Alejandro la tomó por la mano, y comenzaron a caminar en silencio, como tantas veces habían salido de ese lugar, pero esta vez, bajo otras circunstancias de pena e incertidumbre.Erika había logrado crear dudas en su mente, y si ella tenía razón, y ¿no fue solo un infarto?¿Realmente, el Dr. Armando Nash, sería capaz de ocultar información de la muerte de su exesposa?Y de ser cierto. ¿Por qué? ¿Y a quién protegía?Su corazón estaba lleno de preguntas, que no tenían respuestas. ¡Hasta ahora! Sacudió su cabeza, no quería pensar en esa probable y terrible situación.Era un sábado normal por la tarde, había muchas personas que entraban y salían del hospital, cada una con una historia diferente.En el estacionamiento, estaba un hombre alto, vestido con traje negro y lentes oscuros, parecía el chófer de alguien importante, que subió a una camioneta Toyota Lang Cruiser blindada, la puerta trasera se abrió abruptamente, antes de ponerse en marcha el vehículo, allí estaba su pequeño paciente,
Dos meses antes..._ ¿Cómo pudiste engañarme? - Julio la miró a los ojos, sus manos presionaban el delgado y sexy cuello de Megan, su corazón latía tan fuerte, que se escuchaba al otro lado del salón._ ¡Suéltame, me haces daño! ¡Me lastimas, no puedo respirar! - Estaba pálida, llena de miedo, el hombre que tenía frente a ella, deseaba acabar con su vida. _ Dime, ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me traicionaste?_ Te repito Julio, nunca te he traicionado, yo te... - Antes que pudiera terminar la frase, él la apartó, no valía la pena ensuciar sus manos, con tan miserable mujer.Megan D'Loren, era la asesora financiera de la empresa, una mujer ambiciosa. Tenía habilidades para los negocios, utilizaba su exquisita figura para conseguir lo que deseaba. Desde la muerte de Abigaíl, había estado a su lado, mostrando ser una mujer totalmente diferente a lo que ella era, le ayudó con los niños y a sobrellevar su pérdida. Él se había entregado totalmente a su desgracia, no tenía interés por na
El suicidio de un ser querido, puede ser emocionalmente desbastador, las emociones de sufrimiento, ira, confusión, y mucha veces de culpa, te consumen. Patricia, no sabía cómo mantener el control, su entrenamiento de meditación no la ayudaban mucho, trató de visualizar, de respirar, pero siempre volvía la misma imagen, las dos copas de vino sobre la mesa, el frasco de pastillas para dormir, y la madre de su amigo sobre el suelo, inerte, sin vida; se preguntaba si pudo haber hecho algo para evitar la muerte de Susana.Antes de darse cuenta, ya era la hora de salir, la esperaba Alejandro en la entrada del edificio. Se había colocado su vestido negro a media pierna, ceñido a su cuerpo que resaltaba su perfecta figura, su cabello rojo rizado, caía sobre su espalda, se miró al espejo de la habitación, su rostro lucía triste, pero también la embriagaba el miedo. Miedo de que sus sospechas fueran verdad.Las palabras de Duly rondaban por su mente sin parar, unidas a las de Alejandro: -Le d
_No entiendo, ¿Por qué dices que Mariam tiene algo que ver con la muerte de mi madre? –El rostro de Alejandro estaba confundido, las palabras de su hermana gemela retumbaban sin encontrarle sentido._No es el momento, Erika por favor. –Su padre la tomó del brazo, tratando de apartarla de su amante, ella logró liberarse- ¡Respeta la memoria de tu madre!_¿Acaso tú la respetaste padre, cuando te metiste a la cama con esta zorra?Armando tragó saliva, dio un par de respiraciones. Armándose de valor, el dolor que consumía el corazón de Erika, la llevo a revelar su gran secreto._Mi vida personal, es eso, personal y no debes exponerme a todos en este momento, como te dijo Patty, te llamo a la cordura.Todos estaban parados frente a ellos, miraban el triste cuadro de dos amantes y sus hijos, discutiendo frente al recuerdo de su madre.Tantos pensamientos recorrieron por la cabeza de Alejandro, él nunca se quedaba sin palabras, pero esto sobre pasaba su entendimiento, fue difícil encontrar qu
Fueron las dos al balcón, dónde se veían las luces de la ciudad dormida, una espectacular vista de Maracaibo en la noche con su reflejo, más hermosa se ve más atrayente. Desde lo lejos vieron a una pareja que caminaban juntos por la avenida, al otro lado de la acera un hombre solitario con suéter negro y capucha en dirección contraria. Unos autos iban, otros venían. Se sentaron juntas a tomar un trago de la misma botella._Sin limón, ni sal, ¡para que haga efecto más rápido! -dijo Duly, sintiendo como el primer trago quemaba su garganta, Patty, permanecía callada, fuera de esta órbita- ¿Por qué dices, que Susana se suicidó? –preguntó la tía tesorito._En la funeraria, estuvo Mariam –los ojos de Duly se abrieron a tal punto, que el reflejo de la luna ocupó su pupila, la botella de tequila la pasaban después de cada palabra. _¡Que perra! ¿Cómo se atrevió a ir? _Fue horrible, Erika, perdió el control._¡Normal en ella!_La abofeteo._¡Se lo merecía!_Mariam, dijo delante de todos, que y
Su mejor aliado cumplió una vez más su función, se activó a las cinco de la mañana, con un gran ruido que llegaba hasta el primer piso de seguro, ella entre dormida y despierta lo escuchó.¡Qué maravilla!_ ¡Eres mi amigo fiel! -dijo mientras desactivaba el reloj despertador- Sin ti, mi vida no tendría sentido -dijo hablando sola con el aparato._Buenos días Patty! nuevamente a vivir, con ganas de comerte al mundo y celebrar que estás viva, que hoy nadie te robe la oportunidad de ser feliz. -Patricia dijo en voz alta, llena de energía.Esas eran las mismas palabras que su madre le decía mientras la despertaba cada mañana, mientras le daba un suave beso sobre su frente, ella durante diecinueve años las repetía sin cansarse, recordando su dulce voz, su madre le enseñó tantas cosas antes de morir... incluso a no tener miedo a la muerte.Se sentó en la cama para tomar impulso, estiró sus brazos, de un sólo salto se puso de pie, ya nada giraba a su alrededor, ahora sentía su cabeza con una
_ ¡Buen día, Señor Esteban! -dijo entrando apresurada antes de cerrarse la puerta del ascensor. _ Buenos días, Doctora ¡Amanece usted más bella hoy! _ ¡Como siempre! –sonrió guiñando el ojo, al hombre que todos los días halagaba sus encantos. Todos la miraron, aunque trataba de actuar de una forma espontánea y despreocupada, sabía que gracias a su belleza podía conseguir todo lo que se propusiera en esta vida, incluso subir al ascensor abarrotado del personal que estaría hoy de guardia en el hospital. Era Patricia Bruzual, una mujer con una figura de princesas, irresistible y muy llamativa, pelirroja, con licencia para seducir y volver loco a cualquier hombre, tenía una piel muy blanca, casi transparente, salpicada con pecas hasta en las palmas de sus manos, sus ojos eran color cielo, azules muy claros, penetrantes y encantadores, estaban rodeados por unas largas y abundantes pestañas rojas, igual que su cabello, disfrutaba siendo el centro de atención por su belleza natural, era c
_ Familiar de Josué Mendoza -dijo en voz alta desde la puerta de la sala de espera dónde los familiares debían permanecer luego de iniciar la cirugía, para que todos escucharan. Ya habían terminado de operar al niño, debía informar a sus padres sobre la recuperación del paciente. _ Familiar de Josué Mendoza –no respondían al llamado- ¿Tal vez irían por un café? -igual nadie dejaría a un niño solo durante una cirugía. Tenía sueño, se sentía agotada, no durmió bien durante la noche, preocupada por la fiebre de su hija, pero aun el trabajo no acabaría, olvido llamar a casa, para ver si Majo había comido, si le habían dado sus medicinas. Aprovecho ese momento, mientras esperaba al familiar desaparecido que estaría en algún lugar del hospital, tomo su celular, marco el número de Duly, su prima, quién se encargaba de cuidar de María José mientras se encontraba en el hospital. Había ganado el concurso para una beca en uno de los mejores hospitales de Maracaibo, Duly también la cuidaba cu