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Capitulo 3 Error imperdonable

_ Te ausentas sin decir nada. – dijo Erika mientras trasladaba al pequeño a la sala de recuperación, no tenía ganas de explicar por qué lo hizo, así que ignoro sus palabras.

Esta vez fue todo más rápido, así que se dispuso a preparar al siguiente paciente, era el turno de Óscar González un niño de 8 años qué sería intervenido por una amigdalectomía, esta es una afectación fastidiosa que todos los meses reaparece, haciendo que los niños presenten mucha fiebre y les duela mucho la garganta es preferible extirpar las amígdalas antes de que hagan daño, porque la bacteria( Estreptococo Beta hemolítico) que se aloja en ellas, casi siempre daña los riñones, es muy agresiva, todos los padres tenemos duda en hacerlo pues a ninguno nos gusta llevar a nuestros hijos a quirófano, sin embargo es una solución para aliviar el malestar de los pequeños.

_ Oscar González ¿eres tú? - pregunto con voz suave, mientras estrechaba su mano.

_ Si, lo soy – dijo el niño mirando a la doctora que parecía un ángel.

_ Hola soy la Tía Patty, ¿cómo te sientes? Ya has esperado bastante, ¡que valiente eres! - dijo dando ánimos a su próximo paciente.

Noto que tenía los ojos muy rojos como si hubiese estado llorando, mientras una secreción espesa salía por sus fosas nasales, de inmediato supo que algo andaba mal.

Casualmente, este fue el único paciente que Erika había atendido el dia anterior, no se percató que probablemente presentaba una infección, quizá respiratoria que lo hacía vulnerable de riesgo para someterlo a la anestesia.

Los protocolos indican que hacer en estos casos ¿Qué extraño? Se preguntó qué pasaría.

_ Erika – le dijo invitándola a acercarse al paciente. - el niño tiene secreción nasal. Tomo el estetoscopio para escuchar su respiración y verificar que no tuviese agregados pulmonares, ¡Que Falla! Podía utilizar esto en su contra y ella lo sabía.

No iba hacer de esto un acontecimiento catastrófico, definitivamente ella no era como la Doctora Nash, aun en su corazón guardaba los recuerdos de la infancia que vivieron juntas, Patricia la consideraba su amiga, aunque ella hubiese cambiado, y mostrara una cruel rivalidad.

Igual Dany resultaría afectado, él también era su amigo, siempre muy responsable, a pesar de ser residente del primer año de anestesia, se mostraba atento a sus indicaciones como residente de un año inferior, con el único que podía contar para cubrir alguna falla, si ella la cometiera, porque los médicos también omiten cosas, algunas veces sin querer, otras porque creen que no tienen relevancia, pero en este caso si la tenía, las reglas eran claras, los pacientes debían estar libre de infecciones y gripe antes de ser sometidos a una cirugía electiva programada.

Erika trató de ocultar su error en el trabajo de la residente del postgrado de cirugía pediátrica. No pasaría la oportunidad de culpar a otro por su equivocación.

-Marinette, dónde está Marinette?- gritó muy enfadada la Doctora Erika Nash, nuevamente sus ojos estaban muy oscuros.

_ ¡Dios! hasta cuándo se le recuerda al residente de cirugía pediátrica, que los pacientes deben venir sin ningún tipo de infección respiratoria, hasta cuándo van a entender qué no estamos para perder el tiempo ¿Daniel dónde estás? - preguntó en voz alta, esperando ser escuchada por su residente del primer año, a quien culparía por supuesto, para librar su honor, se creía perfecta, en menos de un segundo, Daniel salió a su encuentro.

_ Es una pérdida de tiempo traer a un paciente, que debe estar preparado antes de la cirugía con una infección respiratoria, ¿Por qué no entienden, que el tiempo en quirófano es costoso, tanto para los cirujanos, como para los anestesiólogos? No podemos dar la anestesia a este niño. -dijo caminando hacia el quirófano tres, donde ya había terminado la segunda cirugía y se preparaba para iniciar la próxima.

-Marinette, no está. -dijo Daniel, un poco temeroso, sabía por experiencia, que omitir a un paciente en la puerta del quirófano por esa causa no se lo perdonarían, y luego tendría que reparar su falta con alguna guardia extra de castigo.

Patricia la siguió mientras se acercaba al especialista, el Doctor Granadillo, no la dejaría culpar a Daniel de su responsabilidad, así que decidió presentar el caso.

_ Paciente de 8 años de edad, programado para cirugía electiva de amigdalectomía, que se encuentra actualmente con secreción verdosa amarillenta en fosas nasales, a la auscultación se evidencia agregados bilaterales en bases pulmonares y dificultad respiratoria, con veinte respiraciones por minuto, y noventa seis por ciento de saturación -Era todo lo que debía decir para no afectar a su compañero, que se encontraba pálido a su lado, con las manos sudorosas, esperando el castigo por haber omitido examinar el dia anterior a este paciente, dejando todo en manos de la “Perfecta Erika”

_ Voy a hablar con el familiar para preguntar los demás antecedentes, ya vuelvo. -se retiró, dejando allí a Daniel -que en ese momento temblaba como un ratón, y a Erika, que parecía una gata enfurecida con sus ojos verdes oscuros -camino esta vez despacio, nuevamente a la sala de espera, donde estarían los familiares, con la esperanza de encontrar esta vez, a un familiar sin mucha espera.

_ Familiar del niño, Óscar González.

Notó que allí aún estaba el papá atractivo del paciente anterior, mirándola con sus ojos marrones oscuros de arriba abajo, quizás buscando la explicación por qué volvió a ir hasta la sala, en este momento, se acercó una mujer morena muy joven de edad, con el cabello corto, algo despeinada, pasada de peso, era la mamá del niño, se veía una persona humilde y algo desordenada, le preguntó en voz un poco baja.

_ Señora, disculpe, ¿Su niño ha presentado fiebre en la última semana? ¿Además, ha presentado tos o malestar que indique que haya tenido un resfriado común? Debe decirme si ha presentado algún tipo de malestar en los últimos días -continúo- le pregunto, por qué su niño, presenta secreción nasal verdosa, lo que nos hace suponer que actualmente tiene una infección respiratoria, quizás, no entienda, pero esto es un riesgo notable para la cirugía, ¿Está usted consciente, que debió habernos referido a los médicos, que estamos a cargo que su niño, estaba presentando esta condición, antes de traerlo al quirófano? -se percató la presencia de otros padres en la sala, todos la miraban con ojos de cuestionamiento, tal vez, asustados por la forma de preguntar, quizás, estaba siendo un poco grosera al hablar con la familiar de este niño, quizás, no entendían lo peligroso que era someter a un niño a una anestesia, cuando presentaba alguna infección respiratoria.

_ Lo sé Doctora, disculpe, pero tenía miedo de decirle que tiene días con tos y fiebre, porque lo sacarían de la programación, llevamos seis meses esperando está cirugía, su hermano menor también ha tenido fiebre y tos, quizás se hayan enfermado por bañarse con lluvia, yo trabajo todo el día y los dejo solos, hace tres días llovió y ellos salieron a jugar, desde ese día están los dos con fiebre, cuando regreso, me ocupo de la casa y la comida del día siguiente, no le compré los medicamentos, porque no tengo el dinero, apenas gano trabajando en casas de familias para la comida, es mi culpa -bajó la cabeza, y comenzó a llorar desconsolada, todos la miraban, ahora la Doctora que parecía un ángel, la bonita, la de los ojos color cielo, tenia lluvia cristalina en ellos.

_ Señora, la situación sé que no está fácil, entiendo lo que me dice, sé que muchas mujeres pasamos lo mismo, salimos a trabajar, dejamos a nuestros hijos solos, probablemente, porque no tenemos otra opción, pero en este caso, -tomó aire para continuar- debemos estar conscientes de la gravedad del asunto, el niño será omitido de su cirugía, y reprogramado por el servicio de cirugía pediátrica, quiero que esté tranquila, esperaremos a que pase la gripe, y yo misma me encargaré la próxima semana, de evaluar si puede o no ser operado, no perderá su turno, ni esperará más tiempo que el necesario para recuperarse, no se preocupe, todo estará bien.

Y se retiró, antes, apretó los hombros de aquella madre que ninguna culpa tenía, como señal de que la apoyaría y que comprendía la situación.

Otra vez recordó que su hija, aún estaba en casa, tenía más de cuatro horas que no sabía de ella, no había hecho la tía tesorito las tres llamadas, es decir, que todo estaba controlado, así que respiro tranquila, volvió al quirófano tres y le perdió a Daniel, qué le ayudara a sacar al paciente del quirófano.

Era lo mejor para el niño, debía esperar, al menos dos semanas, para recuperar en totalidad su capacidad pulmonar.

_ ¿Por qué no aprovechaste mi equivocación, para arruinar mi promedio?

_ ¿Debes creer que soy igual a tu?

_ No lo creo, nunca podrás superarme.

– ¿En qué momento, te volviste una zorra?

Inmediatamente el Doctor Granadillo apareció. Aparte de ser el jefe, era un hombre muy atento a los problemas dentro del quirófano, no permitiría una pelea entre colegas.

_ Erika, tú debes retirarte inmediatamente del área quirúrgica, estarás suspendida durante setenta y dos horas –era una amonestación para la jefa de residentes– Patricia, tú te encargarás de culminar la jornada, no quiero escuchar una palabra más al respecto –se retiró con ese aire de jefe justo, había dictado ya el castigo, por suerte, Daniel había salido ileso.

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