detalles de la boda. Le pedí si podía traer a mi mejor amiga, Sarah para que me acompañara en esta nueva etapa de nuestra farsa que ahora se volvía más real.El restaurante
NICHOLASLa mañana después de la cena de compromiso, me levante con la determinación de llevar adelante esta farsa a la realidad con éxito. Al sentarme a desayunar con mi familia, le pedí a Isabella que llamara a Emily y organizara una reunión para coordinar los detalles de la boda. La emoción se reflejó en el rostro de mi hermana, quien no pudo evitar señalar lo obvio.Se te nota, Nicholas, estás completamente enamorado de Emily, dijo Isabella con una sonrisa cómplice.Me reí, tratando de disimular mis sentimientos. Solo estamos haciendo lo que es necesario para heredar las empresas del abuelo, Isa. Pero sí, supongo que no puedo evitar actuar como si estuviera realmente comprometido.Isabella asintió y luego llamó a Emily para programar el almuerzo. Durante el resto del desayuno le pedí a Isa que grabara un audio donde Emily expresara cómo soñaba con que fuera su boda. Fue una solicitud ingeniosa, ya que me proporcionaba información valiosa y emocionante sobre sus deseos, pero al mis